El escritor inglés Rudyard Kipling publicó en 1894 (18 años antes de que Tarzán lanzara por vez primera su famoso grito) una colección de historias, bajo el título de ‘The Jungle Book‘ (traducido al español como ‘El Libro de la Selva‘ o ‘El Libro de las Tierras Vírgenes‘). Poco imaginaba Kipling entonces que su creación alcanzaría cotas tan altas de popularidad como para contar con varias adaptaciones tanto en televisión como en la gran pantalla, cuya última versión (de la que puede leerse nuestra crítica en este enlace) aún se encuentra en cartelera. Entre todos los largometrajes existentes sobre ‘El Libro de la Selva‘ podemos destacar la libre adaptación homónima, dirigida en 1942 por Zoltan Korda y con Sabú en el papel protagonista, o ‘La historia de Mowgli’, bajo la batuta de Nick Marck y con Brandon Baker como el pequeño Mowgli (1998), por nombrar dos ejemplos. No obstante, en este artículo analizaremos las dos versiones animadas, realizadas por Walt Disney, llevadas a cabo en 1967 y 2003.
–El Libro de la Selva:
Bajo la dirección de Wolfgang Reitherman, la película, inicialmente narrada por la pantera Bagheera, nos explica los orígenes de Mowgli (que significa rana, nombre que hace alusión a su falta de vello).
Muchas y muy extrañas leyendas se cuentan de estas selvas de la India, pero ninguna tan extraña como la de un niño llamado Mowgli. La leyenda empezó cuando el silencio de la selva fue roto por un sonido insólito, un sonido jamás antes por nadie escuchado en este lugar de la selva. Era un cachorro humano. De haber adivinado entonces los trastornos que me ocasionaría, hubiera obedecido a mi primer impulso, que fue el de alejarme de allí. Este cachorro precisaba alimento y de inmediato. Llevarlo hasta la aldea más cercana tomaría varios días y, sin los cuidados de una madre, moriría sin remedio. Fue entonces cuando me asaltó una idea. A una pareja de lobos amigos míos les había nacido una nueva camada de pequeños. Yo bien sabía que, debido a su instinto maternal, con Mamá Loba no habría peligro, pero respecto a Rama, osea Papá Lobo, no estaba tan seguro.
Diez temporadas de lluvia habían pasado y, durante ese tiempo, con frecuencia visitaba a mis amigos lobos para saber de Mowgli. El cachorro humano era el favorito de la manada. No había niño más feliz, pero yo bien sabía que, algún día, el hombrecito tendría que marcharse a vivir con los suyos. Llegó la noche en la que los lobos se reunieron en la Roca del Consejo, pues Shere Khan, el tigre, había regresado a merodear por los alrededores. Esta junta cambiaría por completo el futuro del cachorro humano.
De acuerdo con el consejo de los lobos en proteger la vida de Mowgli, Bagheera decide que ya es hora de que viva en una aldea rodeado de la gente de su especie. Sin embargo, cuando el niño conoce al oso Baloo y se crea una conexión entre ambos, la misión de la pantera se vuelve más complicada, sobre todo con la llegada de Shere Khan cada vez más próxima.
La película, de casi hora y media de duración, está considerada como uno de los grandes clásicos de la factoría Disney, lo que significa que no pueden faltar las típicas canciones que siempre van unidas a este tipo de filmes, entre las que destacan letras como ‘Busca lo más vital‘ o ‘Quiero ser como tú‘. Cabe destacar el curioso dato de que el tema musical titulado ‘La amistad‘, cantado por los buitres de la película, estaba pensado, inicialmente, para ser interpretada por The Beatles, pero el proyecto se descartó cuando John Lennon no quiso verse involucrado en un producto animado.
Por supuesto, como suele suceder en todos los filmes que adaptan un texto ya escrito, la trama se toma ciertas libertades como omitir la presencia del chacal Tabaqui o convertir a la serpiente Kaa en un enemigo más. Afortunadamente, no son detalles que estorben para disfrutar de la película.
–El Libro de la Selva 2:
Tuvieron que pasar treinta y seis años para que se decidiera llevar a cabo una continuación del famoso clásico, en el que repiten la gran mayoría de los personajes del film original a la vez que se añaden otros nuevos.
Como secuela directa del film anterior, en esta película, dirigida por Steve Trenbirth, encontramos a Mowgli como un habitante más del poblado de los humanos, aunque su corazón sigue perteneciendo a la selva, a la que se escapa a la menor oportunidad. En esta ocasión, la dulce Shanti y el pequeño Ranján, dos de los amigos del protagonista, también acaban por internarse en la jungla, lo cual resulta una gran noticia para Shere Khan que, debido a su pasado encuentro con Mowgli, busca venganza y alimento. Como no podía ser de otra forma, Bagheera y Baloo vuelven a estar presentes para ayudar en lo que sea necesario.
Por supuesto, a lo largo de sus 75 minutos de duración, no pueden faltar las canciones que identifican a los productos animados de Disney, como la clásica ‘Busca lo más vital‘ o la no tan conocida ‘El ritmo de la jungla‘.
Por norma general, las secuelas de los grandes clásicos que Disney se saca de la manga suelen ser de una calidad argumenta y artística bastante menor que su predecesora. No obstante, mi opinión personal es que este es uno de los casos menos aquejados de dicho defecto.
Si has visto la película del cine y quieres compararla con la versión animada original, no puedes dejar de echar un vistazo a estos dos filmes (sobre todo al primero de ellos), aunque no es necesario hacer el ejercicio de similitud para disfrutar de estos entretenidos largometrajes, siempre y cuando no tengas ningún tipo de perjuicio por ver un producto animado.
