Square Enix ha decidido trasladar el universo de la saga ‘Dragon Quest’ a algo similar a ‘Minecraft’. Tras un mes desde su lanzamiento en Europa, analizamos los puntos fuertes de este nuevo título que, con más de 50 horas, se presenta como el inicio de una subsaga que tiene aún bastante que ofrecer.
El argumento es lo más flojo de ‘Dragon Quest Builders’, pero hay que tener en cuenta que no hablamos de un JRPG común, que la finalidad no es emocionarnos a nivel argumental con sorprendentes giros del guión, simplemente es una base sobre la que sentar los cimientos de la jugabilidad, que es lo realmente importante en este título.
El objetivo de este juego es hacerse con el control de varias ciudades, pero para ello debemos construir sin cesar, creando diversas herramientas y artículos que consigan atraer a los habitantes de un mundo totalmente desolado. Pero no solamente debemos construir sin parar, porque hay que proteger a los aldeanos y para ellos nos enfrentaremos a hordas de enemigos que asaltarán nuestros refugios.
El juego está dividido en varios capítulos y cada uno ofrece una amplia variedad de nuevos materiales que recolectar, nuevas herramientas y misiones secundarias, realmente, tiene un amplio nivel de exploración, los escenarios no son repetitivos y dan mucho de si, hasta el punto que puedes sentirte abrumado al tener tantísimas cosas que hacer.
La jugabilidad es lo mejor del título, las infinitas posibilidades de exploración y recolección de materiales desemboca en poder hacer todo tipo de materiales, desde una crema curativa hasta un mazo de hierro con el que derrotar a los enemigos con mayor facilidad. No hay momento para aburrirse, porque si no te apetece recolectar hierbajos puede salir a repartir golpes y ascender de nivel, o si esto tampoco te apetece, puedes convertir ‘Dragon Quest Builders’ en el modo construcción de los ‘Sims’ y crear cocinas, dormitorios, etc a partir de planos que los NPCs te van proporcionando.
En un inicio, las opciones de fabricación son bastante limitadas, sin embargo, poco a poco se irán desbloqueando nuevas opciones, adquiriendo habilidades como cocinar, mampostería, sastrería, entre otras. Además, el control es de lo más sencillo, contando que hay un tutorial inicial que te enseña desde 0 como si nunca hubieras utilizado un mando de PS4. Por otro lado, el control de la cámara es algo caótico y en los planos subjetivos hay un descontrol bastante notable.
A nivel visual es encantador, con una estética muy similar a los ‘Dragon Quest’ de NDS como el VI o V, pero a alta resolución y con unos fps de lo más estable, aunque no es menos, viendo que el nivel de detalle es bastante reducido. Asimismo, los tiempos de carga son cortos a pesar de que podríamos hablar de mundos abiertos, porque los escenarios son muy amplios.
Con respecto al diseño, los escenarios no son repetitivos y la mezcla de colores es sublime, además, los ciclos de día y noche consiguen crear fotografías de luz bastante destacables. En definitiva, en lo visual ‘Dragon Quest Builders’ gana bastante, aunque en lo gráfico está muy limitado, podrían haberse aprovechado mucho más los recursos de PS4.
En definitiva, hablamos de un título que ha tratado de hacer un compendio de lo mejor de un JRPG clásico junto con lo más positivo de ‘Minecraft’, creando un juego de lo más adictivo que permite al jugador estar frente a la consola varias horas sin apenas tener percepción del tiempo, enhorabuena a los seguidores de ‘Dragon Quest’, este juego os va a dar muchísimas horas de entretenimiento.