Si nunca habéis jugado a ninguno de los juegos de la saga Yakuza, tal vez penséis lo mismo que muchos que están en vuestra misma situación, que esta saga es la hermana japonesa y ochentera de GTA. Y a pesar de sus similitudes, nada más lejos de la realidad. Los dos son juegos con mundos abiertos que tienen como nexo de unión los bajos fondos y la delincuencia callejera, pero hasta ahí las similitudes. Yakuza es una saga que a pesar del paso de los años sigue siendo fiel a su estilo y hay que darle las gracias a Sega por ello, ya que una vez más nos trae un juego a la altura de sus predecesores y con una ambientación y una historia sobresalientes. Ahora, dos años después de su lanzamiento en Japón, por fin podemos disfrutar del mítico Kazuma Kiryu y del carismático Goro Majima como nunca antes lo habíamos hecho.
Volviendo al pasado
‘Yakuza 0’ nos traslada al no tan lejano 1988, y nos pone en la piel de dos personajes e historias tan bien diferenciadas como conectadas. Al principio controlaremos a Kiryu, un aspirante a yakuza de bajo rango de Tokio, que se verá envuelto en un incidente que es solo el principio de un plan mayor. En medio del boom inmobiliario del Japón de finales de los ochenta, múltiples familias criminales están luchando por una pequeña porción de tierra, el único lugar no reclamado en el barrio de Tokio conocido como Kabukicho. Ese pedacito de tierra sin reclamar desatará una guerra sin cuartel en la que Kiryu jugará un papel clave. Mientras tanto, en el área turística de Dotonbori en Osaka, un ex-yakuza llamado Majima regenta un club a la espera de una oportunidad de reincorporarse al sindicato del crimen de Japón.
Lo que hace que esta historia funcione tan bien es su facilidad para combinar una historia aparentemente compleja con una narrativa sencilla e intuitiva. La trama central es una epopeya criminal llena de traiciones, asesinatos, combates callejeros espectaculares y unos personajes que hacen que esta historia nos enganche desde el principio hasta el final. Kiryu, en particular, es un personaje fantástico, un mafioso de ideas fijas pero de gran corazón que no dudaría en sacrificar todo lo que tiene para defender a aquellos que le importan. Aunque si bueno nos parece Kiryu, esperad a comenzar la historia con Goro Majima. Deseareis que no termine nunca.
‘Yakuza 0’ nos propone una trama principal de un alto nivel, pero también un buen montón de historias y misiones secundarias que enriquecen mucho la experiencia y alargan en gran medida las horas de juego. Parece que casi todos los personajes que encontramos en nuestro camino necesitan un favor y, naturalmente, siempre están pidiendo ayuda a Kiryu o Majima. En estas misiones deberemos hacer todo tipo de encargos, desde ayudar a un grupo de punk a tocar como verdaderos punks, a fingir ser el novio de alguien y conocer a su padre. Una simple noche de sushi podría convertirse en una misión para ayudar a un chef a recuperar su confianza. Una misión particularmente memorable consiste en enseñar a una dominatrix a dejar de ser tan agradable con la clientela. Las posibilidades en este juego son realmente infinitas y en ocasiones inesperadas.
A estas misiones secundarias tenemos que añadir las horas y horas que podremos invertir en machacar los registros de los juegos que encontraremos en las salas recreativas de Tokio y que Sega se ha esmerado en emular a la perfección. No solo eso, sino que dispondremos de muchas opciones de entretenimiento y que irán desde jugar a los bolos o al Mahjon pasando por cantar en una sala de Karaoke al más puro estilo Guitar Hero. Es increíble la de horas y esmero que Sega ha puesto sobre la mesa para ofrecer a los jugadores un juego repleto de experiencias y minijuegos tanto para uno como para dos jugadores. No todo iba a ser trabajo y seriedad para nuestros héroes.
El combate y la estrategia en el Japón de los años 80
Si buenas es la historia y sus personajes, no menos buena es la acción y los combates del juego. Sega ha cuidado hasta el mínimo detalle el apartado físico y estratégico con el que podremos desarrollar a nuestros protagonistas a medida que avanza la historia. Cada uno de los personajes tiene tres estilos de combate propios (que van desde los movimientos clásicos hasta los ataques más dañinos y letales) donde se verá reflejada la personalidad de cada luchador.
Sin embargo, no todo serán mamporros con bates o a puñetazo limpio sin ton ni son, ya que deberemos cuidar nuestra estrategia de combate si queremos superar a ciertos enemigos especialmente complicados. Gracias a la cruceta podremos cambiar nuestro estilo de lucha para adaptarlo a nuestros rivales y así salir victoriosos. Puede parecer un poco liosos al principio, pero una vez te acostumbras todo es muy intuitivo y fácil de manejar.
Otra cosa a tener en cuenta será la necesidad de ir desarrollando las habilidades de Kiryu y Goro y para ello necesitaremos ahorrar unos cuantos miles de yenes, ya que tendremos que pagar con dinero cada vez que queramos adquirir un nuevo movimiento, ataque o golpe. Eso sí, preparad la cartera porque algunos de esos movimientos llegarán a costar una autentica millonada.
Pero si ya hemos destacado muchas de sus virtudes, como son sus personajes, su historia, sus combates y las incontables horas que podemos pasar jugando a diferentes minijuegos, también toca hablar de sus puntos débiles, y ahí es donde hace su aparición el apartado técnico. Y es que a estas alturas en las que nos encontramos de la actual generación de consolas aun duele ver ciertas cosas en un juego que es, a pesar de todo, una bestia parda.
La recreación de la ciudad y sus barrios (Sotenbori y Kamurocho) está muy bien conseguida, pero todo se viene un poco abajo cuando asistimos a algunas transiciones animadas que dejan al descubierto ciertos problemas que, aunque molestos, no deslucen el resultado final del juego. Los acabados de ciertos personajes también dejan mucho que desear en ciertos casos, pero como ya hemos apuntado, nada de esto es un problema que eche por tierra el resto de puntos fuertes del juego.
En definitiva, estamos ante uno de los grandes títulos del sandbox japonés clásico que sin duda hará muy felices a los que ya conocían a Kiryu y compañía y que por otro lado atraerá a nuevos adeptos a una de las sagas más longevas y exitosas de Sega.
Ahora bien, ¿necesitamos haber jugado o conocer la historia de la saga para disfrutar de esta nueva entrega? Si algo tiene ‘Yakuza 0’ es que, al ser una precuela del Yakuza original de 2005, puedes disfrutar de la historia sin tener que preocuparte por haber jugado a alguno de los otros juegos (existen cinco títulos principales de Yakuza hasta la fecha, con un sexto que saldrá el año que viene.) Si queréis meter la cabeza de lleno por primera vez en esta saga, este es sin duda el juego por el que debéis empezar. Y creednos cuando os decimos que merece mucho la pena.