La primera mitad del siglo XX, con todos sus cambios y conflictos, dio lugar a uno de los períodos más ricos de la literatura española. Varios grupos de escritores buscaron innovar en formas y contenidos, y así tenemos a las llamadas Generación del 98, de 1914 o del 27. Todas ellas sirvieron de inspiración y prepararon el camino para el gran artista del siguiente movimiento literario, la Generación del 36. Hablamos de Miguel Hernández.
La importancia de este autor, llamado ‘el autor del pueblo’, y su influencia son notables. Un ejemplo de de su relevancia es que el prólogo esté hecho por Joan Manuel Serrat. Este prólogo merece ser leído, como mínimo, dos veces (antes de leer la obra y después) para llegar a entender cada una de las palabras que nos transmite el cantautor, actor, escritor, y más, quien confiesa haber puesto música a más de un poema de Hernández. Según dice en el prólogo:
Lo hice porque en sus versos encontré argumentos que quería contar, escritos con las palabras con las que me hubiera gustado decirlo. Poeta fundamental en la lírica española contemporánea y hombre, como diría Machado, en el mejor sentido de la palabra bueno.
Como bien dice en la portada, esta novela gráfica explica la vida de Miguel Hernández (1910 – 1942) con el guion de Ramón Pereira y los dibujos de Ramón Boldú. El relato inicia 1940 en el Reformatorio para adultos de Ocaña, en Toledo, con Miguel Hernández encerrado en una celda y el poema ‘El rayo que no cesa’, un soneto que expresa los sentimientos del poeta en ese momento, junto a él. Tras esto, empieza a hablar con un gorrión, quien se convertirá en su interlocutor. Por la situación en la que se encuentra el protagonista, sabemos que es una historia contada ‘in media res’, es decir, inicia en un punto, explica lo que pasó hasta ese momento y se cuenta qué ocurre después.
El relato del autor se remonta hasta su infancia, donde conocemos a un Miguel Hernández nacido en un pequeño pueblo de Alicante. Desde su infancia debe luchar contra su padre para seguir la llamada de la literatura. El desarrollo de la historia es bueno y sólido, ya que se sustenta en el deseo del protagonista de crecer como artista, viajar y lograr una estabilidad económica con su poesía como base. Estos deseos son los que mueven al protagonista y, de alguna manera, consigue alguno de estos objetivos.
Con la evolución de la trama, como es lógico, Miguel Hernández conoce a artistas de renombre como son Pablo Neruda, Vicente Aleixandre o Juan Ramón Jiménez. Estos encuentros están bien contextualizados pese a que algunos parecen demasiado fortuitos como para ser verosímiles. Al final de la obra, vemos a un hombre honesto y firme en sus creencias, dispuesto a morir por ellas.
El dibujo sin color de Ramón Boldú, pese a poder parecer algo simple en un principio, resulta digno de admiración. Los gestos y rostros que concede el artista a los personajes son sin duda de lo mejor, destacando la página ocupada por la reacción de Miguel Hernández a una noticia fatal. Otro punto que destaca es la inclusión de detalles como calaveras o constantes malos augurios que ponen un tono pesimista a la obra, algo que está presente desde ese inicio en el que Miguel Hernández explica su historia en una celda. Un ejemplo de estos detalles lo vemos en el comienzo del capítulo dos, al ser una calavera quien da la introducción a los hechos que se desarrollarán.
La historia está formada por capítulos que sirven para marcar las etapas de la vida del protagonista, omitiendo en el lapso de capítulos información que no aportaría nada a la historia. Un ejemplo de esto puede ser el primer capítulo en el que vemos el paso de Miguel Hernández de niño a joven. A lo largo de cuatro capítulos se desarrollan los hechos que llevan al poeta hasta la situación que vemos al inicio de la obra, sirviendo el quinto y último capítulo para explicar el final de la vida de Hernández.
Lo que destaca de Miguel Hernández es su poesía, por lo que sería una auténtica locura crear una obra explicando su vida sin escribir ningún verso suyo, y esto es algo que Ramón Pereira y Boldú tienen muy claro, ya que, a lo largo de las páginas, vemos una notable cantidad de versos del autor, además de adaptaciones de cartas. Vemos versos y no poemas enteros debido a la imposibilidad de introducir un texto de tal tamaño en las páginas, pero se logra que esta ausencia de ciertos elementos líricos relacionados con los versos mostrados no resulte extraña, sino todo lo contrario, queda acorde con la situación en la que se muestran.
Este tomo es una reedición de la obra que se publicó en 2013 en la que se han incluido páginas nuevas de su estancia en el reformatorio para adultos (una cárcel) y de los últimos días del poeta. La edición de Astiberri destaca por su calidad, ya que consta de 144 páginas en blanco y negro con unas hojas de muy buena calidad por 15€.
Por lo tanto, esta novela gráfica es una buena explicación por capítulos de la vida de uno de los grandes poetas españoles del siglo XX. En ella podemos entender cómo se sentía el Miguel Hernández a lo largo de su viaje con un dibujo realmente expresivo. Es un tomo destinado a aquellos aficionados a la literatura y las novelas gráficas que deseen descubrir (o redescubrir) a uno de los mayores poetas de España.
Ramón Pereira
Este licenciado en Filosofía y profesor de español en la Universidad de Barcelona, que nació en Barcelona en el año 1980, ha realizado trabajos y guiones de cómic en revistas como ‘Boom’ o ‘La Cripta’. Ha publicado ‘Hachís’ en solitario y poemarios colectivos como ‘Trece puertas’ y ‘Versolabios y espaminostas’ con el grupo Taula Kabish. Además, es miembro de la AACE (Asociación de Autores de Cómic de España).
Ramón Boldú
Este autor nacido en Segarra, una comarca de Lleida, en 1951, es un prolífico dibujante que se inició como dibujante en varias revistas. Hacia los años 70, inició la serie llamada ‘Los sexcéntricos’. En los años 90 fue cuando empezó a ganar más prestigio y publicó obras autobiográficas como ‘Bohemio pero abstemio’ (La Cúpula, 1995) y ‘Memorias de un hombre de segunda mano’ (Glénat, 1998) que se publicaron en la revista ‘El Víbora’ para ser reeditadas por Astiberri en 2009. Con esta editorial también ha plasmado su obra al publicar ‘El arte de criar malvas (2008), ‘Sexo, amor y pistachos’ (2010) y ‘La voz que no cesa’ (2013/2017). Una de sus últimas publicaciones es ‘De la creación al calvario’ (Astiberri, 2017).
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La voz que no cesa. Vida de Miguel Hernández.
La voz que no cesa es la nueva edición ampliada de la biografía en cómic del poeta Miguel Hernández, la historia de un humilde cabrero que quería ser escritor, un poeta que vivió una vida corta pero intensa de superación frente a las adversidades del establishment literario, la guerra y su miseria. Coincidiendo con el 75.º aniversario de su muerte, se añaden en la presente publicación varias escenas de la estancia del escritor en la cárcel, así como nuevas imágenes de su trágico final en el año 1942, que en la primera edición de 2013 de la desaparecida EDT no se incluían.
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