Las obras cortas o de pocos tomos ostentan un handicap importante respecto a sus homólogas de mayor extensión: deben cuidar mucho más los tempos y planificar de forma significativamente más precisa lo que quieren contar y, más importante todavía, cómo lo narrarán. En consecuencia, resulta ciertamente un buen desafío ver de qué modo se opta por cerrar una cabecera de tres volúmenes como ‘City Hall’, puesto que aún quedan muchos elementos que desconocemos y un espacio reducido para aclarar todo. Así pues, de cómo se desenvuelva el guionista depende en gran medida de qué modo califiquemos la obra en su totalidad.
Antes de entrar en materia, sin embargo, es conveniente llevar a cabo un breve recordatorio acerca de lo acaecido en los dos volúmenes previos. Fundamentalmente, el primer tomo daba comienzo planteando una tesitura donde el papel, a raíz de ser el arma más destructiva jamás creada, era guardado y suprimido de los anales de la historia. Más de dos siglos después, Lord Black Fowl, un villano de intenciones desconocidas, volvía a utilizar esta mortífera herramienta, originando así una gran destrucción en Londres.
Con el fin de atajar la situación, el alcalde Malcolm Little, opta por pedir ayuda a Julio Verne y Arthur Conan Doyle que, junto a la posterior incorporación de Amelia Earhart como su guardaespaldas, se ocuparán de lidiar con el villano. Ya en la segunda entrega, se preparaba el terreno para el clímax final, haciendo un hincapié especial en la Exposición Universal de Londres como escenario de la futura batalla final (concluyendo el tomo, a modo de ‘cliffhanger’, con la irrupción del antagonista en el escenario dispuesto a revelar a todos los presentes el secreto de la escritura física), así como en las investigaciones de la identidad de Lord Black Fowl (que apuntaban a alguien muy próximo a uno de los protagonistas).
Por consiguiente, en la última entrega de ‘City Hall’ contemplaremos, por un lado, el enfrentamiento final entre Lord Black Fowl y los protagonistas de la colección. Por otro lado, Rémi Guerin, el encargado de los guiones, arrojará luz sobre tanto las motivaciones como la identidad del villano, así como otros detalles interesantes ocultos.
Desgraciadamente, debo decir que me encuentro algo decepcionado con la conclusión de la obra, máxime cuando llevábamos unos dos recopilatorios cuanto menos notables. Concretamente, creo que el guión adolece de un fallo crucial, y es básicamente el no haber sabido gestionar adecuadamente los tempos y reservarse una trama demasiado compleja para el final.
En otras palabras, el guionista, ha planteado un final con excesivas vueltas de tuerca y coyunturas algo confusas, lo que es cierto que sorprende al lector pero deja ciertos elementos no todo lo claros que deberían ser. Además, todo se agrava cuando nos percatamos que el protagonismo excesivo de los combates podría haber sido reducido para liberar espacio a lo que realmente es relevante: el guión.
Aunque podría parecer que este tomo resulta una especie de descalabro argumental, lo cierto es que pese a sus notables fallos todavía exhibe una calidad considerable: el final es sorprendente e interesante, aunque resulte algo enrevesado; y las peleas están bien montadas. Quizá el problema sea que toda la vertiente de investigación o detectivesca, por la que personalmente me sentía más atraído, se deja de lado en pos de otras.
En cuanto al dibujo, Guillaume Lapiere sigue mostrando un estilo similar al de Takeshi Obata, miembro del dúo creativo creador de ‘Death Note’ o ‘Bakuman’, pero ciertamente cuando ha de enfrentarse a plasmar escenas de acción no se le da del todo bien. Y es que, ya sea por el ritmo frenético de estas como por la estructura de las mismas, seres de papel combatiendo entre ellos, el dibujo resulta algo caótico y no es raro encontrarse páginas donde no sabes exactamente qué está ocurriendo.
La edición es idéntica a la de sus dos predecesores: Letrablanka Editorial recopila la tercera y última entrega de ‘City Hall’ en un tomo de 192 páginas en blanco y negro en formato rústica por 7,95€. Como siempre, a modo de extras se incluyen reinterpretaciones de los personajes realizados por autores famosos. En suma, pese a sus fallos en este tomo que hacen que mi valoración sea menor de lo que esperaba, en su conjunto es una cabecera recomendable y fresca.
[note] City Hall #3
Al lanzar una lluvia de papel sobre la multitud presente en la inauguración de la Exposición universal, Lord Black Fowl ha revelado al mundo la terrorífica verdad que la policía de City Hall peretendía mantener oculta. El cuervo ha tomado el control de la situación. El futuro jamás pintó tan negro: los Verne, padre e hijo, considerados enemigos de la corona, están en el punto de mira; y el dispositivo de vigilancia Big Eye, reactivado para garantizar la seguridad ciudadana, impide a Julio, Arthur y Amelia moverse libremente.
A la fuga y solos contra todos, su única opción es vencer a cualquier precio. Pero, ¿no será ya demasiado tarde para acabar con el cuervo…?
¡Descubre por fin quién se esconde bajo la máscara de Black Fowl y el porqué está dispuesto a arrasar Londres![/note]