Tenemos mucho que aprender de ‘Transmetropolitan‘. Mucho, mucho, mucho. Cuando Spider Jerusalem pone sus zarpas sobre una historia, no hay nada ni absolutamente nadie que pueda frenarle. No importa si es el presidente, el rey o un profeta imitador de Jesucristo. Si el más loco de todos los periodistas decide que serás su próxima víctima, lo serás sin importar las consecuencias.
Durante los últimos volúmenes vimos una evolución progresiva del protagonista. Las últimas elecciones supusieron para Spider Jerusalem una deterioro enorme de su vida. Perdió a Vita Severn, de quien puede afirmarse que se había enamorado, y se vio más amenazado que nunca por culpa de “El Sonrisas“, el nuevo presidente de EEUU que había jurado joder al periodista más que nunca.
Le quitó lo que más quería: la libertad de expresión.
Con una censura amenazadora que vigila desde las emisiones de televisión hasta cada una de las columnas que publica en el diario ‘La Palabra’, Jerusalem perdió una batalla en una guerra que sabía que le costaría horrores ganar. Tenía que hacer algo muy potente para vencer. Tenía que calcular cada paso que diera. Tenía que escarbar muy hondo.
‘Transmetrpolitan #6: Escarba Hondo’ comienza con una revelación que pilla por sorpresa a este Risto Mejide multiplicado por cien: Han hecho unos dibujos animados de su historia. Delante de la televisión, Jerusalem se hunde cada vez más en un caos en forma de imágenes proyectadas en una pantalla. A los dibujos se suma una telenovela e incluso una película porno con él como protagonista, por lo que ve hundida su reputación a lo más mínimo.
“¿Quién me va a tomar en serio si hacen dibujos animados sobre mi?” se pregunta, y a lo largo del tomo se observa la razón que lleva en todo esto. Ya nadie respeta a quien un día se postuló como el mejor periodista del siglo. Y aunque siga siéndolo, las presiones por parte de un gobierno más corrupto y cabrón que nunca no le dejan hacer bien su trabajo. Está en el peor momento de su carrera y tiene que hacer algo para cambiarlo.
Después de un capítulo interesantísimo sobre la vida de las dos compañeras del escritor en sus “ratos libres”, comienza un arco argumental de 3 episodios que narra la venganza del columnista. Su manera de investigar hasta el más mínimo detalle de la vida de los miembros del gobierno y cómo prepara su estrategia para no ser pillado por ningún sitio provoca que estemos ante una de las mejores sagas de la colección, sino la mejor.
Se nota que Warren Ellis ha cogido el truco a sus personajes. Se nota que Darick Robertson ya sabe cómo enfocar cada uno de los planos que dibuja. Se nota que los autores se han hecho a la serie y comienzan a hacer con ella lo que les da la gana. El mundo de ‘Transmetropolitan‘ se propaga cada vez más, con más ideas y más historias que desarrollar. En los momentos de crisis absolutos, es cuando los periodistas tienen un papel más importante. Y el de Spider Jerusalem es crucial para una sociedad sumida en el engaño y la manipulación.
La libertad que Ellis demuestra tener en este volumen —ya precedida por los dos anteriores— se plasma en el papel de manera absoluta. Los recursos que utiliza se masifican con una gracilidad enorme. Aunque no se ponía cadenas, las únicas que podía haber tenido se las quita de golpe para demostrar que es su historia y que él manda sobre todo lo que dice. Gracias al ritmo que imprime en el cómic, que consigue apegar al de Spider Jerusalem, crea un ambiente espectacular que se suma a una historia aún mejor.
Los personajes ya están establecidos, y durante este ‘Escarba hondo’ ya se muestran tal y como son sin complejos ni temores. Las sucias y seductoras Channon Yarrow y Yellena Rossini consiguen su propio espacio en el que demuestran tener una afinidad increíble y ser dos personajes necesarios, útiles y destacables de ‘Transmetropolitan’.
Sin ellas no sería lo mismo, como tampoco lo sería sin “La Bestia” Heller —que en esta ocasión solo sale referenciado— y, sobre todo, sin “El Sonrisas” Callahan, ya al descubierto totalmente. Cuando nos imaginamos a un político, con sensación de hartazgo añadida, seguramente nos pueda venir a la cabeza tipos como estos. Personas con ideales banales o, directamente, sin ideal ninguno, que solo buscan el beneficio a costa del pueblo.
La nueva trayectoria política que ha tomado la colección parecía, en un principio, aburrida. No podía durar mucho un arco argumental así cuando antes se trataban historias cortas de gran potencia y críticas en todos los sentidos. Debía de ser algo momentáneo.
Sin embargo, Warren Ellis ha convertido la política en cómic americano —algo en ocasiones tratado como un tabú— en algo más. Ya lo hizo con el periodismo y se dispuso a hacerlo también con la política. Pese a que sea todo un acto ficcional, las críticas y sátiras que capítulo tras capítulo incluye, demuestran que ha sabido darle la vuelta que necesitaba ‘Transmetropolitan’ para convertirlo de un buen cómic a una obra de arte que se seguirá vendiendo cuando lleguemos al año en el que sea que viva Spider Jerusalem.
El dibujo gana enteros. Darick Robertson ha avanzado muchísimo respecto a los primeros números, y en este lo demuestra más que nunca. La manera de adaptar las estructuras de los guiones de Ellis a páginas formadas, en muchas ocasiones, por una sola viñeta espectacular, es magnífica. El color y trazo limpio de Robertson es otro de los puntos a tener en cuenta en la colección, y la caracterización de los personajes en este número no puede ser mejor. La ambientación sigue igual de fenomenal que siempre. Y, además, podemos ver una ciudad distinta a la habitual: Los Ángeles.
La edición de este tercer libreto de ECC Comics tiene un coste de 13,95€ (el precio medio de la serie) y cuenta con 144 páginas a todo color, entre las cuales se incorporan los números originales del 31 al 36, con especial atención a los 3 últimos donde se incorpora la saga ‘Escarba hondo’. El problema está en la edición de rústica sin sobrecubierta. Muy mejorable. Se echan de menos los artículos introductorios y conclusivos que anteriormente ECC incluía a sus obras. No acabo de entender por qué no apostaron por esta serie en cartoné, quizás por las ventas, pero lo cierto es que es un punto flaco a tener en cuenta.
Nacido el 16 de febrero de 1968 en Essex, Inglaterra, Warren Ellis es un guionista de cómics y escritor de novelas que se ha convertido en todo un referente de la cultura popular americana del siglo XXI. Su especialidad es la mezcla de crítica sociocultural, tecnología y ciencia ficción, y muchos comparan su estilo con el gore de Garth Ennis.
Pese a haber pasado por la mayoría de las más famosas editoriales americanas (DC Comics, Avatar, Image o Wildstorm), su trabajo más reconocido en la temática superheroica está en Marvel, donde ha guionizado colecciones como ‘El motorista fantasma’ (‘Ghost Rider’), ‘Thor’ o ‘Iron Man’. Además de sus cómics de superhéroes, se hizo muy famoso gracias a ‘Transmetropolitan’ y otras series propias como ‘Global Frequency’, ‘Planetary’ o ‘Nextwave’.
[note]Transmetropolitan núm. 06 (de 10): Escarba hondo
Spider Jerusalem inicia el segundo asalto en su combate particular contra el Presidente Callahan. Los pronósticos dan como vencedor al Presidente, pero el periodista se reserva un golpe devastador en forma de reportaje escandaloso dirigido a la mandíbula de su adversario…
Publicada entre 1997 y 2002, Transmetropolitan es recordada como una de las mejores colecciones publicadas por el sello Vertigo. Surgida de la colaboración entre Warren Ellis (Planetary) y Darick Robertson (The Boys), vuelve a estar disponible en las librerías especializadas, gracias a esta edición integrada por 10 tomos en rústica de periodicidad bimestral. [/note]