Tras el saludo de Víctor Mora a los lectores, que no ha de faltar en ninguna de las entregas, el sexto volumen de ‘El Capitán Trueno‘, publicado por Signo Editores, continua con la misma trayectoria que comenzó a la mitad del volumen anterior, ya que se nos ofrecen treinta y nueve historietas procedentes de la revista ‘El Capitán Trueno Extra‘ (publicación de cadencia semanal, cuyo precio oscilaba entre 3 y 3,50 pesetas), que vieron la luz por vez primera en la década de los sesenta. La primera que encontramos en este volumen es ‘¡El simpático Zampalodoto!‘, mientras que el tomo se cierra con ‘¡Trampa de cieno!‘
En el interior persisten las aventuras Capitán Trueno, Goliath, Crispín y Sigrid (que en esta ocasión cuenta con muchas más apariciones que en la entrega anterior). Como datos anecdóticos, cabe resaltar dos detalles: el primero es que en este tomo hay una mayor presencia de seres monstruosos (ya se trate de animales o de engendros mecánicos); por otra parte, la resolución de algunos casos (incluido el súbito arrepentimiento de algunos villanos), más evidente aquí que en las historias recopiladas anteriormente, tiñe el volumen de cierto aire de infantilismo e ingenuidad, que le quita algo de credibilidad a las, ya de por sí, imposibles aventuras de los protagonistas.
Como complementos, el volumen cuenta con características similares a los anteriores: una sobrecubierta con doble solapa, un folleto suelto y, en esta ocasión, un solo artículo escrito por Antoni Giral, que paso a analizar a continuación:
-‘Un extra con nuevas aventuras‘, con una duración de cinco páginas y situado al inicio del tomo, nos habla de todas las historietas que, junto a las aventuras del Capitán Trueno, formaban parte de la revista, entre las que pueden destacarse ‘Víctor, el héroe del espacio’ (de Víctor Mora y Juan Alejandro Martínez Osete) y ‘El Jabato’ (del mismo guionista y dibujado por Francisco Darnís), lo cual terminó por reflejarse en las portadas de los ejemplares. También se nos informa de las reediciones inconexas y confusas que Bruguera llevó a cabo en 1964, bajo el nombre de ‘El Capitán Trueno Álbum Gigante‘.
En este volumen se sigue respetando la fórmula original de una historia narrada en tres capítulos (o en dos, en un par de ocasiones), cuyas portadas se nos muestran juntas en la página anterior al inicio de la primera historieta, aunque con sus títulos individuales.
Como ya se dijo en el artículo anterior, las dimensiones del tomo siguen siendo el mayor lastre, aunque tampoco hay que olvidarse de los saltos de numeración existentes entre una aventura y otra, defecto que continua existiendo en este tomo.
El ejemplar está editado en formato de lujo, con tapa dura, a todo color, con un tamaño de 31×25 centímetros y con un total de 320 páginas. La colección al completo está a la venta por 1350 euros.
Víctor Mora, nacido en Barcelona, en 1931, logró la fama con exitosos cuadernos, tales como ‘El Capitán Trueno‘ (con los dibujos de Ambrós) y ‘El Jabato’ (con Francisco Darnís en la labor artística), ambas en 1956. También creó varios personajes para la Editorial Bruguera, entre los que podemos destacar ‘El sheriff King’ y ‘El Corsario de Hierro’. Es el autor literario de personajes que han traspasado nuestra frontera, como es el caso de ‘Sunday’ (junto a Víctor de la Fuente, en 1968) o ‘Dani Futuro’ (con Carlos Giménez, en 1969). Como novelista, tratando temas de reminiscencia social y política, ha escrito obras como ‘Els plàtans de Barcelona’ (en 1966), ‘Paris Flash-Back’ (en 1968) o ‘El tramvía blau’ (1984).
Francisco Fuentes Man, natural de Alicante (1929 – 1994), nos dejó muestra de su pasmosa versatilidad y de su maestría en la composición de viñetas en las historietas cortas que dibujó, entre 1961 y 1968, para la revista semanal ‘El Capitán Trueno Extra‘. Dentro de Bruguera, también ilustró otras colecciones como ‘Galax, el cosmonauta’ (también con guiones de Víctor Mora), además de algunos cuadernos de ‘Joyas literarias juveniles’. También trabajo para el mercado europeo, dejando grandes muestras de su trabajo en Francia y en los países escandinavos) y el norteamericano, donde DC le cedió la oportunidad de ilustrar a personajes tan icónicos como el propio Batman.