Lo que vais a leer a continuación es algo más que una reseña. Pretendo convenceros de las virtudes de este cómic, claro, pero, además, planteo este texto como un ejercicio de justicia. Alex Toth se merece un puesto en el Olimpo de los grandes dibujantes de la historia y, me temo, su aportación al medio no recibe todos los elogios que sí se llevan muchos de sus contemporáneos. Artistas como Jack Kirby o Will Eisner aparecerán siempre escritos con letras de oro entre las leyendas del noveno arte, con toda la razón, pero existe una tremenda omisión con el dibujante que protagoniza este recopilatorio que nos trae Planeta, un auténtico lujo para los lectores. Admito que tengo cierta debilidad por el trabajo de este genio, pero creo que no exagero cuando reivindico ese espacio de admiración y respeto que sí noto por otros autores.
Y es que Toth nunca fue un artista al uso. Su inconformismo le llevo a un nomadismo editorial que le impidió rubricar una obra maestra imperecedera en el tiempo. La carrera de Toth se basó en la experimentación, en el cambio constante, en la adaptación a cualquier género o trama en sus manos. A lo largo de su dilatada experiencia en el cómic trabajó en toda clase de publicaciones, desde las historias románticas dirigidas al público femenino, pasando por el western, o una celebrada etapa como dibujante de las aventuras del Zorro. Nunca entró de lleno en el mundo de los superhéroes, pero sí que participó en una breve etapa de la Patrulla X original y tuvo alguna participación en Batman (personaje que le sentaba como un guante a su estilo, tan dinámico, elegante y con cierto toque oscuro cuando la ocasión lo requería). Puede que algún lector recuerde a Toth como dibujante original de la serie española Torpedo, aunque fuese Jordi Bernet el que daría identidad visual a la creación de Abulí. Por supuesto, uno de los géneros que manejó con más habilidad fue el relacionado con el terror y el misterio, que es lo que nos toca. En este tomo, tendremos a nuestra disposición la obra completa de Toth al servicio de las publicaciones de la mítica editorial Warren, que llenó de horrores impensables el mojigato mercado del cómic desde mediados de los 70.
Warren Publishing publicó con éxito varias revistas a lo largo de tres décadas, con su estandarte en la mítica Creepy. En el momento de su aparición, el cómic americano era víctima del juicio social y mediático, señalado como la fuente de todos los males de una sociedad en decadencia. Típico chivo expiatorio cultural para mentes bien pensantes, la industria evitó males mayores acogiéndose a lo que se conoció como Comics Code Authority, una suerte de autocensura que eliminaba gran parte de los contenidos más polémicos de estas publicaciones, en especial las orientadas hacia el horror y la violencia. irónicamente, este cerrojo temático propició el renacimiento del género de superhéroes, pero ese es un tema para otro momento.
Warren Publishing basó su arrollador éxito en su negativa a aceptar las condiciones del Comics Code. A pesar del posible suicidio comercial que esto suponía, la editorial se aprovechó del vacío en el mercado que supuso la claudicación del resto de sellos del país, y llenó de monstruos, crímenes y horror la imaginación de varias generaciones. Cuenta la leyenda que llegaron a vender más de tres millones de ejemplares de algunas de sus revistas, que llegaron incluso al mercado internacional. Algunos nombres que hoy son historia del cómic comenzaron su carrera profesional en las oficinas de Warren, como Archie Goodwin, Dough Moench, o Neal Adams. Más tarde, muchos de ellos ganarían fama gracias a sus trabajos en el mundo de los superhéroes de Marvel o DC, y por ello son de sobra conocidos por el lector con cierto gusto por los clásicos. Toth, aplaudido por su capacidad todoterreno, también paseó su talento por las páginas de esta mítica revista, demostrando su habilidad para encontrar siempre el tono perfecto en su aportación visual.
Alex Toth deja impronta en cada una de las historias que forman este recopilatorio. En todo momento, la fuerza visual del relato queda en la retina del lector, dota de valor a una narración que depende del impacto y la ambientación. Hablamos de un género con unos fundamentos tan rígidos como es el terror, pero Toth saca partido de lo que en manos de un artista menos habilidoso no sería más que una colección de clichés. Juega con esas reglas, recrea un mundo sórdido, lleno de dramatismo, pero anclado de manera brillante en una concepción del realismo que convive de manera orgánica con lo misterioso o espiritual. El trabajo de Toth para Creepy es un viaje en el tiempo y en el espacio; desde las catacumbas y cementerios del horror victoriano a las amenazantes calles de las ciudades en metamorfosis del siglo XX, el maestro nos arrastra hacia un mundo tan bello como desasosegante. Lo onírico, lo tecnológico, lo monstruoso o lo tristemente humano se conjugan en una colección de historias basadas en la más elemental forma del relato de horror: el cuento corto. Creo, personalmente, que esta es la forma más eficaz cuando se afronta el género, en donde se han forjado los maestros renovadores como Allan Poe, Lovecraft o, más recientemente, Thomas Ligotti.
Cada una de estas acometidas al horror por parte de Alex Toth tiene luz propia. En lo visual, la identidad del autor es indiscutible, pero no se conforma, aporta personalidad única al relato por el uso de diferentes técnicas e ideas, siempre con la presencia protagonista de la figura humana, su gran punto fuerte. El dinamismo de sus viñetas viene por el talento de este genio para situar a sus protagonistas como dentro de la acción, sin descuidar el resto de componentes de su propuesta. La formación de Toth como diseñador permite al dibujante la toma de riesgos, la ruptura de la página y la composición, un auténtico delirio que llega a su punto máximo en el momento en el que se hace cargo de todos los aspectos de la obra. El Toth guionista nos deja un ejemplo de libertad, de uso inteligente de perspectivas y puntos de vista, de dinamismo casi cinematográfico y excelencia en el uso de las tintas, que convierten el balnco y negro de estas páginas en pura elegancia. En historias como Irreal, Toth deja claras sus influencias en el cine mudo, el constante movimiento y la acción como base de sus historias, fabuloso homenaje a los clásicos como Buster Keaton.
El tomo que nos presenta Planeta es un imprescindible de vuestra colección, por su majestuoso ejemplo de sobriedad. Las historias de este recopilatorio, en muchas ocasiones, están más que superadas, pero es genial la resolución de Toth como artista para dar vitalidad a relatos tan cogidos por los pelos.
Alex Toth fue un auténtico aventurero de la viñeta, dueño de un estilo brillante y lleno de contrastes. Su influencia es inabarcable, y son decenas los artistas que se rinden a su genio y reconocen el poso de Toth en su propia obra. Quizá no firmó esa gran obra inmortal para el recuerdo. No hay unos 4F como Jack Kirby, o un Spirit como Eisner. A cambio, tenemos la diversidad y la valentía de este artista que siempre buscó la perfección, renunciando a lo evidente para traspasar límites. Este tomo es la ventana perfecta para el encuentro con el talento de una leyenda, en pleno viaje a las partes más oscuras de la imaginación.
Creepy Presenta: Alex Toth es de esos libros que colocarás en un sitio privilegiado de tu estantería favorita. Edición de lujo en libro de tapa dura, recopila todas las historias de Alex Toth en Creepy y Eerie. El blanco y negro de estas míticas revistas luce como pocas veces en las páginas de este tomo de 166, que podrás encontrar en tu librería favorita al precio de 25 euros.
Alex Toth (1928-2006) Dedicó toda su carrera al mundo del cómic y la animación, campo en el que participó en el desarrollo de series tan míticas como Birdman o Super Friends. Trabajó para diferentes editoriales en los géneros más diversos, dedicado a la constante experimentación. Profesional y trabajador incansable, murió sobre su tablero de dibujo de un ataque al corazón. Entró en el Jack Kirby Hall of Fame en 1990.
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¡La primera recopilación completa de las historias de terror de Alex Toth en las revistas Warren!
A Alex Toth, un creador brillante que utilizaba un estilo dinámico y minimalista, se le considera un maestro en las disciplinas de la narrativa para cómics, la animación y el diseño. En Creepy presenta Alex Toth se recopilan por primera vez todas sus vibrantes y apasionantes historias aparecidas en Creepy y Eerie en un tomo de lujo en tapa dura.
Con un prólogo de Douglas Wolk (Reading Comics: How Graphic Novels Work and What They Mean), esta recopilación de relatos intemporales apasionará, educará y excitará a los aficionados al terror, al cómic y al estelar trabajo de ilustración. El tomo incluye tremendas colaboraciones con Archie Goodwin, Doug Moench, Carmine Infantino y otros maestros.
Contiene: Creepy # 5, 6, 7, 9, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 114, 122, 123, 124, 125, 139; Eerie # 2, 3, 64, 65, 67[/note]