Un nuevo tomo, una nueva lectura del saludo de Víctor Mora a los lectores y comienzan las aventuras del séptimo volumen de esta colección, publicado por Signo Editores, que sigue recopilando las historietas que recogía la revista ‘El Capitán Trueno Extra‘ (publicación de cadencia semanal, a 3,50 pesetas el ejemplar), desde ‘¡Tres asnos negros!‘ hasta ‘¡Chocan las espadas!‘, aunque a mediados el tomo aparece intercalada la aventura titulada ‘La isla de Rapa-Nui‘, perteneciente a ‘Colección Héroes‘.
En el interior persisten las aventuras Capitán Trueno, Goliath y Crispín. En esta ocasión, Sigrid no hace acto de presencia en ninguna de las aventuras de la revista recopiladas en el tomo, aunque sí podemos disfrutar de ella en la historieta rescatada de la ‘Colección Héroes‘.
Como complementos, el volumen cuenta con características similares a los anteriores: una sobrecubierta con doble solapa, un folleto suelto y tres artículo escrito por Antoni Giral, que paso a analizar a continuación:
-‘Y se perdió el “extra” por el camino‘, al inicio del tomo y con tres páginas de duración, nos habla de las modificaciones que la revista fue llevando a cabo con el paso del tiempo, como la desaparición de las historietas de ‘El Jabato’.
-‘El misterio del atolón de los tótems silenciosos‘, también con tres páginas y situado justo antes de la historieta ‘La isla de Rapa-Nui‘ (que no es otra que la Isla de Pascua), nos habla de la susodicha aventura y de la colección en la que se publicó. Sobre el contenido, la escritora Armonía Rodríguez hizo las siguientes declaraciones en ‘El gran libro del Capitán Trueno‘:
Un lugar exótico y misterioso en el que recalan nuestros cuatro amigos tras un naufragio; un volcán no menos misterioso y terrible que necesita ser alimentado con jóvenes hermosas; buenas gentes, amables e ingenuas; desaprensivos que se aprovechan de las supersticiones de los inocentes; los “villanos”, también como siempre, que al final reciben el castigo que corresponde a sus maldades. Por no mencionar los impenetrables ídolos de piedra que contemplan, impasibles, las aventuras de los seres humanos y el paso de la historia.
-Por último, ‘Un buen ramillete de profesionales‘, que tan sólo cuenta con dos páginas y está situado antes de las última seis historietas (que forman, en su conjunto, dos aventuras completas), se nos hace un repaso a los diferentes dibujantes que han trabajado para la revista ‘El Capitán Trueno Extra‘.
En este volumen se sigue respetando la fórmula original de una historia narrada en tres capítulos (o en dos, en un par de ocasiones), cuyas portadas se nos muestran juntas en la página anterior al inicio de la primera historieta, aunque con sus títulos individuales, con la excepción ya comentada.
Las dimensiones del tomo siguen siendo el mayor lastre, aunque tampoco hay que olvidarse de los saltos de numeración existentes entre una aventura y otra, defecto que continua existiendo en este tomo. No obstante, en este caso, es justo romper una lanza a favor de ‘La isla de Rapa-Nui‘, cuya composición de página y vivos colores la convierte en la lectura más ligera y amena de leer de toda la colección.
El ejemplar está editado en formato de lujo, con tapa dura, a todo color, con un tamaño de 31×25 centímetros y con un total de 320 páginas. La colección al completo está a la venta por 1350 euros.
Víctor Mora, nacido en Barcelona, en 1931, logró la fama con exitosos cuadernos, tales como ‘El Capitán Trueno‘ (con los dibujos de Ambrós) y ‘El Jabato’ (con Francisco Darnís en la labor artística), ambas en 1956. También creó varios personajes para la Editorial Bruguera, entre los que podemos destacar ‘El sheriff King’ y ‘El Corsario de Hierro’. Es el autor literario de personajes que han traspasado nuestra frontera, como es el caso de ‘Sunday’ (junto a Víctor de la Fuente, en 1968) o ‘Dani Futuro’ (con Carlos Giménez, en 1969). Como novelista, tratando temas de reminiscencia social y política, ha escrito obras como ‘Els plàtans de Barcelona’ (en 1966), ‘Paris Flash-Back’ (en 1968) o ‘El tramvía blau’ (1984).
Miguel Ambrosio, más conocido como Ambrós, (nacido en Albuixech, municipio valenciano, en 1912, y fallecido en Barcelona, en 1992) comenzó a demostrar su valía como dibujante en 1947, gracias al cuaderno de ‘El Jinete Fantasma’ (escrito por Federico Amorós). Dado su estilo dinámico, limpio y bien dotado para las escenas de acción, en 1956 fue considerado la elección perfecta para encargarse de dibujar ‘El Capitán Trueno‘. En 1964, cuando llevaba cuatro años apartado de las viñetas, decidió regresar y colaborar con editoriales como Bruguera o Valenciana. En 197o, volvió a trabajar con Víctor Mora como dibujante de ‘Miguel Ambrosio, más conocido como Ambrós, (nacido en Albuixech, municipio valencianoEl Corsario de Hierro’, aventuras que podían leerse en el semanario ‘Mortadelo’.
Francisco Fuentes Man, natural de Alicante (1929 – 1994), nos dejó muestra de su pasmosa versatilidad y de su maestría en la composición de viñetas en las historietas cortas que dibujó, entre 1961 y 1968, para la revista semanal ‘El Capitán Trueno Extra‘. Dentro de Bruguera, también ilustró otras colecciones como ‘Galax, el cosmonauta’ (también con guiones de Víctor Mora), además de algunos cuadernos de ‘Joyas literarias juveniles’. También trabajo para el mercado europeo, dejando grandes muestras de su trabajo en Francia y en los países escandinavos) y el norteamericano, donde DC le cedió la oportunidad de ilustrar a personajes tan icónicos como el propio Batman.
Juan Martínez Osete (nacido en Totana, ciudad de Murcia, en 1921, y fallecido en Barcelona, en 2002) dedicó su carrera a escribir y dibujar una extensa lista de historietas cómicas y de aventuras, como se demuestra en su trabajo dentro de las series de ‘El Jabato’ y ‘El Capitán Trueno‘.
Antonio Bernal (nacido en L’Hospitalet de Llobregat, ciudad de Barcelona, en 1924) estudió dibujo en la escuela de Bellas Artes, tras lo que empezó a trabajar en el mundo de la publicidad. En los años cincuenta, ilustró series como ‘Ralph McLane’, de Ricardo Acedo’ o dos sagas de ciencia ficción: ‘Capitán Robles’ y ‘Vendaval, el capitán invencible’ (de Víctor Mora y Francisco González Ledesma). Aunque, realizó alguna historieta suelta para ‘As de corazones’ o ‘Celia’, destacó en la década de los sesenta por sus portadas. No obstante, antes se responsabilizó de una popular sección de dibujo aparecida en ‘El Capitán Trueno Extra‘. El trazo enérgico que Bernal transmitía en sus portadas se dejó ver en diversas colecciones, tales como ‘Historias selección’, ‘Trueno Color‘, ‘Joyas literarias juveniles’, ‘Jabato Color’ y ‘El corsario de hierro’. Su trabajo también cobró fama en otros países como, por ejemplo, Alemania.