El Caballero Oscuro, el Señor de la noche, el Cruzado Enmascarado, el hombre-murciélago… Multitud de sobrenombres con los que se conoce al ciudadano más insigne de Gotham City: Batman, la identidad enmascarada creada por el dibujante Bob Kane que apareció por primera vez en el número 27 de Detective Comics de 1939, y alter-ego del filántropo y playboy Bruce Wayne cuando cualquier tipo de amenaza cae sobre la ciudad que ha jurado proteger.
La historia de Bruce Wayne nos habla de una existencia triste, un cúmulo de desgracias que serían dignas de figurar entre las lineas más trágicas que pudiera escribir Eurípides; Wayne es un hombre que ha vivido rodeado de muerte desde que era tan solo un niño y que nunca se ha dejado vencer por las continuas tragedias que han llenado su vida. Su historia nos muestra el camino que convirtió a un desolado joven, afligido por el asesinato de sus padres, en un justiciero violento pero lleno de una inquebrantable ética que le ha valido el respeto de hombres de la ley como el comisario James Gordon y de superhéroes icónicos como Superman. ¿Queréis conocer la historia que transformó a un niño perteneciente a la clase alta de Gotham en el terror de los criminales de los callejones más sombríos de esa ciudad? Si la respuesta es afirmativa, queridos lectores de La Casa de EL, continuad leyendo:
El joven Bruce Wayne era el hijo único del Dr. Thomas Wayne y su esposa Martha, los ciudadanos más respetados y ricos de la Ciudad de Gotham. Bruce era un niño inteligente, responsable y alegre que gozaba de todos los privilegios que la envidiable situación de sus progenitores podían darle; su padre era el propietario y cabeza visible de la multinacional Wayne Enterprises, una fructífera y próspera empresa con varios intereses filántropos y comerciales (entre ellos el tecnológico, lo que sería de gran ayuda en el futuro para el adulto Bruce Wayne) cuyo origen se remonta al lejano siglo XIX cuando fue fundada por un antepasado de Thomas Wayne. En aquel entorno elitista, que mantenía alejados a los Wayne de la decadencia que se apoderaba de las zonas más pobres de la ciudad, nada hacía presagiar que la hasta entonces idílica vida del joven Bruce cambiaría, de una manera drástica e irreversible, para siempre.
A la edad de ocho años, los padres de Bruce decidieron acompañar al pequeño a una proyección cinematográfica de ‘La Máscara del Zorro’ (en algunas interpretaciones del personaje, como en la última adaptación al cine, cambia el escenario de la sala de cine por una asistencia a la ópera). A la salida del cine, los tres integrantes de la familia Wayne son asaltados por un delincuente que luego sería identificado como Joe Chill (personaje que a lo largo de los años ha visto cómo su papel en el origen de Batman ha sido cambiado o directamente eliminado, aunque en la historia oficial actual mantiene su importante rol), un delincuente de poca monta pero de gatillo fácil. En el trascurso del atraco, Chill acaba con la vida de los dos progenitores de Bruce, lo que sumerge al joven heredero de la fortuna Wayne en una espiral de odio y deseo de venganza.
Con el paso de los años, y a diferencia de lo que le hubiera sucedido a un espíritu más débil, la fortaleza mental de Bruce le lleva a plantearse la posibilidad de marcharse de la ciudad que lo trata como un príncipe y viajar por el mundo en busca de la formación necesaria para llevar al máximo de las posibilidades humanas sus condiciones físicas y psíquicas. Después de un viaje que dura varios años, en los que se ha mantenido al margen de todas las actividades de la empresa de su padre y en el que se ha sometido a duros entrenamientos capaces de doblegar al más fuerte de los hombres, Bruce Wayne vuelve a Estados Unidos con la intención de convertirse en un paladín de la justicia y luchar por defender a los ciudadanos de Gotham de la misma clase de hombres que destrozaron su felicidad y su vida.
Al regreso de su viaje, Bruce comprueba que el fiel mayordomo de la familia, Alfred Pennyworth, permanece al frente de la Mansión Wayne y, dado que el mismo Alfred se ocupó de él y le crió como a un hijo después del asesinato de sus padres, le confía sus planes de convertirse en un justiciero. Alfred se convierte en ese momento en la única persona al corriente de los planes de Wayne y por tanto en su mejor aliado.
En las primeras actuaciones heroicas de Bruce Wayne como vigilante nocturno, el joven millonario puede comprobar en sus carnes cómo la preparación de tantos años y todos sus reflejos casi sobrehumanos no bastan para sembrar el miedo en los corazones de los criminales que quiere detener. Es así, como al recibir la inesperada visita de un murciélago a través de la ventana de su biblioteca y recordar un sobrecogedor miedo infantil que padecía hacia los quirópteros, decide adoptar una identidad enmascarada, que más allá de proteger su identidad real, pueda servirle para atemorizar con su sola aparición a cuantos delincuentes se crucen en su camino. Es así como ataviado con su característica indumentaria, y adoptando el nombre de Batman, Bruce se convierte en el cruzado enmascarado que Gotham necesita, un brazo ejecutor de justicia y terror de los villanos, pero con una regla muy clara y marcada: jamás se convertirá en uno de ellos, utilizará toda la fuerza necesaria para acabar con la injusticia y con los que la provocan, pero Batman nunca deberá acabar con una vida humana… una regla que con el transcurso de los años Batman ha estado muchas veces a punto de romper.
Una presencia importante en la vida justiciera del señor de la noche es la de Robin, sidekick del justiciero nocturno que ha contado con diferentes jóvenes detrás del antifaz, siendo el mas reconocible de ellos Dick Grayson, joven acróbata de circo huérfano, que se convirtió en pupilo y primer hijo adoptivo de Bruce Wayne, y que con el tiempo asumiría la identidad del justiciero conocido como Nigthwing. El joven encargado de recoger el testigo de Grayson como Robin fue Jason Todd, un joven delincuente vagabundo al que Batman sacó de la calle, educó y entrenó física e intelectualmente para acompañarle en su lucha contra el crimen. Tras el asesinato de Todd a manos del Joker (un duro momento en la vida de Wayne, que a punto estuvo de matar a su archienemigo por tan cruel acto) el hombre-murciélago se prometió no volver a contar con ningún compañero, pero con los años reconsideró su posición y accedió a que Tim Drake, un inteligente joven que descubrió la labor de Bruce Wayne como Batman, se convirtiera en el tercer Robin. Hay otras identidades que han ocupado la labor de ayudante del murciélago, pero sin duda estos tres jóvenes son los más importantes.
Entre los enemigos que pueblan los archivos de la Batcueva, refugio y guarida tecnológica del héroe que nos ocupa, encontramos diversos personajes que conocen bien los muros de la penitenciaria Blackgate o las celdas acolchadas del Asilo Arkham; entre los más destacables encontramos nombres como Dos Caras, El Pingüino, Clayface, Catwoman, El Espantapajaros o Mr Freeze. Aunque sin duda, dos de los criminales más peligrosos con los que Batman ha luchado en su dilatada carrera como guardián de Gotham son El Joker, anárquico, lunático e imprevisible criminal, y Bane, una hipermusculada mole humana que logró romper la espalda de Wayne y le dejó fuera de la lucha contra el crimen durante largo tiempo. Durante los largos meses que Bruce dedicó a su recuperación (tiempo en el que se le dio por muerto) otra identidad superheroica llevo la capa del murciélago, Azrael.
En los últimos años, hemos podido vivir en los cómics sagas como ‘La Corte de los Búhos‘, en la que Batman se enfrenta a una peligrosa sociedad que ha controlado Gotham desde hace siglos conocida como la Corte de Los Búhos, o ‘Una Muerte en la Familia‘ en la que el caballero oscuro deberá luchar de nuevo con su gran némesis, El Joker, quien pondrá en peligro a toda la batfamilia, como ya ocurrió con Jason Todd en la saga homónima de los años 80. Recientemente hemos podido ver como James Gordon tomar el testigo de Bruce como Batman tras la Saga ‘Final del Juego‘, en la que el príncipe payaso del crimen volvería más letal que nunca.
En la pequeña pantalla, es imposible olvidar la mítica serie de los 60 protagonizada por Adam West, en la que junto a Robin, Batman debía enfrentarse a sus más famosos villanos, todo ello con un estilo cómic muy desenfadado y colorido. En los 90 llegaría el turno para la serie animada de Batman, la más alabada de todas sus adaptaciones de dibujos hasta la fecha, donde Bruce Timm y Paul Dini sacaron lo mejor del hombre murciélago en televisión.
En cuanto a la gran pantalla, aunque el hombre murciélago debutó en la gran pantalla en 1966 con la película basada en la serie de Adam West, Batman llegaría a los cines por la puerta grande en 1989 con el recordado filme de Tim Burton, donde Michael Keaton interpretaría a Bruce Wayne y su alter-ego enmascarado, con un Jack Nicholson como el Joker. Varios años más tarde llegarían las ‘Batman Forever’ y ‘Batman y Robin’ sendos fracasos de crítica y taquilla, sobre todo esta última. Tras varios años escondido en las sombras, el superhéroe de Gotham volvería por lo alto con la trilogía de Christopher Nolan (Batman Begins’, ‘El Caballero Oscuro’, ‘La leyenda del Caballero Oscuro Renace’) con Christian Bale como el playboy, o un joker realista y extremo interpretado por Heath Ledger.
En la actualidad, Ben Affleck es el encargado de enfundarse el traje del hombre murciélago en el universo cinematográfico que está creando Warner, con la reciente ‘Batman v Superman: El amanecer de la Justicia‘ como primer toma de contacto con el personaje. Por otro lado, en televisión Fox es la encargada de emitir ‘Gotham‘, serie basada en el universo del personaje, donde podemos ver a un joven Bruce Wayne tras la muerte de sus padres, así como los inicios del Comisario Gordon o la creación de muchos de sus carismáticos villanos.
Escrito por Adolfo Saro y actualizado por Javier González de la Huebra