Capcom ha dado un golpe sobre la mesa con Resident Evil VII, eso es algo que no se puede discutir. Para muchos amantes de la franquicia, Resident Evil VI fue un juego excesivamente diferente, algo muy alejado de lo que había sido esta saga en sus inicios. Las últimas remasterizaciones HD y los capítulos de Revelations habían dado algo de oxígeno a la serie, pero el VI fue un punto de inflexión del que Capcom debía aprender. Y parece ser que así ha sido, a juzgar por lo visto en esta séptima entrega.
Apenas 4 años después del lanzamiento de Resident Evil VI, Capcom ha demostrado una vez más que cuando quiere, puede. Que cuando juega bien con los tiempos y cuando no le puede la presión, es capaz de darnos títulos como este.
Regreso a los orígenes
Resident Evil 7 nos pone en la piel de Ethan Winters, a quien la búsqueda de su esposa desaparecida le lleva hasta los pantanos de Dulvey, Louisiana. Sin embargo, una vez allí, Ethan se verá secuestrado y torturado por una familia de caníbales asesinos conocidos como los Baker. Si bien la atmósfera y el entorno en el que nos desenvolveremos con Ethan pueden sernos muy familiares de otros juegos previos, desde el principio de la historia queda claro que estamos ante un juego diferente, alejado de la temática zombi que durante estos años ha sido uno de los pilares básicos de la franquicia.
Esta nueva entrega juega con el terror primario del miedo a lo desconocido, con lugares oscuros y sonidos que nos ponen la piel de gallina. Un “survival horror” como mandan los cánones. Eso sí, un punto fuerte a su favor es que no tienes que ser un entendido en la saga para disfrutar de Resident Evil 7 a plenitud, ya que la historia puede disfrutarse como algo independiente, sin necesidad de haber completado los capítulos previos. Lo que no quiere decir que los fans no vayan a reconocer elementos y sorpresas relacionados con la historia original.
Dulvey no es Raccoon City, pero al igual que ocurría en Resident Evil, la acción tiene lugar en una casa, la cual tendremos que explorar a fondo para avanzar en la trama. Al igual que en los dos primeros títulos, volvemos a tener que descifrar puzles de lo más enrevesados, memorizar caminos, contraseñas y todo tipo de acertijos para poder descubrir los secretos más oscuros de los Baker. Y eso sin olvidar rebuscar en cada rincón de la casa buscando recursos con los que sobrevivir a lo que se nos viene encima.
Algo que Resident Evil VII consigue a la perfección y que en los últimos años no habíamos experimentado es la sensación de miedo y angustia que esta historia te arranca casi desde que ponemos nuestros pies en la propiedad aparentemente abandonada de los Baker. Ethan no es un agente de policía, ni del FBI ni un SWAT. Tan solo es un tipo corriente sin la menor habilidad para combatir. Cuando los enemigos comienzan a aparecer en la casa (tanto los propios miembros de la familia como algunos otros oponentes aterradores) a menudo la mejor táctica de Ethan es simplemente correr, y cuanto más rápido, mejor. Lo recomendable es no ir por la casa sin ton ni son, sino intentar recordar cómo está diseñada y tener presente donde están las vías de escape más cercanas, por si no tenemos más remedio que usarlas para salvar la vida. Eso sí, esto tampoco es “Alien Insolation”, lo que significa que podremos usar armas (desde una simple hacha pasando por armas de fuego), encontraremos municiones y podremos combatir a nuestros enemigos sin tener que optar siempre por la huida como única opción.
Otra cosa a tener en cuenta son los Items del juego. Tendremos que hacer un uso inteligente de nuestros recursos, ya que elementos como medicinas, municiones, armas y todo lo que necesitamos para sobrevivir se verá limitado en cantidad y es posible que lleguemos al final del juego necesitados de estas cosas si las vamos derrochando durante la aventura.
Cambio polémico pero necesario
Pero no todo en esta historia es clásico ni todo lo que viviremos será como pisar suelo conocido. Capcom ha introducido algunos cambios en la jugabilidad que pueden no ser del agrado de todos los fans, siendo el más polémico de estos cambios que este nuevo Resident los jugaremos en primera persona. Son muchos los que claman contra este cambio, ya que rompe con la forma en la que la empresa japonesa venía haciendo las cosas hasta ahora y es a lo que todos estábamos acostumbrados. Pero este giro de tuerca no es sino otro acierto por parte de sus creadores, ya que esta nueva forma de jugar añade un plus a la tensión y limita de forma calculada la perspectiva de visión (especialmente en lugares oscuros donde solo disponemos de una linterna), lo cual nos obligará a estar mucho más atentos y concentrados sino queremos vernos sorprendidos por nuestros anfitriones y las otras criaturas que habitan el lugar. Y si a eso le añadimos lo bien que se ha jugado con la luz y los espacios (a veces más pequeños de lo deseado) de algunos lugares de la casa, no hay porque ver en la primera persona una desventaja, sino todo lo contrario, debemos verla como un elemento clave para disfrutar de este título al máximo.
A todo esto hay que añadir el más que sobresaliente apartado sonoro. La casa de los Baker está crujiendo todo el tiempo, emitiendo sonidos extraños que no sabremos bien de donde vienen y poniéndonos en tensión con cosas que pueden no ser nada, o tal vez sí. A eso debemos añadirle un doblaje al castellano soberbio y una banda sonora a la altura (con el tema Go Tell Aunt Rhody que te pone los pelos como escarpias).
Una experiencia VR no apta para cardiacos
La llegada a nuestras casas de Play Station VR ha abierto nuevas posibilidades que hasta ahora eran meras fantasías para muchos de nosotros. Poder disfrutar de juegos de nuestras sagas favoritas en realidad virtual ya no es algo con lo que soñar, sino algo de lo que disfrutar. ¿Merece la pena hacerlo con Resident Evil VII? La respuesta es un rotundo sí.
La aventura es jugable al 100% en modo VR y aunque es cierto que baja un poco la calidad de los escenarios y ciertos elementos pueden desconcertarnos al principio, la experiencia que vivimos es algo difícil de explicar. Gracias al nuevo periférico de Sony nos introduciremos en la mansión de los Baker de un modo nunca antes visto, pudiendo recorrerla de arriba abajo y descubriendo sus secretos en primerísima persona. Eso sí, preparaos para pasarlo realmente mal en algunos tramos del juego, ya que la inmersión puede ser muy real para algunas personas y la angustia puede pasar factura.
Los enemigos finales, al igual que en el modo normal, son también un punto flojo en la versión VR, ya que los combates nos exigirán movimientos y acciones que pueden provocar mareos. A pesar de todo esto, es a día de hoy el mejor juego de VR con diferencia, tanto por su duración como por su calidad. Y si lo jugamos con la vela oficial para inmersión en 4D con olor a madera, cuero y sangre, la cosa subirá a otro nivel nunca antes visto.
A pesar del cambio a una cámara subjetiva o las inevitables comparaciones con títulos como “Silent Hill” o “Alien Insolation” (benditas comparaciones), Capcom por fin ha encontrado el camino a seguir con una de sus franquicias estrella. Después de entregas más centradas en la acción, volvemos al survival horror clásico que catapultó a esta saga a lo más alto y que tan mal nos lo hizo pasar en Raccoon City. Podemos decir sin temor a equivocarnos que Resident Evil VII tiene todo lo necesario para convertirse en uno de los juegos del año y probablemente de esta generación. Si estamos exagerando o no tendréis que descubrirlo vosotros mismo. Si os atreveis…
Escrito por José Carlos Cabra.