Apenas nos quedan unas horas de espera para el estreno Marvel de la temporada, dedicado a uno de los personajes fundacionales de aquella era de novedades. En apenas unos años, Stan Lee, Jack Kirby y Steve Ditko, entre otros muchos, cambiaron para siempre la forma de entender los cómics, y dejaron para el recuerdo iconos imprescindibles de la cultura pop del siglo XX. Ahora que vivimos una explosión de la popularidad de estos coloridos seres, es de justicia que se saque del olvido sus orígenes en viñeta, puesto que, en ocasiones, la brillante versión en las pantallas de cine resta valor a años de increíbles historias en el papel. Es el turno de bucear en el pasado de Doctor Extraño.
Con tanta historia a sus espaldas, bien es cierto que el origen de Stephen Strange ha recibido más de una revisión, para adaptar la puesta en escena a sensibilidades modernas. Aún así, el fondo principal de su leyenda sigue intacto; la historia de un hombre a la búsqueda de una cura mística para sus heridas y que emprende el camino de la redención a través del estudio de las artes de la hechicería. De ególatra e implacable médico pesetero a protector de la humanidad de amenazas más allá del velo de la razón, el maestro de las artes místicas se ha convertido en un pilar fundamental de la historia de Marvel.
La cosa es que, a pesar de la fuerza icónica del Doctor Extraño, de la suma importancia de su presencia a lo largo de los años, su popularidad siempre ha sido tambaleante, y la cabecera con este nombre no ha sido, precisamente, sinónimo de éxito incuestionable. Quizá se ha coronado como gran secundario de lujo, máximo exponente del universo mágico de Marvel, pero su colección es un ejemplo de desequilibrio, mezcla de magníficas etapas con otros momentos dignos del más profundo olvido.
¿Quién le iba a decir al buen doctor que, tantos años después de su creación, viviría uno de sus picos de popularidad en pleno siglo XXI? La película dedicada a sus correrías mágicas ha despertado el interés por el personaje (en La Casa de El ya puedes leer una crítica de este esperado estreno), y, por supuesto, las editoriales sacan de baúl de los recuerdos toda la artillería pesada, para que podamos poner en perspectiva la historia del mago por antonomasia en Marvel.
Durante estos últimos meses, hemos visto como se han recuperado historias como El Juramento, o la recopilada estancia de Roger Stern en la colección (En esta vuestra web favorita, revisamos parte de su contenido, como La caída de los vampiros y la novela gráfica que une los destinos de Doctor Extraño y Doctor Muerte). Incluso Marvel se ha atrevido a editar de nuevo una cabecera con el nombre del Doctor extraño, apoyada por un equipo creativo de lujo, y de la que, por supuesto, también os hablamos hace unos meses con ocasión de su salida en España (aquí lo puedes leer).
Si había un tipo de material que a muchos nos hacía la boca agua era el trabajo original de Lee y Ditko en los momentos fundacionales del personaje. Los que ya peinamos alguna cana teníamos como referente el Doctor Extraño de Stern; esas aventuras iniciales se nos escapaban, por haber caído en cierto olvido. Apenas hemos podido leer en ediciones modernas algo de esta odisea de imaginación y libertad creativa, y nos quedábamos con las referencias o con algún que otro vistazo a ediciones casi prehistóricas si teníamos suerte. Incluso si me apuran, los más veteranos tampoco es que tuviesen muchas facilidades para acceder en condiciones a este tipo de material.
De inicio, la llegada de este tomo es una alegría para los lectores de toda la vida, e incluso algún jovenzuelo sin complejos que venza los prejuicios y se acerque a esta época donde se forjaban las leyendas. Por fin, en único tomo, todo el esfuerzo de dos autores que apostaban por algo único, diferente, imaginativo e imperecedero. Aunque han pasado décadas y el personaje ha dado muchas vueltas desde entonces, aquí está la esencia.
Un ejercicio de autoridad tan importante por parte de Ditko que, aún hoy día, su exploración gráfica a través de las dimensiones sigue siendo referencial para cualquier autor que se embarque en las aventuras del maestro de las artes místicas. Tanto es así que incluso Chris Bachalo, actual dibujante de la colección y en las antípodas del estilo Ditko, no pierde de vista al maestro cuando se trata de explorar mundos más allá de nuestra realidad, llenos de seres tentaculares, criaturas imposibles y buenas dosis de psicodelia.
Ahora es cuando hago una confesión de esas que hacen enemigos, pero nunca he sido especialmente fan del trabajo de Ditko en Spiderman. A pesar de que su versión del trepamuros es mi favorita (desgarbado, casi monesco), creo que su estilo en esa época quedó rápidamente desfasado, más allá de la importancia capital de la creación del estandarte de Marvel. Sin embargo, me quito el sombrero ante el despliegue de Ditko en las páginas de estos números de Strange Tales. El estilo de este maestro se nota más libre, maduro y dinámico. Cada entrega es mejor que la anterior, y Ditko se descubre como un grandioso creador de ambientes y escenarios imposibles, donde sus estáticos personajes (hasta ese momento, por lo menos) encuentran una capacidad de movimiento desconocida.
Ditko explora en el exotismo de la serie la excusa perfecta para sacar lo mejor de sí mismo, sin ningún muro. Deja atrás la realidad y se adentra en el universo fronterizo entre el sueño y la pesadilla, marcando los cimientos de Doctor Extraño, casi inamovibles hasta el día de hoy. Es en apenas un puñado de números donde Lee y Ditko ya marcan la mitología propia del personaje, con los imprescindibles secundarios como la eterna némesis, el barón Mordo, el trágico amor imposible representado en Clea, o amenazas tan marcadas en el universo Marvel como el maligno Dormammu. Los sinmente, el tribunal viviente, Pesadilla, el Anciano, el mayordomo Wong… todo el complejo círculo de secundarios imprescindibles para entender el Doctor Extraño nacen en estas páginas.
El tomo que edita Panini ofrece íntegra toda la colaboración entre Stan Lee y Steve Ditko, que además complementa con el trabajo de otros guionistas y dibujantes. Aquí es donde entran las polémicas con la edición. Esto ya depende de gustos y decisiones editoriales, siempre muy respetables, y entendiendo lo difícil que es hacer rentable un material como éste. Lo cierto es que los cómics de Doctor Extraño tras la marcha de Ditko bajan considerablemente el interés, a pesar de que inciden en tramas creadas por el dúo de creadores originales (aunque esa es otra polémica añadida, sobre el tanto por ciento en la génesis del personaje que corresponde a cada miembro de la pareja). Quizá un tomo más pequeño, centrado de manera única en la época Ditko y con mayor calidad en los acabados hubiese sido más interesante, pero, claro está, el resto del material se hubiese perdido en el limbo.
En todo caso, los lectores tenemos un volumen correcto con gran cantidad de material, que nos trae de vuelta a aquel misterioso maestro de lo arcano, que entonces lucía el rostro nada camuflado de Vincent Price. Una mezcla de pulp, acción superheroica al trepidante ritmo de la Marvel primigenia, firmado por un Steve Ditko en estado de gracia. Preparados pues para mundos delirantes, frases rimbombantes y conjuros abaracadabrantes, porque este tomo, aparte de historia del cómic americano, es pura diversión. Os lo juro por los eternos Vishanti.
Panini recupera en un voluminoso tomo esta etapa inaugural del Doctor Extraño, en un libro de 648 páginas a todo color. Encuadernado en tapa dura, recoge en su interior las publicaciones originales USA Strange Tales 110, 111, 114-168 y The Amazing Spider-Man Annual 2 USA. Como siempre en estos tomos, se incluyen varios artículos que ponen en contexto histórico el contenido de la obra. El precio recomendado de venta al público es de 39,95 euros.
Stan Lee
Poco hay que decir a estas alturas de una de las figuras más conocidas del mundo de la viñeta. A principios de los 60 convirtió una editorial al borde de la desaparición, Timely Comics, en el referente del cómic de superhéroes. La aparición de Marvel en el mercado USA supuso una nueva época dorada para el cómic de género, y junto con autores como Jack Kirby o Steve Ditko creo un universo ficcional que se ha transformado en indispensable para la cultura popular. Spiderman, Daredevil o los X-Men son producto de aquellos años de explosión creativa de los fundadores de Marvel.
Steve Ditko
Leyenda del mundo del cómic, ha pasado a la historia por ser el co creador de Spiderman, aunque su arte se vio plasmado en varias colecciones de Timely primero, y Marvel después. Tras años de gran éxito en la compañía, las desavenencias con Stan Lee desembocaron en el abandono de Marvel por parte de Ditko. Los siguientes años trabajó para editoriales como Charlton o DC, donde crearía personajes como Halcón y Paloma o The Question. Siempre celoso de su intimidad, apenas ha dedicado entrevistas o apariciones públicas.
[note]¡Por fin en Omnigold y desde el comienzo de todo, el Señor de las Artes Místicas! Stan Lee y Steve Ditko reinventaron a los superhéroes con Spiderman, pero en las aventuras del Doctor Extraño ampliaron los reinos de la fantasía. Este volumen reúne la etapa completa de estos autores, y mucho más: el origen del Hechicero Supremo y el debut de todos sus grandes enemigos, en un tomo imprescindible. [/note]