Después de tanto crossover y experimento extraño como vimos en el segundo tomo de ‘La Liga de la Justicia’ de Grant Morrison, el guionista se estabiliza en una serie regular que le permite crear sus más dementes historias. Dicen que todos los genios están locos, y sin duda este es un apelativo que a Morrison le viene al dedillo, pero aunque podemos ver aspectos de este tipo en otras de sus colecciones como ‘7 Soldados de la Victoria‘, es en ‘La Liga de la Justicia‘ donde consigue exprimir al máximo sus personajes.
En este tercer tomo, Morrison se reafirma como un amante de los personajes secundarios. Aunque en un principio parecía basarse demasiado en los líderes del grupo, en esta ocasión son los menos reconocidos los que aportan una gracia especial al cómic. Zauriel, Acero, La Cazadora y, sobre todo, Plastic Man, congenian con el lector de manera eficaz y efectiva. Quizás no son tan poderosos como Superman o tienen el intelecto de Batman, pero aportan su granito de arena en un equipo más compensado que nunca. No sería extraño que un niño eligiera a estos superhéroes menos conocidos como sus favoritos después de esta lectura. Toda una genialidad que muy pocos autores son capaces de conseguir pero para lo que Morrison parece haber nacido.
El número 18 de la colección (que inaugura este volumen) comienza de forma típica pero efectiva. Los superhéroes del equipo están desapareciendo de la manera más extraña posible, desvaneciéndose por partes y siendo transportados a dios sabe dónde. Aquaman, La Cazadora y Acero son los primeros en desaparecer. El pánico entra en el grupo, pero este es el menor de sus problemas.
De repente, están ocurriendo cosas sumamente extrañas. A una persona le toca la lotería durante toda una semana, se producen terremotos en lugares donde nunca se había detectado movimiento sísmico e incluso los edificios se incendian sin motivo aparente. Con la desaparición de Batman, solo el Detective Marciano puede hacer frente a una situación de tremenda complejidad… ¿o quizás no? existe alguien que parece saber por qué está ocurriendo todo esto: Atom. Gracias a la unión del superhéroe más pequeño del Universo DC, el grupo consigue salvar la situación. Pero el juego solo acaba de comenzar. Después de esta amenaza viene otra aún peor.
El segundo arco argumental que se presenta comienza con el hecho de que Superman por fin ha vuelto a ser él mismo. El Kal-El azul al que costaba tanto acostumbrarse duró poco más de un año, pues en 1998 volvió al rojo y azul de siempre. La presión por parte del público de que volviera a sus orígenes por fin hizo su función y, aunque Morrison estaba empezando cogerle el tranquillo a estos nuevos superpoderes, acabó rindiéndose al Superman original.
La aventura realmente inicia cuando el grupo (al que los Nuevos Dioses Big Barda y Orión se han unido) es teletransportado desde la Atalaya al planeta Rann, donde se toparán con el conocidísimo Adam Strange. En esta historia volverán a salirse de los confines del Planeta Tierra, tal y como viene haciendo Morrison desde que se hizo con la colección. La Liga paliará un problema externo. Pero, mientras tanto, dejará de lado La Tierra.
Mientras los superhéroes han estado ausentes, en su planeta natal se ha gestado una nueva amenaza muchísimo más extraña y poderosa que las anteriores a las que se habían enfrentado. En el primer número de ‘La Liga de la Justicia: Grant Morrison‘, el equipo ya había luchado contra Starro, una amenaza alienígena invasora. Solo con la ayuda de la sublime intervención del Sandman de Neil Gaiman, el equipo tendrá la oportunidad de arrebatar su dominio terrestre. Sin duda, la incorporación de este personaje mejora muchísimo la historia, pues consigue implantarse en un momento crucial y de la forma más memorable posible.
Y continuando esta historia hallamos una saga de lo más típica entre el mundo de los superhéroes. Eso sí, desde una perspectiva distinta. Un general de Estados Unidos ha encargado un grupo de supersoldados para que protejan a su país. Según sus declaraciones, La Liga de la Justicia no actuará únicamente para ayudar a la nación norteamericana, sino que podría proteger en cualquier momento a países contrarios. De esta forma, experimenta con una serie de militares para crear el equipo llamado Ultramarines.
Como se veía venir, los Ultramarines no son más que una fuerza para debilitar a la JLA y ser la verdadera fuerza militar de EEUU. De este modo, acaban enfrentándose a ellos en una historia que, pese a no ser de gran originalidad, se convierte en una historia digna de la colección.
Pero el enemigo más poderoso del superequipo en este compendio no es otro que el mismísimo Mr. Mxyzptlk. O, más bien, un gran villano proveniente de su quinta dimensión. Los aliados deberán aunar fuerzas con la gran Sociedad de la Justicia de América para hacer frente a tal amenaza. Aunque les costará un gran esfuerzo, gracias a los papeles relevantes que juegan personajes como Zauriel o Wildcat, conseguirán proteger, una vez más, el planeta Tierra.
La aparición de Shazam! (aquí llamado, todavía, Capitán Marvel) suma un gran punto a favor de esta colección. El único capaz de parar a Superman en un cara a cara se añade a una amalgama increíble de personajes que se cataloga como una de las mejores plantillas que jamás haya tenido la Liga de la Justicia. El problema quizás se encuentre en que son demasiados los personajes con los que va jugando el guionista. De hecho, en ninguno de los arcos repite exactamente el mismo plantel. Este problema, solventado con reservas gracias a Los Nuevos 52, fue el que llevaba arrastrando DC Comics desde hacía mucho tiempo. Y el súmmum de ello llegó, precisamente, durante la etapa en la que Grant Morrison estaba al frente de esta serie.
Pero este ir y venir de personajes que muchas veces te hace ir a la guía de DC para revisar quién es exactamente este tío que ahora ha aparecido, es también el punto fuerte de este 
guionista. La manera en la que consigue que absolutamente todos tengan un papel determinante en sus historias es digna de admirar, así como el hecho de que sepa hacer aparecer a cada uno de ellos en el momento exacto. Su conocimiento sobre este universo es sublime y donde más lo demuestra es en ‘La Liga de la Justicia’.
El dibujo, encabezado como de costumbre por Howard Porter, continúa con ese estilo noventero que tanto se halla entre la frontera de lo clásico y lo moderno. No hay duda de que la caracterización de lo personajes que utiliza es inmejorable, pero la incorporación de alguno de los nuevos que va creando se antoja floja en comparación a los clásicos. De cualquier forma, es digno de admirar la manera con la que se compenetra con Morrison. Tándem envidiable que nada tiene que envidiar a Snyder y Capullo o a Jeph Loeb y Tim Sale.
‘La Liga de la Justicia: Grant Morrison #3′ puede conseguirse en un cuidado cartoné por un total de 32€. ECC Comics encabeza un recopilatorio de un total de 344 páginas a todo color, perteneciente a una colección digna de estar en cualquier estantería a la que seguirá ‘La Liga de la Justicia: Grant Morrison – DC Un Millón‘.
[note]GRANDES AUTORES DE LA LIGA DE LA JUSTICIA: GRANT MORRISON – JLA NÚM. 02
Los estandartes del Universo DC (Superman, Batman, Wonder Woman, Flash, Green Lantern, Aquaman y el Detective Marciano) son la primera línea de defensa de la Tierra contra los peligros más importantes que afronta la humanidad. Pero por poderosa que sea y por muchos miembros nuevos que incorpore, la JLA debe medirse con los peores adversarios que haya tenido hasta la fecha: Lex Luthor y su Banda de la Injusticia, el omnipotente Darkseid y un villano de nuevo cuño llamado Prometeo que cuenta con todo lo necesario para matar a la Liga de la Justicia.
En este tercer volumen de Grandes autores de Liga de la Justicia: Grant Morrison, el guionista escocés sigue construyendo una era de grandeza del mejor supergrupo de DC, con Howard Porter, Mark Pajarillo y compañía al frente del apartado gráfico.[/note]
