Todo shōnen que se precie tiene un torneo. Trate de lo que trate y dure lo que dure, en algún momento de la historia se presenta un campeonato en el que los principales protagonistas se ponen a luchar como fieras para llevarse el trofeo ganador y demostrar que están por encima del resto. Esta moda que inició Akira Toriyama con el Gran Torneo de las Artes Marciales de ‘Dragon Ball’ trascendió rápidamente y pasó a multitud de colecciones. De este modo, en ‘Naruto’ tuvimos algo parecido con el Examen de ascenso a Chunnin, en ‘One Piece’ una reciente batalla de gladiadores en Dressrosa y en ‘Fairy Tail’ los Grandes Juegos Mágicos.
Con más o menos éxito, en la mayoría de mangas de combates aparece algo así, y ‘The Seven Deadly Sins’ no iba a ser menos. Si bien la serie de Nakaba Suzuki innova en la temática y da con un tono que se aleja bastante de lo conocido hasta el momento, con un humor más adulto y sabiendo unirlo tan bien a un argumento de acción constante, también se nota su correspondencia con obras anteriores. Pero, lo que antes parecían ser detalles fácilmente pasables por alto, con el torneo que se inicia en el tercer tomo de la recopilación de Norma Cómics sale a relucir toda referencia habida y por haber a otras obras.
El ejemplar comienza con la corte de los Caballeros Sagrados. Después de lo sucedido en el cuarto número, deben ponerse las pilas si quieren derrotar a los Seven Deadly Sins (en la actualidad hay solo cuatro reunidos) y salvar al reino de su amenaza. Es por ello que aparece de nuevo Jericho, un personaje que ya combatió contra Ban y que pasará a tener mucha importancia en un futuro próximo gracias al poder que consigue a través de las extrañas estrategias del gremio.
Sin embargo, los protagonistas siguen a lo suyo. Con el Boar Hat a cuestas, prosiguen su camino hasta llegar a Byzel, donde, casualmente, está a punto de celebrarse el Festival Anual de la Pelea de Byzel. Que, ni más ni menos, es un torneo en el que los luchadores se enfrentan en dos fases. La primera es una especie de todos contra todos encima de una gran roca en la que vencen los ocho últimos que quedan en pie. Y la segunda es una tabla de torneo desde cuartos de final hasta la gran final entre los clasificados.
Vamos, que es prácticamente igual que los eventos del mismo tipo que sucedían en ‘Dragon Ball‘. El discernir entre homenaje y copia depende absolutamente de cada uno, pero lo que está claro es que es un recurso que ha decidido utilizar el autor para rellenar páginas de acción pura y deleitar a los fans con la excusa de una batalla entre los dos protagonistas principales. Porque sí, Ban y Meliodas combaten en este torneo, aunque parece que a pocos sorprende que se haya dado este combate.
Aun así, no se puede negar que ha sido un recurso que Suzuki ha utilizado con consciencia, pues aprovecha esta “fiesta” para presentar nuevos personajes muy interesantes. Por un lado tenemos a Hauser, un Caballero Sagrado que participa por diversión pero que aprovechará para intentar acabar con los Seven Deadly Sins en cuanto los reconozca. Y, por otro, tenemos la aparición de un misterioso luchador veterano llamado Cain, que es el mismo que invita a los protagonistas a unirse al torneo… vamos, que todo parece indicar (aunque no se resolverá en este ejemplar) que hará un “Jackie Chun” en el próximo tomo, aunque todavía está por ver.
Por otra parte, también sirve para dar más relevancia al personaje de Diane, el pecado de la Envidia de la Serpiente. El hecho de ser una giganta ha provocado que no haya podido tener mucho protagonismo durante los anteriores capítulos, pues al fin y al cabo es alguien que debe esconderse por las ciudades a las que viajan para no llamar la atención. Sin embargo, en estos episodios ocurre algo que cambia por completo el paradigma de Diane, derivando así en que consiga mostrar todo lo que tiene dentro así como ya pudieron hacerlo tanto King como Ban.
No obstante, poco más podemos sacar en claro de este quinto volumen recopilatorio de ‘The Seven Deadly Sins’. Un torneo divertido que hace conservar al manga todo el espíritu que lleva teniendo desde sus inicios y lo que parece ser el inicio de una saga que promete mejorar a sus predecesoras. Pero no hay mucho más que destacar, pues el argumento cae bajo su propio peso y solo predomina la increíble batalla entre Meliodas y Ban, que no tiene ningún tipo de desperdicio y se trata, sin duda, de la mejor que ha habido hasta el momento en este cómic.
A la par que se desarrolla la historia, el estilo de dibujo de Nakaba Suzuki también se amolda a sus propias pretensiones. Podemos ver, de este modo, viñetas más cuidadas que al principio y una mejor caracterización de cada personaje, buscando a la innovación con planos de todo tipo y con unas escenas de acción realmente trepidantes. Pesa, quizás, el trazo sucio que no mejora con la falta de color, pero nada que ver tiene con algunos de los errores de los primeros dos tomos.
El ejemplar puede conseguirse por un precio de 8€ en cualquier librería que cuente con esta edición de Norma Cómics. Contiene un total de 192 páginas en blanco y negro editadas en rústica con sobrecubierta e incluye un capítulo extra al final titulado ‘Su sentido de la justicia’, que explora tanto en el personaje de Guila como en el de Zeal.
Nakaba Suzuki
[note]THE SEVEN DEADLY SINS 5
Autores: Nakaba Suzuki
Colección: CÓMIC MANGA
Serie: THE SEVEN DEADLY SINS
Formato: Rústica con sobrecubierta
Tamaño: 11,5 x 17,5
Páginas: 192B/N
ISBN: 978-84-679-1917-2
PVP: 8,00 €
LOS CABALLEROS SAGRADOS HAN ENCONTRADO EL CEBO PERFECTO PARA ATRAPAR A MELIODAS
Los Seven Deadly Sins se van reuniendo, animados por Meliodas , que desea ayudar a Elizabeth. Pero los Caballeros Sagrados no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados y les tienden una trampa…[/note]