En el mundo en el que vivimos, resultan extremadamente frecuentes las llamadas modas o tendencias. De esta forma, un determinado estilo de música o modelo de ropa puede popularizarse hasta volverse muy común en nuestra sociedad. No obstante, pese a la frecuencia con la que se producen esta especie de sucesos, a menudo es complejo determinar su origen. Así, entendemos que en en una época concreta era habitual ser de una tribu urbana, pero es más difícil concretar qué originó todo esto.
Sin embargo, ya sea para bien o para mal, en todo lo relativo al arte, ya sea cine, televisión, videojuegos o cómic; existe una notable facilidad en la mayoría de las cosas a la hora de delimitar el punto de inicio de tendencias o modas. Mismamente, ‘The Walking Dead’ ha puesto a los muertos vivientes de nuevo en el centro de todo a través de su novedoso enfoque, si es que dichos seres se fueron alguna vez del mentado centro. Otro punto de inicio, aunque de un impacto menor que la mencionada obra de Kirkman, es el de este volumen: ‘La escena del crimen’, puesto que inició de algún modo la actual ola de creación de cómics de temática relacionada con el crimen y el suspense. Aquello que se llama ‘novela negra’ o ‘thriller’.
Además, el interés por la obra se torna todavía mayor al saber que el contacto del equipo creativo con este género no fue ni mucho menos fortuito, puesto que sin lugar a dudas nos encontramos con el dibujante, Sean Phillips, y guionista, Ed Brubaker, por antonomasia en temáticas de esta índole. Contextualizada ‘La escena del crimen’, podemos proseguir a analizarla en profundidad. Ciertamente, al ser una obra de detectives o de misterio, desvelar detalles innecesarios empeoraría la lectura, por lo que me limitaré a sintetizar muy brevemente la trama fundamental.
En esencia, ‘La escena del crimen’ nos pone en la piel del detective privado Jack Herriman, quien recibe un caso de desaparición de una joven, Maggie Jordan. No obstante, como siempre sucede en esta clase de casos, ya que de lo contrario la obra sería mucho menos atrayente, nada es lo que parece y un simple caso de buscar a una joven fugada se convierte en algo mucho más grande. En concreto, involucra partes muy oscuras del pasado de ciertos individuos, y está relacionado también con organizaciones poco convencionales. Y hasta ahí puedo contar.
Ciertamente, al contrario de lo que suele ser habitual hoy en día, nos encontramos ante una historia pura de detectives, sin ningún detalle añadido. De este modo, al contrario que ‘Sleeper‘, ‘Fatale‘ o ‘Velvet‘, todas del mismo guionista que el volumen que nos ocupa, no hay ninguna vuelta de tuerca o floritura adicional para distinguir a la cabecera de otras de la misma clase o para sorprender al lector. No encontraremos, por tanto, seres extraños, poderes extraordinarios o conspiraciones y agencias secretas gubernamentales. Únicamente la resolución del caso y cómo afecta el mismo a nuestro protagonista, lo que es más que suficiente.
Otro de los aspectos que resaltan en la serie es su estructura y formato. En otros términos, se trata de un tomo más grande de lo normal en cuanto a sus dimensiones, lo que se conoce como edición ‘absolute’, lo que permite exprimir al máximo cada página. A su vez, el hecho de estar dividido en episodios de apenas unas pocas páginas de duración origina una narrativa más ágil, innovadora y potencia la sensación de misterio.
El último elemento a considerar del guión, puesto que aunque existen varios más veo innecesario desgranar todo al detalle, es su protagonista, Jack Herriman, y el buen uso del pasado del mismo. En concreto, se trata de un arquetipo notablemente bien utilizado: el detective de turbio pasado que trata de redimirse de todas sus acciones anteriores. A lo largo de las páginas, acabaremos conociendo más detalles sobre el detective, así como lo que trata de solucionar con su trabajo. Pese a no existir nada que sorprenda en demasía, sí está muy bien llevado y añade una motivación extra a la lectura. Destaco todo lo relativo al padre de Jack como algo positivo en lo referente al pasado del protagonista.
En cuanto al apartado gráfico, Sean Phillips es quien se ocupa de los lápices en esta obra. Aunque a estas alturas resulta redundante todo lo que se diga sobre él, su estilo realista casa a la perfección con la temática de la obra, exhibiendo un buen hacer sobre todo en lo referente a la representación de la amplia variedad sentimientos y emociones de los personajes. Del coloreado destaca la idónea aplicación de las sombras, un recurso muy bien usado y adecuado para una obra de estas características.
En lo que a la edición se refiere, Planeta Cómic recopila la obra en un tomo cartoné de 128 páginas a color. Se incluyen también abundantes extras, tales como numerosos artículos, entre ellos uno del propio Brubaker en el que relata la gestación del proyecto; una historia adicional y las respectivas portadas. En definitiva, ‘La escena del crimen’ es una obra de detectives trascendental, tanto por su relevancia histórica como por ser un cómic cuanto menos notable. A modo de opinión personal, no obstante, considero que está algo por debajo de ‘Sleeper’ y es inferior a ‘Velvet’ y, en especial, a ‘Fatale’; pero dado que son obras posteriores es normal que Brubaker haya evolucionado. Además, son todas cabeceras más que notables.
Ed Brubaker
Nacido en Maryland, Estados Unidos, en 1966, empezó su carrera escribiendo para editoriales independientes obras como ‘Lowlife’ o ‘Purgatory U.S.A.’. Su primer contacto con el temática relativa al crimen se produjo en Dark Horse con ‘Una muerte accidental’, que le valió una nominación a los Eisner en 1993. Después de pasar dos años trabajando para la firma independiente Alternative Comics, comenzó a escribir para DC. Entre otras obras, de esta etapa destacan ‘Gotham Central’, ‘La escena del crimen’, ‘Sleeper’ o varios números de múltiples cabeceras de Batman.
Tras DC, llegó Marvel, para la que realizó los guiones de, por mencionar algunos títulos, ‘Daredevil’, ‘Capitán América’ o ‘Criminal’. Actualmente publica bajo la editorial Image, para la que ha llevado a cabo ‘Fatale’, ‘Velvet’ o ‘The Fade Out’. Ha sido galardonado con cuatro premios Eisners.
Sean Phillips
Nacido el 27 de enero de 1965, Sean Phillips es un dibujante y entintador de cómics británico. Comenzó a dibujar a finales de los años 80 en obras como ‘New Statesmen’ o ‘Tercera Guerra Mundial’. Más tarde, continuó con trabajos como ‘Straitgate’, ‘Danzig’s Inferno’ o Strange Cases’, pero pronto fue contratado por la editorial DC Comics para trabajar en ‘Hellblazer’, etapa en la que más se dio a conocer.
Junto a estas obras, también ha tenido la oportunidad de dibujar otras como ‘Batman’ o ‘WildC.A.T.S.’, aunque una de las que se consideran sus mejores épocas es en la que estuvo a cargo de ‘Sleeper’. Para Marvel también ha trabajado con ‘Marvel Zombies’ y, posteriormente, con ‘Black Widow’, aunque en la actualidad se dedica a la publicación de ‘The Fade Out’ junto a Ed Brubaker.
[note] La escena del crimen
El investigador privado Jack Herriman ha visto demasiados cadáveres, pero esa es la maldición familiar, porque su tío es el más famoso fotógrafo de escenas del crimen desde Weegee.
Recuperándose de un caso con mal final, Jack se lanza resolver el asunto de una persona desaparecida que tendría que ser fácil, pero que en cambio conduce directamente a los secretos y las mentiras de una extraña secta sexual.
Escena del crimen de Ed Brubaker y Michael Lark se publicó años antes de sus aclamadas etapas en Gotham Central y Daredevil y les consiguió numerosas nominaciones a los premios Eisner. Ahora, esta olvidada obra maestra de detectives ha regresado… presentada en una edición deluxe, con extras nunca vistos, pruebas de los procesos entre bastidores y la historia que hay tras la historia.
Título original: Scene of the Crime Deluxe Edition [/note]