‘Hoy me ha pasado algo muy bestia‘, en su adaptación al cómic, ha sido una de las sensaciones del mercado español en los últimos tiempos; se trata de la adaptación de la ya conocida novela del mismo título escrita por Daniel Estorach, que empezó como un blog virtual y actualmente es publicada por Norma Editorial, al igual que su continuación ‘Identidades secretas‘, o las novelas relacionadas con ese universo creativo que ha dado en llamarse ‘Tiempo de héroes‘. Para su adaptación al noveno arte se contó con un equipo creativo de alto nivel, formado por El Torres como guionista y Julián López como dibujante, ambos de reconocidísimo prestigio en lo que a las viñetas se refiere.
El Torres es uno de los grandes del guion de cómic en España, autor, entre otras muchas obras, de ‘El Velo‘, ‘El bosque de los suicidas‘, ‘Roman Ritual‘, ‘Nancy in hell‘ o ‘El fantasma de Gaudí‘.
Julián López es uno de los principales valores jóvenes entre los dibujantes de cómic españoles, ya asentado en la industria en Estados Unidos, ha trabajado regularmente en series importantes para DC Comics habiéndose encargado, entre otras, de la parte artística en ‘Superman‘, ‘Wonder Woman‘, ‘Titans‘, ‘Batman y los Outsiders‘ o ‘Action Comics‘.
Los tres estuvieron presentes en Vigo durante la celebración de Boom! Film & Comic, el festival de la cultura pop y La Casa De EL, medio oficial del evento, tuvo la ocasión de realizarles una entrevista conjunta. Cuando puedes ver a los tres juntos es fácil advertir uno de los secretos del éxito de esta obra: hay química entre ellos. Eso salta a la vista, en todo momento estaban juntos, ya fuese firmando sus obras, debatiendo en una mesa redonda o visitando otras zonas del evento. Las risas, las bromas y el buen rollo se transmitía a todo aquel que se acercaba a ellos.
La Casa De EL: Estamos con Daniel Estorach, El Torres y Julián López, los tres responsables de la versión en cómic de ‘Hoy me ha pasado algo muy bestia’. ¿Se pronuncia “Estórac”?
Daniel Estorach: “Estorác”. Pero da igual, al menos no has dicho “Estórach” que es lo más habitual.
LCDE: Supongo que esta pregunta os la habrán hecho un millón de veces, pero es obligada: ¿veis el mercado español preparado para aceptar superhéroes netamente españoles?
DE: Yo creo que sí, y más viendo la respuesta que hay. De hecho hay mucha gente que estaba esperando algo así.
LCDE: La respuesta, tanto a nivel de crítica como a nivel de ventas, ¿está siendo buena?
DE: Bueno, hemos agotado la primera edición en menos de un mes.
El Torres: La cuestión es que la aproximación quizás sea lo que le da un toque diferente. Siempre que se habla de superhéroes a la española acaba saliendo lo típico: El Capitán España, que sería un trasunto extraño del Capitán América; entonces caemos en la autoparodia muy rápidamente. Pero contar una historia con personajes con capacidades extrañas más allá de lo normal y que la gente pueda reconocer ambientes y situaciones… Que en lugar de decir: “¡Eh, Mike! Vamos a tomar un sitback”, diga: “Vamos a tomarnos un café a la esta de la esquina”, que es lo que hacemos aquí.
Eso es lo que a la gente le interesa y, curiosamente, yo creo que es un producto muy exportable. Lo mismo que nos puede llamar la atención una película ambientada en Australia en la que ves a los australianos haciendo cosas australianas, al público norteamericano, francés o al que sea, le puede gustar decir: “Mira, así vive la gente de España. No van vestidos de toreros” [Julián López añade por detrás: “ni con sombreros mejicanos” y Daniel Estorach: “ni haciendo la siesta todo el día”] o: “Es que viven en Cataluña, ¿cómo es que no hay castellers por la calle?”.
DE: O no van todos con la estelada, o no aparece el Capitán Independencia.
LCDE: ¿Es muy diferente trabajar pensando en el mercado español que si trabajarais para una editorial estadounidense u otro tipo de mercado?
Julián López: No sabría decirte, a ver… a nivel gráfico en este caso sí lo hemos hecho a la americana, por decirlo de algún modo. Hemos trabajado con un equipo de cuatro personas (guionista, dibujante, entintador y colorista) y hemos hecho trabajo en cadena, que no es lo habitual en el mercado europeo o en el español, porque suelen ser autores más completos.
También es verdad que yo estoy más acostumbrado a eso, nunca he trabajado de otra manera. Además, en el caso de Juan (Albarrán, el entintador del cómic) trabajamos todo el cómic directamente en formato digital y trabajábamos, curiosamente, con el mismo programa; así que yo le podía enviar los archivos con todas las cosas necesarias (reglas, perspectivas, capas separadas, todas esas cosas) para que a él le ahorraran trabajo. Luego él me lo devolvía y si había algo que a mí me chirriaba, que muchas veces ocurre con el entintado (los dibujantes somos así, un poquito pejigueros; por ejemplo: esta expresión no es exactamente la que yo quería), pues eso normalmente ahí se queda; pero en este caso yo podía retocarlo porque él me devolvía a mí también el archivo con las capas separadas y toda esa historia y yo podía retocar la tinta. En ese aspecto ha sido mucho mejor que en otras ocasiones.
ET: Teníais más comunicación directa, porque claro, en Estados Unidos parece que tienden a…
JL: Claro, también. Bueno, yo en Estados Unidos he conocido a… ninguno, ninguno de mis colaboradores. De hecho ni a guionistas, ni… uno. Hay uno con el que tengo relación, pero no he conocido ni a más guionistas, ni coloristas o entintadores que no hayan sido conocidos ya de aquí, de España. Porque sí es cierto que yo he trabajado mucho con Bit y con Marta Martínez, y los dos eran de aquí y los dos vivían en ese momento en Barcelona. O sea, nos veíamos, nos repartíamos originales, en fin…
LCDE: ¿Y con el resto cómo era la comunicación?
JL: Nada. Cero, cero. Yo recibía las páginas de guion y yo enviaba por Fedex la caja con originales. Fin.
LCDE: En los casos en que se hacen páginas concretas de un cómic donde haya otro dibujante, ¿cómo se hace para cuadrar el dibujo de los dos?
JL: No, no. Yo, al menos, no hacía nada. A ver… de todas maneras, que yo haya coincidido con otro dibujante me parece que hay un especial de esos de 80 páginas de Superman que eran historias cortas, y eran todo dibujantes distintos, pero ahí tampoco era necesario tener relación con los demás. Lo único, que hayamos intercalado números en una misma colección distintos dibujantes y ahí tampoco era necesario… como no coincidíamos en el mismo número, pues tampoco.
O sea, que ya te digo, no hemos hecho nunca nada, al menos yo, para parecerme a nadie. Recibía, si era necesario, alguna corrección, pero por parte del editor. Del tipo: “Te has pasado con las tetas”; piensas: “Pues es verdad. Las rebajamos un poquito” y ya está, cosas de ese tipo.
Por ejemplo, en el primer cómic que hice, que era de Superman y era mi primer cómic -claro, experiencia cero; es cierto que salió publicado, pero experiencia cero-, recuerdo que Mark Chiarello, que era entonces el director artístico de DC, me dijo: “Mira, a los fondos les tienes que dar más vida” y tenía razón. Si fuera más “cartoon” a lo mejor no era necesario, pero en mi estilo de dibujo, siendo un poco más realista, los entornos tienen que acompañar y, yo que sé, un suelo limpio, pulido, con las líneas más perfectas no cuadraba a lo mejor con el personaje; hacía falta algo más sucio, agrietado, más vivido. Un fondo vívido, que no resultase impostado, lo fui trabajando y ya está. Eran comentarios de este tipo los que pude recibir, y era solo al principio, luego ya…
Pero sí es cierto que hay dibujantes que se quejan de que “me están corrigiendo”. Yo no tuve problemas de ese tipo, a lo mejor porque como entregaba muy justo no había tiempo para correcciones (risas), pero sí es verdad que no me han hecho correcciones importantes. Apuntes, nada más.
LCDE: ¿Pensáis que el modelo de Marvel o DC, en cuanto a que los personajes son propiedad de la editorial y, tanto los guionistas como los dibujantes, son empleados de la compañía que hacen un trabajo y se van, es posible implantarlo en España?
ET: Ojalá, porque eso significaría que tendríamos una industria potente y que se puede vivir de ese trabajo. Es España no creo que sea posible porque no hay un sustrato de lectores suficiente como para soportar una industria de ese tipo.
Una editorial española que internacionalizara sus productos sí, lo haría posible. Pero, claro, nadie apuesta por internacionalizar. La fuerza de trabajo existe, pero no hay una base industrial para desarrollar tantas series, para publicar en tantos países y que puedan recibir los autores su dinero y puedan verse tebeos continuamente sobre una marca.
También pasa que la legislación española es muy diferente de la norteamericana. A pesar de que sea la editorial la que te diga: quiero esto, eso y esto, la propiedad de ese trabajo pertenece a los autores. Entonces ese tipo de legislación tampoco hace que una empresa se plantee decirnos… porque puede pasar que me mosqueo con el autor, se lleva todo su trabajo y él no lo puede mover y yo tampoco. En definitiva, son unos factores que no creo que permitan que exista ese método de trabajo en España.
¡Qué callados os habéis quedado todos! (risas).
JL: Vamos a ver… cuando el maestro habla los demás escuchan. ¡Esto es así!
LCDE: En los últimos años en el mercado americano hay muchos dibujantes españoles que han entrado, se han hecho un nombre allí y participan de series muy importantes. Sin embargo con los guionistas no ha pasado lo mismo, os cuesta mucho entrar. ¿Cuál es la diferencia?
ET: Mi experiencia al respecto es que los editores norteamericanos son muy reacios a pillar a alguien que no sea anglosajón. Temen que, yo que sé…, pongamos “it” con hache o algo así…
Pero también por el sistema que ellos tienen. Las “majors”, por ejemplo, se han construido unas enormes máquinas de marketing, tan grandes que es muy complicado que alguien que no esté dentro del sistema, de las oficinas, que hable con los de marketing y esta gente pueda interactuar como para acceder a esto. Los veo muy reacios.
Sin embargo en las independientes sí, porque les importa un pimiento. Lo que pasa es que ahí los guionistas tienen que sentarse con los dibujantes y aportar un producto que a ellos les interese.
DE: Todas las editoriales lo primero que miran son los dibujos. Un guionista, si cuando empieza no va con un dibujante muy bueno al lado lo tiene muy difícil. Luego se leerán la historia, pero primero van los dibujos. Es así.
JL: A ver… el problema en ese aspecto es que cuando le presentas los portfolios a los editores normalmente no hay tiempo de ponerse a leer.
DE: ¡Pero luego sí!
JL: Ya. Pero si no ves algo que te entre por los ojos no te vas a parar a leerlo, porque reciben mogollón, miran cantidad. En fin, que es lógico.
ET: Es que no te vas a acercar tú a un editor de una “major” y decirle: “Tengo una idea cojonuda para un Spiderman”.
DE: No puedes. Tienes que ir con algo ya hecho.
ET: Tienes que llevar algo sólido, hecho. De todas formas, no creo que sea imposible. Tarde o temprano veremos guionistas españoles en Estados Unidos.
DE: Claro que sí, pero cuesta. Además tenemos un problema. Él no (señala a El Torres); él escribe perfectamente en inglés pero yo, por ejemplo, no. Lo puedo hablar, pero a la hora de escribir lo escribo prácticamente como un indio; entonces no podría, necesitaría alguien conmigo, traduciéndome todo el rato.
JL: También hay un componente cultural. Alguien de aquí, que vive aquí y no conoce cómo vive o cómo habla la gente por New York…
DE: Más si es para venderlo allí, es que no colará.
JL: Exacto. ¿Cómo es un tipo de Ohio a las tres de la tarde y qué suele hacer?
DE: Eso es. Hay gente que escribe sobre Maine sin haber estado nunca. Que aquí a lo mejor cuela, pero allí no.
ET: No. Bien documentado sí que cuela.
JL: Si te documentas bien. El trabajo de documentación es mucho más importante el que tiene que hacer un autor, guionista, etc. de aquí que otro.
ET: Recuerdo cuando salió ‘El velo’. No nos conocía ni el tato y recuerdo las críticas: “Se nota que los dos autores son de Maine porque han captado la jerga y la manera de moverse” (risas). Nosotros, Gabi (Gabriel Hernández, el dibujante) que es de Granada y yo de Málaga… pues descojonados los dos.
DE: Es que has leído mucho Stephen King y entonces…
ET: A chorrones (más risas).
LCDE: ¿A alguno de vosotros os tienta meteros en el campo del otro? ¿Hacer de autor completo?
DE: Yo estoy haciendo guiones de cómic con otros autores, pero en este caso de ‘Hoy me ha pasado algo muy bestia’ tengo muy claro que tiene que seguir el mismo equipo: El Torres y el mismo dibujante. Yo tengo que terminar todavía la tercera novela, por lo tanto…
LCDE: ¿La idea son solo tres?
DE: No, pero de momento a ver si llegamos a las tres.
ET: De todas formas, Daniel como escritor ya sabemos lo bien que funciona y como guionista va a dar que hablar, porque estoy viendo cada dos por tres los proyectos que está desarrollando y ahí hay un torrente creativo que cuando se vea lo tiraré ahí, en la Ría. Porque me hace la competencia ya, vamos…
DE: No, hombre, no. Que formaremos algo ahí…
LCDE: El Torres ¿Tienes idea de dibujar algún proyecto?
JL: Bueno, él ya dibuja.
ET: Sí, pero dibujo fatal. Solo sé dibujar caras de gente triste y al Capitán Pepinillo (las risas se multiplican. El Capitán Pepinillo es un simpático dibujo recurrente que El Torres usa para las dedicatorias en sus obras).
DE: Hay que tener claro lo que se le da mejor a cada uno. Yo soy ilustrador también, pero llega un momento que tienes que decidir dónde tienes más salida, qué se te da mejor.
JL: Lo bueno de eso… lo bueno es que ellos conozcan nuestra parte, la del dibujante, durante la escritura del guion; porque hay veces que un guionista te pide muchas cosas que tendrían que ocurrir en una viñeta y dices… No. Es que no se puede hacer que un tío esté saltando, luego corriendo y luego se tome un café en una misma viñeta.
En ese aspecto es muy útil y luego, si también tienen una idea muy clara de cómo quieren cierta acción o cierta viñeta, te pueden hacer un boceto, que también es muy útil para el dibujante. Y a ellos también les ayuda a ver: Pues no, no funciona. Yo creo que es muy interesante ese detalle.
LCDE: También debe depender mucho del carácter de la persona ¿no?, porque imagino que, a lo mejor, otro autor que tenga una ligera idea de dibujo lo que hace es encorsetarte más.
DE: Sí. Hay a quien no le gusta, depende del dibujante. En mi caso, cuando escribo un guion, antes de ponerme a escribir me hago mis “layouts” y luego escribo sobre eso. Pero el “layout” no se lo paso al dibujante a no ser que sea él quien me diga: “Oye, si tienes un layout igual me puede ayudar”; pero normalmente no se lo paso. Es porque te encuentras con eso, con dibujantes que dicen: “Si me pasas el layout ya…”. Depende con quién trabajes.
JL: En este caso me envió unas páginas de guion y me las leí. Lo tenía claro porque además es muy cinematográfico y está todo muy claro. Una vez yo ya lo tengo claro y me he hecho mis “layouts”… si después me los envía (antes no, prefiero que no), pues a lo mejor algo me gusta más; porque él tiene más claro lo que quiere mostrar que yo, yo veo lo que él me muestra en el guion.
Pero bueno… al final, en este caso era lo mismo por lo que te digo, porque traduce muy bien su idea al guion.
ET: (voz impostada) Yo trato de convencer al dibujante de que mi visión es la perfecta, así que me pongo a escribir como un condenado. En un tebeo de 22 páginas a lo mejor el guion tiene 45 ¿no?. Pero me gusta que luego se lo pase por el forro.
Me gusta que cuando llegue me diga: “He pensado que esto así es mejor”; perfecto, funciona mucho mejor. No me molesta, tengo el tebeo muy claro. Siempre digo: Voy a leerlo en mi cabeza y luego trato de transcribirlo, pero no creo en la rigidez del guion. Aunque a veces tenga la idea muy clara de que esto lo necesito así, pero esto se hace entre dos o entre tres.
Entonces siempre digo: Esto es como echar un polvo. Si no se mueven los dos al mismo tiempo algo falla ¿no?
Uno tiene que aportar todo lo que pueda (esta es la descripción, esto es como lo tengo pensado, viñeta uno así, el plano así…) y luego el dibujante te dice: Esto no, esto así. De esa manera es como creo que salen los buenos tebeos. No me gustan los guiones del tipo: Página tres, los personajes discuten; haz lo que quieras. Tienes que diagramarlo, aunque luego el dibujante lo cambie.
JL: Teniendo en cuenta que lo bueno es que puedes tener comunicación durante todo el proceso, puedes comunicarte con los que van antes y con los que van después, pues aprovéchalo y convierte ese producto en un proyecto coral. Algo mucho más gratificante y con un resultado mucho mejor.
DE: Así es más redondo.
LCDE: Sólo me queda una pregunta más para los tres: ¿Batman o Superman?
DE: Yo me quedo con Batman, pese a Nolan.
JL: A ver, a ver… un momento… ¿De qué hablamos? ¿De los personajes estrictamente?
(contestación al unísono de los demás: claaaaaaaro)
JL: Superman.
ET: Jimmy Olsen.
JL: Coño. Si nos ponemos así, Lois Lane. No, no… ¡Wonder Woman!
ET: No. Jimmy Olsen. En serio, digo Jimmy Olsen siempre porque Superman mola muchísimo ¿no?. Es Superman, ¡qué narices!. Pero Jimmy Olsen es como el coleguilla que todos queríamos ser.
JL: Yo nunca he querido ser Jimmy Olsen, siempre he querido ser Superman.
ET: ¿Tú querías ser Superman?
JL: ¡Claro!
LCDE: Igual por eso hicisteis tan buen equipo, uno era Superman y otro Jimmy Olsen…
DE: Y yo era Batman, que de vez en cuando aparecía para tocar los cojones…
(carcajadas incontenibles por parte de todos)
ET: Jimmy Olsen molaba. El coleguilla que luego se convertía en tortuga gigante y tenía que venir Superman y arreglarlo…
Y así finalizaba esta entrevista colectiva. Dejando una nueva muestra del buen ambiente y la camaradería que reinaba entre los componentes del equipo creativo de esta obra: ‘Hoy me ha pasado algo muy bestia’, en su versión en cómic. Se alejaron siguiendo las bromas entre carcajadas como haría cualquier grupo de amigos de toda la vida.