Analizamos el wargame de cartas ambientado en la época clásica ‘Onus!’
Seguro que más de uno hemos dedicado horas y horas de juego al conocido ‘Age of Empires’. Entre sus muchas civilizaciones a elegir teníamos a los romanos y a los cartagineses, quienes se enfrentaban en coloridas batallas donde el rojo y el azul marcaba los diferentes bandos, salvo que hubiera por la zona un sacerdote gritando “Wololo”. Aunque el mencionado juego supuso un antes y un después, con el tiempo fueron surgiendo nuevas propuestas que adaptaron mejor la sensación de ser un auténtico general, tanto en videojuegos como en juegos de mesa con miniaturas. Pero de nuevo de la mano de los chicos de DracoIdeas llega ‘Onus!’, un juego que suple las miniaturas por cartas, logrando que no se pierda la esencia por el camino.
Antes de nada hay que dejar clara una cosa: los wargame de miniaturas tienen una alta curva de aprendizaje y este no podía ser menos. Si bien es cierto que la dinámica del juego en sí no es difícil, su gran cantidad de opciones y características a tener en cuenta lo convierten en un juego destinado a un público ya habituado a este tipo de juegos. Las reglas explican perfectamente todas las particularidades del juego, dotando a cada acción de ejemplos visuales, por lo que a quienes ya estén familiarizados con los wargame no les supondrá ningún desafío y a quienes no, les requerirá un esfuerzo extra que será recompensado con la experiencia de juego.
La premisa de ‘Onus!’ es simple: cada jugador, o jugadores (el juego permite jugar de 1 a 4 personas), lidera a un ejército que tendrá que llevar a la batalla para enfrentarse contra sus oponentes. El ejército se crea en base a un número de puntos establecido al inicio de la partida, aunque también se incluyen un par de cartas con ejemplos de ejércitos predefinidos para partidas iniciales. Cada jugador situará en su mesa boca abajo sus tropas con el fin de sorprender a su contrincante al revelarlas, dando así inicio a la partida tras decidirse quién será el jugador inicial.
A partir de este momento, y mediante un par de reglas de 15cm que se incluyen en la caja, los jugadores irán maniobrando sus tropas con el fin de destruir o desmoralizar a las del enemigo. Ahora bien, como si de una batalla real se tratara, hay que tener cuidado con qué se mueve y hacia dónde se mueve. Si maniobramos a los arqueros con el fin de disparar tendremos que calcular previamente a ojo si llegarán o no a su objetivo, midiéndolo después y resolviendo los daños que causan. ¿O acaso en las guerras púnicas median antes de disparar? Si damos una mala orden y unas tropas atraviesan a otras de nuestro propio bando, estas quedarán rotas, ya que se verán descolocadas ante la situación. Estos ejemplos son solo una simple prueba del cuidado detalle con el que se ha realizado ‘Onus!’, buscando hallar una simulación perfecta.
Por otra parte, antes de realizar cualquier enfrentamiento tendremos que levantar una carta de evento para ver si se da algún factor sorpresa, como un cambio de viento que afecte a los arqueros, un grito de batalla inesperado que merme la moral del rival o una encarnizada batalla en la que se haga el doble de daño.
En cuanto a las órdenes, estas se dan mediante seis cartas que se tienen en la mano, que se pueden utilizar como tal o como eventos. Podemos usar todas las que queramos en el turno, pero solo recuperaremos una al final, salvo que no hayamos lanzado ninguna que entonces se recuperan tres. Esto hace que tengamos por un lado que pensar en la estrategia a usar con nuestras tropas desplegadas sobre el campo de batalla y por otro que debamos medir muy bien nuestras órdenes, ya que son limitadas.
Además de la gran cantidad de movimientos que se pueden efectuar, emulando emboscadas o ataques por flancos y retaguardia, cada carta de tropa tiene unas habilidades que la hacen más o menos virtuosa en cada situación. Por ejemplo la carta de caballería Equites Alares puede atacar en formación de punta de flecha, para lo que se pondrá un marcador sobre ella cuando se active, puede embestir si se enfrenta a infantería y está compuesta por profesionales, hecho que le brinda la oportunidad de repetir una vez cada dado en el que le haya salido un 1.
Lo que viene a ser el combate entre cartas es “sencillo”: se tira un número de dados en base a las secciones que atacan (en principio 4 por carta), se le suma el valor de ataque de la carta y se compara el resultado con la defensa del rival. Si la pasa, el perdedor tendrá que quitarse un número de heridas igual al equivalente en aciertos y luego chequear su moral. Si esta termina rompiéndose dos veces, las tropas huirán del campo de batalla, minando la moral del resto de compañeros que tengan cerca.
Al igual que ocurría con ‘2GM Tactics’, ‘Onus!’ también incluye generales que aportan beneficios a su poseedor. Estos, las campañas y escenarios y las tropas mercenarias hacen que el juego adquiera un sinfín de posibilidades que se verá incrementado con futuras expansiones, que incluirán nuevos ejércitos y añadirán escenario.
‘Onus!’ se convierte así en una más que interesante propuesta para los amantes de los wargame de corte clásico que quieran olvidarse de transportar o comprar miniaturas, ya que gracias a las cartas, el juego completo se lleva en una pequeña caja. ‘Onus!’ incluye 90 cartas de unidad, 6 cartas de ayuda, 70 cartas de órdenes/eventos, 5 cartas de general, 8 dados, una bolsa de tela, más de 100 fichas, 2 reglas para medir las distancias y un libro de reglas.