James O’Barr, autor de ‘El Cuervo’, está en Málaga con motivo de la celebración del ImaginaMálaga 2015, evento al que ha sido invitado. Desde La Casa de EL no queríamos dejar pasar la oportunidad de charlar con este célebre autor, creador de un clásico actual dentro del cómic y promotor de un personaje acogido con fervor por la subcultura gótica.
Para quienes no lo sepan, James O’Barr perdió a su novia cuando en 1978 un conductor borracho la atropelló mientras iba a buscar al autor. Esto, unido al asesinato de una pareja a la que le robaron un anillo de compromiso por valor de 30 dólares promovió la creación de esta genial obra.
LCDE: ‘El Cuervo’ es una carta de amor hacia tu difunta novia, mezclada con el asesinato real de unos jóvenes en Detroit. ¿Cómo surgió la idea del personaje en sí?
JO: La idea del personaje surgió porque poco después del fallecimiento de mi novia viajé a Londres y allí, en un teatro, vi que en lugar de haber las dos máscaras clásicas, había tres: comedia, tragedia e ironía. Fue esta tercera máscara la que me dio la idea del rostro de ‘El Cuervo’. Me parecía irónico utilizar un personaje con una máscara sonriente pese a estar rodeado de muerte.
En lo referente al cuervo en sí, pese a que me encanta Edgar Allan Poe, no caí en la similitud del uso del animal hasta años después. Los cuervos son carroñeros y se alimentan de cuerpos muertos. En mi historia, ‘El Cuervo’ se alimenta de la muerte de sus víctimas.
LCDE: Por lo que he leído, tanto Eric Draven como tú buscabais la redención por algo de lo que en realidad no erais culpables. ¿Conseguiste calmar esa necesidad con la creación de este cómic?
JO: Esa era la intención inicial, pero no, no lo conseguí. De hecho se convirtió más bien en un proceso de autodestrucción, ya que no paraba de profundizar en la herida. Incluso llevé durante 20 años en la cartera el recorte del periódico en el que aparecía el accidente de mi novia, hasta que el papel se deshizo.
Pero años después, cuando estaba revisando las páginas de la nueva edición para enviárselas al editor y vi las escenas en las que los personajes aparecen felices, se generó un punto de inflexión en mi persona.
LCDE: El conductor que atropelló a tu novia salió de la cárcel seis meses después y el asesino de los dos jóvenes nunca fue hallado. ¿Matar a los violadores en el cómic fue una forma de saciar tu sed de venganza?
JO: Así es, busqué aplicar justicia en el papel, una justicia que en el mundo real no existía. Llevé una vida normal, pero aun así había una bola de dolor dentro de mí (muestra el tatuaje de su muñeca en el que aparece escrita la palabra ‘Damaged’, “dañado” en castellano).
LCDE: ¿Animarías a otros autores a dar forma a sus sentimientos más profundos en forma de cómic?
JO: Rotundamente sí. De eso se trata el arte, de tener una conexión y de no tener miedo a exhibirte. Se trata de pasión y de mostrar algo, además de conectar con otras personas, pero no se trata de crear algo que es técnicamente bueno. ‘El Cuervo’ lleva ya 27 años publicándose, por lo que demuestra que tiene algo que triunfa. Yo creía que esto solo duraría 18 meses, pero cada cinco años o así consigo un nuevo grupo de fans. El amor y la pérdida es algo universal que se traspasa de generación en generación.
LCDE: ‘El Cuervo’ parece estar en ocasiones ilustrado por diferentes autores, debido al gran cambio de estilo de sus páginas. ¿Este cambio estaba influenciado por tus sentimientos a la hora de dibujar?
JO: Realmente ha sido creado así de forma deliberada para evocar sentimientos. Está muy influenciado por el cine. Las partes de violencia están en claro-oscuro, pero las partes de la relación entre Eric y Shelly, son muy suaves.
LCDE: En el prólogo de ‘El Cuervo’ comentas que no te gusta nada utilizar tecnología a la hora de trabajar. ¿Por qué razón? Sabiendo que te gusta la poesía, ¿es algo más bien poético?
JO: Me gusta saber que todo lo que hay en una página lo he puesto yo, tanto las letras como el sombreado. Haber elegido yo cómo disponer cada cosa y saber cuál va a ser el resultado final. Para mí, la diversión a la hora de dibujar está en crear el trazo sobre el papel. ¿Irías a un museo a ver reproducciones de cuadros?
LCDE: ‘El Cuervo’ se ha convertido en un clásico del cómic, adoptado incluso por la subcultura gótica. ¿Esperabas que alcanzara tanta repercusión?
JO: Al hacerlo creía que no iba a tener mucha repercusión, sabía que habría gente que lo leería, pero creí que sería un grupo reducido. Pero tiempo después, las cosas a las que yo hacía referencia fueron aceptadas por la cultura popular. Cuando me dijeron que iban a imprimir 5.000 copias creía que estaban locos, pensaba que se iban a quedar en un almacén. Y ahora se han vendido más de un millón de copias y se ha traducido a 13 idiomas.
LCDE: Recientemente has trabajado en series relacionadas con ‘El Cuervo’ que siguen siendo igual de oscuras, ¿te sientes más a gusto contando historias trágicas?
JO: Desafortunadamente sí (ríe mientras lo dice). He intentando hacer cosas alegres, como algunos cuadros que he pintado, pero no entiendo para qué tanto esfuerzo. Con todo lo que cuesta hacer una página completa, tiene que significar algo profundo para mí tanto sacrificio. No sé si te has fijado que las películas cómicas, una vez que las ves una o dos veces, ya pierden su gracia, mientras que las tragedias las puedes ver una y otra vez y siguen siendo igual de interesantes. Algo similar pasa con la música. Una canción alegre la tarareas una semana y te olvidas, pero si te hace llorar, la recordarás siempre.
LCDE: En 2013 se publicó en España la Edición Definitiva de ‘El Cuervo’, para la que añadiste nuevas páginas y revisaste algunas ilustraciones. ¿Es esta para ti una edición definitiva real o aún te gustaría añadir o mejorar algo?
JO: Como todo, siempre hay cosas con las que no estás feliz o no te han salido del todo bien, pero no tengo intención de añadir nada más. Hay una imagen, en la que se ve una escena de acción reflejada en un charco de sangre, que aunque me hubiera gustado añadirla al cómic, cuando hice pruebas vi que no se entendía bien, por lo que creo que quedaría mejor en una película que en el papel.
LCDE: Algunos autores odian ver cómo sus obras son adaptadas al cine o a la televisión, ya que creen que están hechas para un solo formato. ¿Es ese tu caso?
JO: Yo mantengo las dos cosas separadas. Creo que es verdad eso que dicen de que el libro es mejor, aunque veo bien que se hagan adaptaciones. Eso sí, con esto no quiero decir que esté contento con las versiones que se han hecho de ‘El Cuervo’.
LCDE: El cómic está adquiriendo cada vez más auge gracias a las adaptaciones al cine. ¿Crees que esto es un acierto o que es contraproducente debido a que los cómics se hacen ya pensando en ser adaptados?
JO: Lo veo contraproducente porque los cómics se están convirtiendo en “storyboards” de las películas. Antes el objetivo era crear una obra para disfrutar de ella y ahora se están haciendo cómics pensando en que puedan ser explotados en la gran pantalla.
LCDE: Se ha hablado mucho del remake de ‘El Cuervo’, pero recientemente el futuro protagonista, Jake Huston, abandonó el proyecto. ¿En qué estado se encuentra? ¿Será más fiel al cómic?
JO: El estudio que tenía los derechos era muy joven y en sus películas cometió casi todos los errores que se podían cometer. Ha tenido varios posibles directores y protagonistas, pero ya hay escenarios construidos en Dublín y se ha gastado mucho dinero en ello, por lo que seguirá adelante pero con otro estudio.
La idea es hacer una adaptación mucho más fiel a la obra. Hay una lista de actores, pero hasta que alguien firme algo es especular. Aunque probablemente sea británico, ya que el director, Corin Hardy, es de allí y tiene varios actores preferidos. Hardy es un gran fan del cómic, estuve una semana con él y pude comprobarlo. Es un director relativamente nuevo, cuya primera película, ‘The Woods’, saldrá durante este año. De hecho, actualmente se encuentra haciendo un tour mundial para presentar su película.
LCDE: Además de en ‘El Cuervo’ has trabajado en otras obras, aunque esta ha sido la que más repercusión te ha brindando, sobre todo por sus adaptaciones a la pantalla. ¿Qué otras obras tuyas recomendarías a alguien que solo ha leído ‘El Cuervo’?
JO: El año pasado hice un cómic que no sé si se ha traducido aún al español que se llama ‘Curare’. Es uno de mis mejores trabajos como guionista. Trata del asesinato sin resolver de un niño (ríe al darse cuenta de que nuevamente es un cómic de temática trágica).
LCDE: Me imagino por quién te decantarás, pero en La Casa de EL siempre lo preguntamos al concluir nuestras entrevistas: ¿Batman o Superman?
JO: Definitivamente Batman, porque hay tragedia. Superman es un dios y es muy difícil empatizar con él. Espero que algún día me dejen hacer una historia sobre Batman. Probablemente mi cómic preferido de Batman sea ‘Año Uno’ de Frank Miller.