Esta vez, desde La Casa de El os vamos a regalar dos críticas en vez de una. Vamos a hablar de ‘Ben Hur’ primero como película independiente, ajena a otros tiempos y, después, hablaremos de ella con la inevitable mirada hacia su versión más conocida, del año 1959.
Ben-Hur (2016)
Muchos seréis los que os encontraréis por primera vez con las aventuras y desventuras de Judá Ben-Hur, príncipe judío a través del que podremos conocer la conquista romana de Jerusalem y los últimos días de Jesús de Nazaret.
Los responsables de este remake (el director Timur Bekmambetov y los guionistas Keith R. Clarke y John Ridley basándose en la novela de Lew Wallace) sabían que se enfrentaban a un difícil reto y que su principal arma era, como en la versión anterior, la carrera de cuadrigas. De hecho, tanto el tráiler (incluso en 360 grados) como el slogan de la película se centran en ese momento, por otra parte vital de la trama, y que la película comience con los primeros segundos de la carrera, a modo de aperitivo para que el espectador vaya “abriendo boca”.
Pero, veamos el argumento: BEN-HUR es la épica historia de Judah Ben-Hur (Jack Huston), un príncipe falsamente acusado de traición y que se tiene que enfrentar a su hermano adoptivo Messala (Toby Kebbell) tribuno del ejército romano. Despojado de su título, separado de su familia y de la mujer a la que ama (Nazanin Boniadi), Judah tiene que vivir como un esclavo. Veremos cómo el despreocupado y acaudalado pero justo Ben-Hur cae desde su alta posición a lo más bajo (esclavo en galeras), mientras que lo único que lo mantiene vivo es su afán de venganza.
Es una película emocionante, que te atrapa desde el primer momento y aunque tal vez se toma demasiado tiempo en presentarnos a los personajes y los sucesos que, inevitablemente, llevarán al fraternal enfrentamiento, la trama avanza de modo ágil y rápida.
La dirección es notable, aunque es Oliver Wood, el director de fotografía, quien se merece los mayores honores, ya que el principal atractivo de esta película es su poderosa imaginería y sus fantásticas tomas, tanto las panorámicas y serenas del desierto, como las vertiginosas escenas de acción, muchas veces dominadas por una iluminación casi fantasmagórica que da lugar a poderosos cuadros.
Los actores cumplen con su papel y, sobre todo, Jack Huston y Toby Kebbell (Ben-Hur y Messala, respectivamente), son creíbles en todas las fases de su interpretación: del amor entre hermanos hasta el odio y la venganza. Es una relación difícil de interpretar, pasar del amor al odio y de ahí al perdón, y existe un enorme peligro de exagerar cualquiera de estas emociones. Los protagonistas y el director han sabido llevar bien las riendas y nos encontramos con interpretaciones contenidas. Los demás apenas si se hacen notar demasiado. Mención aparte merece Morgan Freeman que hace el mismo papel que lleva haciendo varios años ya sin modificar más que su atuendo.
En cuanto a la puesta en escena, no solo no han querido hacer un alarde de grandilocuencia, sino que, incluso, hay ocasiones en que el paisaje se ve algo pobre. Es en el circo, con la carrera de cuadrigas, donde la película nos muestra toda la magnificencia del Imperio Romano. Esta mesura en los decorados se agradece, ya que habría sido muy fácil intentar deslumbrar al espectador, olvidando el guión en detrimento de los efectos. Y, por suerte, no ha sido así.
En conjunto, tenemos una buena obra de entretenimiento, que me ha sorprendido gratamente (esperaba una mera película de acción). No pasará a la historia del cine, pero es un trabajo respetable de todos los que intervienen y una película que merece la pena ver.
Ben-Hur encuentra a Ben-Hur
Vamos ahora a la comparación (leve y sin ánimo de hacer sangre) del remake con la versión de 1959, la más famosa de las que se han hecho.
Charlton Heston puso cara a un Judá Ben-Hur que era lo que pedía la época: fuerte, arrogante y humilde a la vez y, sobre todo, muy creyente. La versión de 1959 dirigida por el gran William Wyler hacía mucho hincapié en la relación de los hermanos. Y esta nueva versión ha intentado hacer lo mismo, aunque con peores resultados.
Si bien las actuaciones del moderno dúo principal son más que correctas, no tienen la fuerza que le dieron Heston y Stephen Boyd (a pesar de la tendencia de entonces a la sobre actuación, si lo vemos con ojos de espectador moderno). Repito, la versión actual posee unas interpretaciones más que correctas en todos los casos y, por supuesto, la producción y la fuerza visual de los efectos digitales son magníficos, pero le falta pasión a la obra.
Es, como decimos, un buen remake, una puesta a punto para todos los nuevos espectadores que no quieren ver “películas antiguas”, pero que no llega a su importancia. “El Ben-Hur de 1959 no es simplemente una película, es un fenómeno que tuvo una gran influencia de la cultura del siglo XX” afirma el propio Bekmambetov, y de su versión no se puede decir lo mismo.
Lo que han pretendido ha sido trasladar las reflexiones de la novela a la actualidad, de forma que puedan ser mejor asimiladas por los espectadores actuales, con todos sus matices y conflictos personales que, quitando el tema religioso, son totalmente actuales. Y lo han conseguido de una forma notable, aunque falta algo de potencia a los diálogos, a las interpretaciones. Falta algo de carisma en los actores, cosa que a Charlton Heston le sobraba.
Bekmambetov y los guionistas han mostrado un gran respeto por su antecesora: veremos escenas que ya pudimos contemplar en las versiones anteriores (al fin y al cabo, el origen es el mismo, una novela): así tendremos a un náufrago Ben-Hur (aunque aquí sobrevivirá de una manera diferente y gracias a un personaje distinto), le veremos buscar desesperadamente a su madre y hermana, le tendremos frente al mismo Jesucristo y, por supuesto, no puede faltar la carrera de cuadrigas, una espectacular carrera en la que durante diez minutos seremos partícipes casi como si participáramos nosotros mismos.
Pero han conseguido ofrecernos algo que, sin dejar de ser la misma historia, no nos suena a más de lo mismo. No deja de ser el camino del héroe, tantas veces visto en la ficción, pero consiguen crear en el espectador esa inquietud y esa necesidad de seguir viendo cómo se desarrollará la relación amor-odio entre los hermanos protagonistas.
Así que no elijamos una de las tantas versiones que existen ya de la novela de Wallace. No tenemos por qué hacerlo. Esta nueva versión es muy disfrutable tanto por los nuevos espectadores que se acerquen por primera vez a esta poderosa historia como para los viejunos como el que escribe, que tendremos nuestra versión preferida pero no por ello podemos dejar de pasar un buen rato con cine hecho con cariño.
[note] BEN-HUR es la épica historia de Judah Ben-Hur (Jack Huston), un príncipe falsamente acusado de traición que se debe enfrentar a su hermano adoptivo Messala (Toby Kebbell), tribuno del ejército romano. Despojado de su título, separado de su familia y de la mujer a la que ama (Nazanin Boniadi), Judah tiene que vivir como un esclavo. Después de varios años en el mar, Judah regresa a su tierra en busca de venganza, pero encuentra la redención.
Basada en la intemporal novela de Lew Wallace, Ben-Hur: A Tale of the Christ. También la protagonizan Morgan Freeman y Rodrigo Santoro.
Ben-Hur se estrena en España el 2 de septiembre de 2016[/note]