Que Craig Thompson publique una nueva obra es motivo de alegría, queridos lectores y lectoras. Su particular forma de entender el cómic es de esas de las que enganchan, por única y entrañable, y el universo particular al que ha dado forma en sus libros llenan de humanidad el medio. Hace años, gracias a ‘Blankets’ (reseñado aquí), este guionista y dibujante recordó al mundo lo importante y rompedor que puede llegar a ser el cómic como forma de expresión artística, por mucho que les pese a algunos, y se ganó el aplauso incondicional y rendido de crítica y público, incluso entre aquellos profanos al universo de la viñeta. Y es que, para muchos lectores, ‘Blankets’ se transformó en un clásico inmediato, con el que sentimos una conexión especial, pues muchos encontramos en Thompson la voz de nuestra propia adolescencia. Esa capacidad de tocar la fibra a base de cosas pequeñas, porciones de vida que se transforman en historias universales y reconocibles, ha sido seña de identidad del artista americano, que no ha abandonado esa vocación humana y la sensibilidad marca de la casa en obras posteriores, como ‘Habibi’ (reseñado aquí, un canto al encuentro entre civilizaciones, que debería ser de obligada lectura, según se están poniendo las cosas en el mundo), o incluso anteriores a ‘Blankets’, como aquel maravilloso debut, la preciosa ‘Adiós, Chunky Rice’.
Admito que Thompson es, de lejos, uno de mis autores favoritos, ya que hay pocos que consigan divertirme o emocionar a partes iguales y con ese nivel de intensidad. Cada acercamiento a la obra del autor de ‘Almóndigas del espacio’ ha supuesto para mí un viaje único, casi catártico, por un enorme número de razones que no voy a explicar hoy aquí. No viene a cuento que os de la chapa con mis batallitas, pero estoy seguro de que estas emociones no son desconocidas para vosotros si os habéis acercado a la obra de Craig Thompson. Así que, cuando por fin tuve este volumen en mis manos, la cantidad de sensaciones encontradas fue bastante chocante antes incluso de abrir la primera página. Quedaba claro que había una cambio de rumbo en la forma de contar historias de Thompson, y que abandonaba los lugares comunes, por lo menos en la forma, para poner rumbo a las estrellas. ‘Almóndigas del espacio’ es una amalgama de ideas e influencias en forma de “space opera”, un homenaje de Thompson a todas esas historias de aventuras cósmicas llenas de acción y fantasía, pero que no pierde ni un ápice de coherencia con el mundo mostrado por el autor americano hasta la fecha. Ha conseguido llevar al espacio sus inquietudes y temas comunes, para contar una de esas historias destinadas a lectores de cualquier edad.
‘Almóndigas del espacio’ nos cuenta la historia de Violet y su familia, humildes trabajadores en medio de un universo demasiado enorme y demasiado injusto. Por circunstancias que tendréis que descubrir vosotros en las maravillosas páginas de esta obra, Violet se ve obligada a abandonar la frágil comodidad de su día a día para recorrer el cosmos con la intención de salvar a su padre y, de paso, puede que toda la galaxia. Por supuesto, para tan arriesgado viaje, Violet contará con la ayuda de un estupendo elenco de secundarios, ejemplo de lo que es capaz Craig Thompson a la hora de crear y diseñar personajes para el recuerdo.
A pesar de que Thompson ha sacado la vena cósmica, ‘Almóndigas del espacio’ no abandona los intereses personales de un autor de tan marcada personalidad. Ha conseguido la combinación perfecta entre trepidante aventura con ese amor especial por las cosas cotidianas, por la gente normal y sus circunstancias en un mundo que a veces es demasiado gris. No considero a Thompson un escritor pesimista u oscuro, pero sí que es cierto que toda su obra está envuelta en cierto aire melancólico, ideal para que suelte toda esa habilidad poética con la que luce en los momentos estelares de sus libros. En ‘Almóndigas del espacio’, ese ambiente queda reducido por el fabuloso contexto espacial, pero, por supuesto, está ahí, dando forma a las emociones y sentimientos del lector a través de unos personajes que, a todas luces, son una pandilla de perdedores a ojos del resto de este universo implacable. Cada uno de los miembros de este extraño grupo de amigos a la fuerza ha sufrido la pérdida, y es en la soledad donde encuentran la fuerza para ser más que la suma de las partes.
El autor, como decía, ha encontrado gasolina narrativa para su historia en multitud de fuentes de muy diversa índole, tanto cinematográficas como literarias. Está claro que hay mucho de las grandes sagas espaciales del tipo ‘Star Wars’ o ‘Star Trek’, e incluso cosas tan serias y en apariencia lejanas como ‘Dune’ (Ballenas espaciales en lugar de gusanos y los desechos de estos bichos como contrapartida de la melange, unidas a cierto rollo mesiánico en ocasiones me llevan a ver paralelismos con intenciones paródicas, pero lo mismo es cosa mía). También encontramos conexiones con las grandes aventuras protagonizadas por niños, y es que este viaje a través de mil peligros protagonizado por estos chicos desahuciados por la realidad me lleva a pensar en ‘Los Goonies’.
Junto a estas influencias en la ficción, Thompson se nutre de clásicos como ‘Moby Dick’ o la mística bíblica, mezcla pasada por la imaginación de un autor encantado con la creación de un universo tan rico como el que nos presenta en esta epopeya galáctica, repleta de razas extraterrestres, vehículos imposibles y lugares pintorescos.
Lo más importante de todo es que Thompson no se deja apabullar por su propia propuesta, y sigue con la mirada puesta en lo mundano. Por muy inabarcable que sea el cosmos, lo importante es que el guionista y dibujante nos cuenta la historia de una familia normal, con problemas muy reales, envuelta en una aventura que los supera. Para la familia de Violet, lo importante es que cuadren las cuentas a fin de mes o la complicada búsqueda de un colegio adecuado para la intrépida pequeña que protagoniza este viaje por las estrellas. Tras todo el espectáculo, Thompson recupera los temas clásicos de su obra. La familia, la amistad, el compañerismo, la solidaridad, el valor de la diferencia, la entereza de la gente pequeña contra problemas muy grandes, mezclado con cierto aire ecologista y reivindicativo, gracias a un Thompson muy posicionado contra las desigualdades sociales.
A nivel visual, Thompson muestra una clara evolución en su estilo, aunque sus formas son totalmente reconocibles. El simpático diseño se enmarca en el dibujo inocente y alegre que brilla con la personalidad de su autor. Es cierto que en esta ocasión su línea es bastante más clara que en ocasiones anteriores, pero se debe sobre todo al uso del color, en manos del muy efectivo Dave Stewart. En todos sus cómics anteriores, Thompson ha usado de manera magistral el blanco y negro, así que, de primeras, el colorido de esta obra puede descolocar a los puristas. Sin embargo, para una obra tan dinámica y de claras intenciones lúdicas, el color es todo un acierto para el resultado final.
Thompson nos ofrece su obra más detallista, y despliega toda una colección de recursos visuales. La galaxia fantástica creada por este particular dibujante es la excusa para que veamos a un Thompson pasándolo en grande con el diseño de este mundo. Como siempre, las composiciones de página con cierto espíritu extravagante y los delirios visuales de los que suele hacer gala encuentran su hueco en esta aventura, pensada para divertir y asombrar al lector.
‘Almóndigas del espacio’ es una obra ambiciosa, y al mismo tiempo de una sencillez aplastante. Aunque está lejos de ser la mejor obra de Thompson, trata con inteligencia y respeto a cualquiera que se acerque a sus páginas, en especial a los adultos, que se podrán permitir un viaje a la infancia sin complejos. Acompañado por extraterrestres en extinción, motoristas espaciales, pollos mutantes existencialistas y leviatanes cósmicos, os esperan momentos de emoción, melancolía, peligro, acción y alegría, no pierdas la oportunidad de acompañar a Violet en la búsqueda de su lugar en el universo.
En apariencia, Thompson ha escrito un divertimento dinámico y entrañable. Pero, como siempre con este autor, hay algo más. Descúbrelo.
Almóndigas del espacio está editado como tomo único por Astiberri. Esta editorial, como siempre, ofrece una edición muy adecuada a la obra, en este caso un libro de 320 páginas encuadernado en rústica con solapas. El precio de venta al público es de 25 euros, así que corre a tu librería porque merece la pena cada céntimo.
Craig Thompson
Craig Thompson nació en Traverse City, Michigan, en 1975, y se crió en una población rural de Wisconsin. Ha recibido cuatro premios Harvey, dos premios Eisner y dos premios Ignatz, y la crítica le considera como uno de los representantes más destacados de la nueva historieta estadounidense. Se ocupa tanto del guion como del dibujo en sus obras, y entiende la página como una unidad global, donde el texto tiene un carácter tan gráfico como el dibujo.
Ha publicado las novelas gráficas ‘Adiós, Chunky Rice’, ‘Blankets’, ‘Cuaderno de Viaje’ y ‘Habibi’, todas ellas editadas en España por Astiberri. Su obra más reciente es ‘Almóndigas del espacio’ (‘Space Dumplins’), una historia destinada al público joven y a todo color.
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Almóndigas del espacio
Craig Thompson
En la nueva obra de Craig Thompson, ambientada en un futuro lejano aunque familiar, Violet se embarca en la atrevida misión de salvar a su padre, desaparecido en el transcurso de una empresa arriesgada. Pero, a pesar de que el espacio es amplio y peligroso, no habrá nada que les impida a Violet y al grupo de inadaptados amigos que la acompañan volver a reunir a los suyos. ‘Almóndigas del espacio’ se vale de una gran aventura espacial para hablar de temas como la familia, la amistad, la lealtad, el medio ambiente y el mundo que dejaremos a nuestros hijos. Thompson aporta todo su ingenio y contrastada capacidad gráfica para crear una historia para todas las edades.
Thompson confiesa que Almóndigas del espacio se inspira “en todas las cosas que me gustaban cuando tenía 10 años: ‘Star Wars’, ‘Los Goonies’, ‘Cazafantasmas’, ‘Calvin & Hobbes’, los dibujos animados del sábado por la mañana” y asegura que “hay una parte del libro que es muy accesible, ciencia ficción, comedia de aventuras, pero eso es sólo el armazón. La chicha está en la crisis medioambiental, las diferencias de clase y en forjar una familia que es más global que insular”.
“Thompson ha creado un universo rebosante de imaginación y portentosamente ilustrado. Una aventura desenfrenada y divertida reforzada por el tierno retrato de una familia que simplemente trata de salir adelante”. Publishers Weekly
“Craig Thompson ha creado un nuevo género: la épica adorable”. Joss Whedon
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