Frases famosas de origen incierto
En el mundo del cine, es imposible contabilizar la gran cantidad frases fílmicas que han logrado pasar a la historia. Tanto es así que resulta sorprendente que prácticamente todos podamos relacionarlas con la película a la que pertenecen e incluso saber el nombre del personaje que la pronuncia, aunque nunca hayamos visto el filme en cuestión. Las míticas ‘¡A Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre!’, ‘¡Soy Batman!’ o ‘¡Sayonara, baby! son un buen ejemplo de ello (aunque, siendo honestos, hay que reconocer que, en el segundo caso, se trata de algo bastante evidente).
Sin embargo, no siempre es así. Tanto el mundo del cine como el de la literatura, han dado fama a ciertas frases que, o bien no aparecen en la obra original, o bien han pasado a la historia modificadas, como sucede en los siguientes casos:
‘¡Todos para uno y uno para todos!’
Para el primero de los casos conocidos, tenemos que trasladarnos al siglo XIX. Desde que Alejandro Dumas escribiera, en 1844, su famosa novela ‘Los tres mosqueteros‘, muchas han sido las adaptaciones cinematográficas y series de televisión que se han llevado a cabo, tanto de la obra primigenia como de las siguientes, además de productos derivados, con mayor o menor fidelidad al material original. No obstante, no busques en los libros originales el famoso juramento de compañerismo que los protagonistas nunca se olvidan de pronunciar en las versiones audiovisuales, ya que Alejandro Dumas no lo escribió en ninguna de sus novelas sobre D’artagnan y sus amigos.
‘¡Elemental, querido Watson!’
El gran detective Sherlock Holmes, creado por Arthur Conan Doyle, en 1887, logró cosechar unas cotas de éxito inusitadas en el mundo literario, que aún continúan teniendo efecto en la actualidad. No es de extrañar, por tanto, que diera el salto al mundo audiovisual y se haya convertido en el personaje de ficción que más actores han encarnado, con mayor o menor éxito. De hecho, en los últimos años, han aparecido cinco nuevas versiones del sagaz detective. No obstante, al igual que hemos comentado en el caso anterior, la famosa frase que Sherlock Holmes le dice a su colega John Watson en el mundo audiovisual (y que incluso sirve para dar título a la serie ‘Elementary‘) nunca apareció en ninguna novela de Arthur Conan Doyle.
‘¡Más madera!’
Los ejemplos que hemos mencionado en el primer párrafo de este artículo pertenecían al mundo del séptimo arte. Si regresamos a él, tenemos que viajar hasta 1940, año en que se llevó a cabo el rodaje de la famosa comedia titulada ‘Los hermanos Marx en el Oeste‘. En la conocida escena del tren, Groucho Marx dice en más de una ocasión la frase: ‘¡Traed madera!‘. Por tanto, es un misterio por qué la primera palabra ha quedado modificada en nuestra memoria.
‘¡Luke, yo soy tu padre!’
‘El imperio contraataca‘, segunda entrega de la saga original de ‘Star Wars‘ es la favorita de la mayoría de los fans, sobre todo por el impacto que causó su estreno, en 1980, al revelar la relación familiar existente entre el malvado Sith Darth Vader y Luke Skywalker. Sin embargo, cuando el barón desvela la verdad, en ningún momento pronuncia el nombre de su hijo, al contrario de lo que mucha gente recuerda. Lo que de verdad dice, después de que el joven aprendiz de Jedi le acuse de asesinato de Anakin Skywalker, es: ‘¡No, yo soy tu padre!‘.
‘¡No siento las piernas, coronel Truman!’
La novela ‘Primera sangre‘, escrita por David Morrell, fue el pistoletazo de salida para la saga cinematográfica de Rambo, que se inició en 1982 y finalizó en 2008 (siempre y cuando a nadie se le ocurra llevar a cabo una quinta parte). No obstante, a lo largo de sus cuatro entregas, el personaje jamás ha pronunciado su frase más conocida. Lo que, en realidad, dice Rambo es ‘No encuentro las piernas‘, refiriéndose a las extremidades inferiores de un compañero de batalla.
‘Perdone que no me levante’
He decidido poner el broche de oro dejando esta frase para el final, al tratarse de un caso especial, que no pertenece al mundo de la literatura ni del cine, aunque es cierto que el ya mencionado Groucho Marx ha dejado para la posteridad una gran cantidad de ingeniosas frases que, a día de hoy, todavía nos hacen esbozar una sonrisa. Tal era el sentido del humor de este peculiar actor que sonaba creíble el extendido bulo sobre el epitafio que se supone que se podía leer en su tumba. Sin embargo, aquello acabó por ser desmentido.
Evidentemente, algunos de estos casos son más conocidos que otros, pero es posible que al leer este artículo te hayas dado cuenta de que llevas toda tu vida dando por correctas frases que no lo son. Por supuesto, si conoces algún caso más, no dudes en dejarlo en los comentarios.
