¿Se puede trasladar la esencia de un MMORPG a un juego de mesa? ‘Krosmaster Quest’ llega al mercado para contestar a esta pregunta de forma afirmativa. Pero antes de profundizar en él, conozcamos sus antecedentes.
En 2004 la empresa francesa Ankama se estrenaba un juego de rol multijugador masivo que llevaba por nombre ‘Dofus’. Su interesante premisa logró que se convirtiera rápidamente en un éxito entre jugadores, saliendo dos años después una versión centrada en los combates directos y en 2007 una “tercera” entrega llamada ‘Wakfu’, que lejos de suplir a las anteriores, se presentaba como una opción más que ofrecía nuevos estilos de juego. Desde aquella fecha, han sido varias las entregas que han ido publicándose, hasta dar el salto a los juegos de mesa con ‘Krosmaster: Arena’ y con la versión “mundo abierto” de este: ‘Krosmaster Quest’.
La salida de este último se esperaba para 2014, pero finalmente se retrasó a los últimos meses de 2015, aunque como se suele decir, la espera mereció la pena. Quienes conozcan la dinámica de ‘Krosmaster Arena’ van a estar muy familiarizados con este juego, aunque se podría decir que estamos ante su hermano mayor. Lejos de limitarse a idear enfrentamientos entre personajes sacados del mundo de Dofus y Wakfu, ‘Krosmaster Quest’ pretende, y logra, crear un juego de mundo abierto donde prácticamente nuestra imaginación sea lo único que ponga límite a la gran cantidad de opciones que ofrece.
Estamos ante un juego ideado para 2 a 6 jugadores, que permite que uno de ellos adquiera el rol de demonio (comúnmente conocido como máster) o que este se divida entre todos los que juegan para intentar ayudarse a sí mismos o molestar a los rivales. De esta forma, se crean dos opciones de juego. En la primera, que es conocida como Todos contra el demonio, el control del villano está a cargo de un jugador que se debe enfrentar a todos los demás, intentando hacerse con los galones de estos para eliminarles. Si llegan a cero o se les acumula un gran número de misiones, perderán la partida, mientras que por el contrario, si alcanzan un número definido de galones, ganarán. El segundo modo, conocido como Todos contra todos, permite que cada jugador utilice al demonio de la forma que mejor le convenga cada turno para completar sus misiones y obtener galones para ganar la partida.
Pero lo más llamativo del juego, como comentaba al inicio, es que viene a ser un MMORPG de mesa, por lo que a lo largo del tablero se pueden encontrar elementos que nos servirán para “craftear” (crear mediante materiales) diversos objetos que nos serán de utilidad para completar misiones, como huevos que se pueden recoger o árboles que se pueden talar. Pero curiosamente, las recetas que compramos solo muestran el tipo de objeto que permiten crear, no el objeto en sí, que se descubrirá cuando se cree.
Asimismo, hay ciertas piezas que se pueden disponer a lo largo del mapa que sirven para dotar de acciones a nuestro personaje, como son el fénix, que revive a nuestro personaje junto a él; la tienda, que va variando el precio de las cosas en función del valor que tienen en el mercadillo; el portal Zaap, que sirve para teletransportarse a cualquier otro portal; la mesa de crafteo, que como ya hemos indicado permite crear objetos mediante recetas que compramos, o la entrada a la mazmorra, que otorga la posibilidad de entrar a una zona del tablero repleta de enemigos.
Otro detalle a tener en cuenta es que a diferencia de la versión ‘Krosmaster Arena’, en este juego cada persona tiene su propio tablero, donde coloca la carta de su héroe. En él podrá disponer de forma ordenada las monedas, galones y objetos que vaya obteniendo durante la partida. Ahora bien, como si del juego de ordenador se tratara, si queremos ir obteniendo nuevos espacios para utilizar en nuestro tablero, tendremos que ir pagando el importe de cada zona, quitando así la pieza que la cubre, que lleva por nombre escondehechizos o escondebolsos según el espacio.
Además de las dos modalidades de juego indicadas, ‘Krosmaster Quest’ brinda la posibilidad de utilizar un libro llamado “Cuaderno de situaciones”, gracias al cual los jugadores podrán aprender la dinámica del juego mediante un tutorial que consta de 7 escenarios, continuando después con una serie de 16 misiones que como si de un modo campaña se tratara, permiten dar continuar a la historia. Los héroes irán evolucionando mediante los objetos y habilidades conseguidos, aunque algunos se perderán con el uso. La opción del modo tutorial, que ya se incluía en la versión ‘Arena’ es todo un acierto para dinamizar el aprendizaje del juego.
Finalmente, otro detalle digno de mención es el hecho de que los siete personajes incluidos se pueden utilizar en el juego ‘Krosmaster Arena’ y viceversa, lo que permite una sinergia sin parangón.
‘Krosmaster Quest’ se confirma así como una evolución hacia mejor de la versión ‘Arena’, permitiendo no solo enfrentarse a otros jugadores en el tablero, sino realizar innumerables misiones mientras se intenta lograr algún objetivo, hecho que le confiere una sensación de “mundo abierto” raramente vista en un juego de mesa.
El juego, que ha sido distribuido en España por Last Level, incluye en su interior una gran cantidad de contenido, como es: 7 figuras de Krosmaster, 7 cartas de personaje, 5 cuadros de control, 1 tablero de mercadillo, 1 circuito de aventura, 16 terrenos reversibles, 77 fichas mob, 80 fichas de objetos, 1 cuaderno de situaciones, 5 indicadores de estado, 104 fichas de recursos, 5 indicadores PA, 50 fichas de color, 8 fichas de valor de los recursos, 5 indicadores PM, 32 fichas kama, 5 indicadores AL, 50 indicadores de heridas, 3 fichas especiales, 42 elementos de atrezo montable, 100 cartas de eventos, 10 cartas de situación, 62 cartas de misión personal, 12 cartas de estado de ánimo del jefe, 36 cartas de referencia de los monstruos, 6 dados especiales y 2 organizadores. Esto último es vital, ya que gracias a ellos podemos tener todas las piezas bien ordenadas por tipo.
El precio de este juego es de 60€, una cifra nada alta si se tiene en cuenta la cantidad de materiales que se incluyen en el juego y el gran número de horas de disfrute que nos va a brindar, teniendo en cuenta que cada partida dura entre 120 a 180 minutos. Sin lugar a dudas, estamos ante uno de los juegos de mesa más vistosos y novedosos en planteamiento que se han publicado en los últimos tiempos. La posibilidad de hacer grupos para enfrentarse a jefes o el ir a una mazmorra para adquirir objetos y derrotar a enemigos le confieren un aire rolero que nos recordará a juegos como WOW.