Debo admitir que fui uno de los que salió del cine entusiasmado después de ver la primera parte de ‘El corredor del laberinto‘. La distopía planteada por James Dashner encajaba perfectamente con el estilo de los blockbusters actuales que plagan las salas hoy día. Ofreciendo lo mismo o más que ‘Los Juegos del Hambre‘ y ‘Divergente‘, te atizaba de lleno con un misterio mucho más inquietante que estas, y aunque las actuaciones no fueran estelares, paliaban de sobras los 113 minutos que duraba el film.
Después del suntuoso final de dicho inicio, cabía esperar que el director Wes Ball volviera a inspirarse con la segunda parte. Pero, lejos de hacerlo, no ha hecho más que copiar la fórmula de tantos otros taquillazos, resultado de lo cual ha derivado en un producto frío y que te quita las ganas de seguir sabiendo más sobre la historia de Thomas y compañía. Un desenlace que intenta producir el mismo efecto que la primera parte pero que consigue todo lo contrario.
El argumento comienza con Thomas y el resto de clarianos siendo refugiados por la organización que había acabado con CRUEL (el organismo que mandaba a los jóvenes al laberinto para experimentar con ellos). Pero el protagonista encarnado por Dylan O’Brien no tarda en dudar de las motivaciones y los objetivos de quienes les han refugiado, por lo que comienza una serie de investigaciones junto al recién incorporado Aris (Jacob Lofland) y sus antiguos compañeros.
La acción no cesa en llegar, y con ella la incorporación de nuevos actores que, en su mayoría, no mejoran lo presente. Si bien es cierto que el personaje de Brenda (Rosa Salazar) consigue llenar el vacío de una chica protagonista con un carisma y una personalidad muchísimo más desarrollados que Teresa (Kaya Scodelario), quien en esta cinta pierde la poca credibilidad que tenía; el resto del reparto continúa sin aportar demasiado. El poco desarrollo de los protagonistas hace que todo el peso caiga en Thomas, y si bien eso no tiene por qué restar, sí lo hace Ava Paige (Patricia Clarkson), quien queda como una villana peor incluso que Kate Winslet en ‘Insurgente‘, siendo tapada con descarada facilidad por Janson (Aidan Gillen).
Al poco de iniciar la película, vemos cómo el mundo postapocalíptico y distópico que se presenta consigue con creces ofrecer un survival horror entretenido y lleno de acción. La fotografía y el maquillaje son dignos de un premio Oscar, pero cuando no sabes con firmeza cuál es el género de la película que estás viendo no te queda más que pensar que se trata de un producto de medias tintas que no termina de cuajar en ninguna de sus vertientes.
En ocasiones parece que cada paso que dan en la película sirva para justificar alguna de las experiencias pasadas en el primer film (o incluso durante el principio de este), lo que provoca que gran parte del metraje quede como un pequeño dato que realmente no afecta a la línea principal. Además, a medida que se resuelve el misterio, todo va pareciendo tan obvio e insulso que no consigue cuajar con el público. Quienes esperaban un enorme giro de los acontecimientos que revelara cada punto de lo ocurrido dentro del laberinto se dará cuenta de que las cosas estaban mucho mejor cuando Thomas y su cuadrilla no podían salir de aquel retículo.
Por si fuera poco, lo más funesto de la producción es la enorme cantidad de tópicos a los que se recurre, complementados con vacíos importantes en el guion. Imitando al resto de distopías juveniles, no faltan los líderes de cada agrupación que acaban siendo los menos relevantes. ‘El corredor del laberinto: las pruebas‘ tampoco está exenta de los sustos típicos del cine estilo ‘Indiana Jones‘, tipo alguien que está apunto de caerse de un precipicio hasta que su compañero le tiende la mano en la última milésima de segundo. De hecho, es algo que se agrava con los recursos del cine de zombies. Vamos, nada nuevo bajo el sol.
No obstante, y aunque en la primera parte viéramos un mejor trato de los hechos, esto último sería algo perdonable. Sin embargo, no lo es tanto la falta de lógica que se aplica en repetidas ocasiones en el guion. La aparición de linternas en el momento adecuado (cada protagonista parece que tenga una siempre que quiera a su disposición), el hecho de dormir a la intemperie pese a estar siendo perseguidos por prácticamente todo el mundo y habiendo una tormenta solar inmensa sobre sus cabezas, la decisión de tomar siempre el camino difícil sin apenas justificación y un gran número más de elementos ilógicos que son fáciles de detectar a lo largo de la cinta.
Parece ser que el entretenimiento ha mandado sobre el argumento en lo que parecía ser una historia que superaba con creces las distopías contemporáneas. La acción y la diversión no faltan, pero de lo que se vaticinaba como una secuela digna de su predecesora y de los libros de Dashner acaba siendo un completo despropósito solo recomendable para los seguidores de la última película de ‘Los Cuatro Fantásticos‘.
[note]
‘El corredor del laberinto: Las pruebas’ está basada en el libro homónimo de James Dashner. Esta película es la continuación directa de ‘El corredor del laberinto’ y, en esta ocasión, Thomas y los habitantes del Claro se enfrentarán a su mayor desafío hasta la fecha: encontrar pistas sobre la misteriosa y poderosa organización conocida como CRUEL. Su viaje los llevará a un lugar desolado plagado de obstáculos inimaginables. Junto a luchadores de la resistencia, los habitantes del Claro consiguen llegar a las fuerzas superiores de CRUEL para descubrir sus impactantes planes.
Esta segunda parte cuenta en su reparto con Dylan O’Brien, Kaya Scodelario, Thomas Brodie-Sangster, Ki Hong Lee, Patricia Clarkson, Rosa Salazar, Jacob Lofland, Giancarlo Esposito, Aidan Gillen, Lili Taylor y Barry Pepper. De adaptar el guion se ha encargado T.S. Nowlin y está dirigida por Wes Ball.
Su fecha de estreno está prevista para el 18 de septiembre de 2015.[/note]