Marcos Prior os invita a un viaje por New Poole, la ciudad donde convergen todas las ciudades. Un escenario salvaje, que condensa en sus calles la desesperanza, el hastío y la descomposición social. Acero, cemento y cristal conforman un lugar ficticio pero totalmente reconocible, usado como arma por un autor que no se anda con chiquitas. Necrópolis es algo más que un cómic. Es un puñetazo en la cara.
Marcos Prior utiliza el cómic como principio de experimentación; rompe todas las convenciones de la narración gráfica, y compone el retrato desquiciado de un tiempo y un lugar, mirada inquieta y despiadada a las gentes de un polvorín social a punto de estallar. New Pool se presenta como algo más que el simple contexto excusa para desarrollar la enésima historia de caos social. Es el recorrido intencionado por todos los clichés urbanos, usados como arma arrojadiza contra el lector, atrapado en las calles de una sátira corrupta disfrazada de ciudad. La ciudad muerta vampiriza a sus habitantes, teatro histérico donde nada parece tener sentido, sustentada por miles de almas sin rumbo, carcomidas por el tiempo y el abandono, a las cuales Prior ha decidido dar voz.
Necrópolis escapa de las convenciones, y ofrece porciones de vidas, capturas de momentos concretos o paseos por las interioridades de un mundo en cambio, aunque no necesariamente a mejor. A pesar de este espíritu juguetón a la hora de presentar su obra, Prior no renuncia a contar una historia, y detrás de la apariencia coral de la propuesta encontramos una trama principal; premeditadamente difusa, claro, porque el autor nos ha propuesto un juego perverso con reglas propias, en las que somos lectores voyeurs, dirigidos por un maestro de ceremonias que se rige por la más absoluta frialdad como espectador. La objetividad periodística da paso a la precisión de cirujano cuando se disecciona el frágil equilibrio social de New Pool, salpicado de la ironía más hiriente y un extraño humor negro que resta dramatismo al terrible escenario que se dibuja en las páginas de esta atrevida experiencia.
Necrópolis está compuesta de pequeños trozos de espejo. En cada fragmento encontramos una pieza del rompecabezas, un paso hacia la comprensión del tablero de juegos en su globalidad. De los barrios abandonados a su suerte por la inoperancia municipal a las urbanizaciones que sirven de bunker a los más pudientes, el cómic de Prior bucea entre los escombros de la civilización, con la campaña electoral de fondo. Marcos Prior se adentra sin tapujos en el análisis político, y da buena cuenta del panorama actual, presa de cambios inevitables y desconfianza a partes iguales. Sin posicionarse, con habilidad magistral para la ácida presentación de hechos y personalidades, no evita la polémica, y al mismo tiempo da sutiles muestras de posicionamiento sin caer en la demagogia o el proselitismo. Prior no hace campaña por nadie, pero construye una parodia descarnada del panorama diario, tan divertido como devastador. Como ya he dicho antes, el extraño humor que compone el espíritu de Necrópolis evita la caída total en la pesadumbre absoluta, y demuestra la inteligencia con la que Prior ha compuesto su retrato urbano.
Prior usa todos los recursos e influencias que ha podido incrustar como referencia en su propuesta, y no resulta recargado o excesivo. La cultura popular se mezcla con el análisis de la realidad, con las imágenes cinematográficas, o con el lenguaje periodístico, dando como resultado un pastiche que sitúa al cómic como medio en el siglo XXI, consciente de que las limitaciones de géneros o supuestos acerca de esta expresión artística no son más que divagaciones insulsas. Prior habla con su obra, con sus imágenes, abriendo nuevos debates y, al mismo tiempo, rindiendo homenaje al medio que ha escogido para contar su historia. Rompe la viñeta, juega con las emociones del lector a base de atrevimiento gráfico, en perfecto equilibrio entre dibujo y texto, especialmente protagonista en la obra. La crónica de esta ciudad ficticia gana enteros en irrealidad y surrealismo con los pequeños detalles, con los guiños y reflexiones acerca de las contradicciones del primer mundo, convirtiendo New Pool en imagen distorsionada de nuestro tiempo. Como dibujante, Prior nos deja momentos de auténtico lujo, posicionado en un estilo propio que juega con el color, las sombras y la composición de página como grandes bazas. De las influencias más cinematográficas al cómic Book americano, Prior pasa por el mundo del diseño o la propaganda política que invade nuestras calles en época de elecciones. La forma de implementar los medios de comunicación como parte de la narración recuerdan al uso de los mismos por parte de Frank Miller en la seminal El Retorno del Caballero Oscuro. La televisión, el cine de justicieros al estilo de las viejas películas de Charles Bronson, clásicos como The Warriors, de Walter Hill, las redes sociales, la narrativa política, la crónica periodística, la literatura más deslenguada de escritores como Foster Wallace o Thoma Pynchon y cierta idea de poesía decadente y urbana conforman el ideario que toma forma en las viñetas de Necrópolis.
Marcos Prior no deja títere con cabeza en su exposición, en este retrato de grupo con New Pool, la ciudad de todas las ciudades, como telón de fondo. La desigualdad, la deshumanización, las ambiciones políticas, los juegos de poder, el peso de los medios, las nuevas tecnologías, la violencia y el rumbo a ninguna parte parece ser la tónica general de nuestro tiempo toman forma en este libro, que nos recuerda que el cómic puede ser cualquier cosa, que su capacidad de adaptación y su esencia mutante dependen de la valentía y aspiraciones del autor que acomete su obra. No hay más límites que la imaginación o, en este caso, la mirada crítica y corrosiva de un artista perspicaz. Lo bueno de Necrópolis es que, además, no cae en el espíritu destructivo sin más razón que la venganza contra la realidad social. Hay meditación previa, hay mordacidad e ironía, hay intenciones claras. Lo que me temo es que no hay esperanza.
Necrópolis ha resultado excitante, sorprendente y directa. Espero que vosotros encontréis igual de poderosa su lectura. No os dejará indiferentes.
Marcos Prior lleva a sus espaldas una larga trayectoria de más de 20 años como autor de cómics. Desde la creación de fanzines en sus comienzos a la colaboración con alguna de las editoriales más reconocidas del país, Prior también ha mostrado su arte en revistas tan legendarias como la desaparecida El Víbora. En 2013 fue nominado como mejor autor español en el salón del cómic de Barcelona, y ahora regresa con esta fabulosa obra hoy os presentamos. Aquí os dejamos el blog personal del autor.
Astiberri nos trae, con su buen gusto habitual, este libro que contiene la obra completa escrita y dibujada por Marcos Prior. Encuadernado en cartoné, os esperan 120 páginas a todo color, que aguarda por vosotros en la librería más cercana al precio de 16 euros.
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Marcos Prior, con una trayectoria de dos décadas escribiendo guiones y dibujando cómics, compone Necrópolis, un nuevo trabajo donde se puede apreciar el rastro de una mirada fijada en los temas que le preocupan para reflejar las costuras de la realidad socioeconómica de las urbes del Primer Mundo.
En New Poole (“la ciudad que nunca duerme, auténtico crisol de culturas y telón de fondo de miles de blockbusters”) el departamento de policía parece incapacitado para resolver y atajar los terribles crímenes que se cometen durante unos muy frecuentes e inexplicables apagones. Son también habituales los enfrentamientos entre bandas callejeras por demarcaciones territoriales imaginarias y los robos de baja estofa magnificados por la prensa.
Con todo ello tenemos el cóctel perfecto para transformar a apacibles ciudadanos de New Poole en fieros miembros de patrullas urbanas que, con sus acciones, multiplican esa inseguridad que forma parte del tuétano de los discursos de los candidatos a la muy disputada alcaldía de la ciudad[/note]