“Hay todo un mundo ahí fuera lleno de peligros de todo tipo: ciudades fantasma, criaturas mutantes, violentos supervivientes organizados en bandas… Este es mi mundo, el que traigo cada semana a vuestras pantallas. Jugándome el cuello, viviendo aventuras increíbles y desafiando a la muerte para que disfrutéis sentados en vuestros cómodos sofás. Me llaman El Rey de la Carretera“
Así de contundente se presenta este voluminoso aventurero post apocalíptico, surgido de la inquieta imaginación del guionista Josep Busquet y el dibujante José Ángel Ares. El Rey es el no va más del entretenimiento en un mundo totalmente fuera de quicio, mezcla de las salvajes fantasías de western de ciencia ficción a lo Mad Max y la pesadilla urbana al estilo Juez Dredd, pasado por la coctelera, eso sí, de dos autores con tendencia al espectáculo gamberro y al humor desenfadado, sin perder el punto de crítica que sustenta este tebeo.
Los autores de este trepidante espectáculo de acción tienen muy claro a quién van dirigidos sus dardos, lanzados con grandes dosis de humor, envuelto todo el mejunje en un aspecto visual deudor de varias influencias notables. El resultado es un cómic dotado de gran personalidad propia, a pesar de los claros homenajes a los citados clásicos de futuros sombríos.
La sociedad descrita por Busquet y Ares es terrible y cómica a partes iguales. Como en todas las historias de aires distópicos, el contexto de El Rey de la Carretera es un espejo bastante turbio de nuestras miserias como sociedad, desequilibrada y plagada de ídolos con pies de barro. Resulta aterrador, pero siniestramente plausible, el hecho de que una estructura social que debe partir de cero se basa en la basura cultural que ha vomitado la degradación total del espectáculo televisivo, con la mal llamada telerrealidad como punto álgido de inmundicia. En el futuro de El Rey de la Carretera prima se divide en dos mundos completamente antagónicos. Fuera de los muros de las ciudades, prima la supervivencia, pero en el protegido contexto urbano, lo que manda son los índices de audiencia. El ser humano del futuro tiene dos opciones: o ser un criminal despiadado dispuesto a todo o ser un semivegetal enganchado a la programación televisiva perpetrada por maquiavélicos directores de programación que sólo piensan en la rentabilidad de su delirio televisivo. Pero si hay algo que define a ambos lados del muro es que sus habitantes matarían (en algunos casos, literalmente) por ser el nuevo Rey de la Carretera.
El Rey lleva años como dueño de los máximos índices de audiencia. Su programa es venerado por millones de espectadores, expectantes ante las aventuras del temerario explorador de este mundo yermo y lleno de peligros. Pero las cosas cambian, y hay nuevos rostros en el mercado, que amenazan la hegemonía imbatible del Rey. La última invención de los programadores es una suerte de Gran Hermano pero a lo bestia, en el que los concursantes son puestos a prueba de las maneras más dolorosas, peligrosas o humillantes para demostrar que se merecen ser los sucesores del legendario líder de audiencias. Son muchos los que desean desafiar al mito, aunque eso signifique la reducción a cenizas de una sociedad enferma.
El Rey de la Carretera hace equilibrios entre la acción más simple e inmediata y el consabido sentido del humor, aliado indispensable del estilo visual de Ares. La propuesta del dibujante está llena de referencias que harán las delicias de los lectores, que van desde el desenfadado y dinámico estilo de Akira Toriyama al golpe y porrazo del clásico humor Bruguera. Este dibujante único maneja sus influencias con inteligencia, centrado en el trepidante ritmo impuesto por el guión de Busquet, aportando soluciones visuales que os arrancarán más de una sonrisa. ¿Has visto alguna vez a un personaje golpear de forma muy bruta a otro con una viñeta arrancada de la mismísima página del cómic que estás leyendo? ¿No? Pues tranquilo, que Ares te trae una buena ración de sopapos perfectamente incrustados en la narración, a base de ingenio y una perspectiva bastante juguetona de las posibilidades del cómic como medio. No es el colmo de la técnica, está muy lejos de la perfección estilística, pero es que, me temo, Ares está bastante lejos en intenciones de todas esas cosas. Hay mucha planificación para sacar partido a su estilo, tan marcado y eficaz, y se agradece la limpieza de ideas y la simpleza gráfica, ideales para la gamberrada a toda velocidad ideada por Busquet. En las viñetas de El Rey de la carretera hay recursos tan clásicos que siguen funcionando a las mil maravillas. Me ha encantado el manejo de las onomatopeyas, en desuso total en el cómic de hoy en día, y que recuerdan, como digo, a todos esos grandes de la viñeta española.
El problema que veo en El Rey de la Carretera es cierta precipitación a la hora de contar cosas. Busquet renuncia por completo a la construcción de personajes, y destina cada párrafo de su guión a la acción desmedida y la creación del contexto. La crítica a los medios es certera, y su desmadrada versión del futuro es tan espantosa como divertida, pero echo de menos un poco de sosiego. Está claro que Busquet pretende, en esta presentación de su criatura, divertirnos y dejarnos sin aliento, y lo consigue, claro, pero en detrimento de un contenido más potente para estos simpáticos personajes, que tan bien funcionan en lo visual.
Espero que El Rey de la Carretera funcione muy bien en ventas, porque es un gran cómic; divertido, ácido, y lleno de riesgo editorial. A estas alturas, apostar por el producto patrio es casi una misión suicida, así que aplaudo públicamente a Joseba Basalo, editor de Aleta, auténtico guerrillero de la viñeta, por su decisión de sacar este proyecto adelante y confiar en un producto tan especial de intenciones tan sanas como divertir, sin pretensiones ni excesos. Yo, por mi parte, quiero más aventuras de El Rey.
El Rey de la Carretera está editado por Aleta Ediciones. Un tomo único de 96 páginas en blanco y negro recoge la primera aventura de este personaje, acompañado por un divertido making of en el que los autores desvelan los secretos del origen de la colección. Lo encontrarás en tu librería favorita al estupendo precio de 9,99 euros.
Josep Busquet es todo un veterano del cómic patrio. Ha publicado en medios tan importantes como Cinemanía, Amaniaco o El Jueves. Además, es autor de la colección de libros infantiles La Loca Historia de la Humanidad.
José Ángel Ares es conocido por su serie de tiras cómicas No eres tú, soy yo. Además es ilustrador de libros e incluso ha trabajado en la realización de storyboards en películas como El Desconocido.
[note]Llega la última gamberrada de Josep Busquet (“Visiones del Fin”, “Proks”, En Segundo Plano”), que con la ayuda del increíble José Ángel Ares (“Rosa y Javier”, “Independencia?”, “Bitcoin: LCDSN”) nos transportan a un mundo post apocalíptico no tan diferente al nuestro.[/note]