El regreso de las mercenarias más cuquis
Sin hacer demasiado ruido llegó hace unos meses a las tiendas especializadas de cómics de nuestro país el primer tomo de ‘Rat Queens’, una obra publicada originalmente por Image Comics que se abrió paso entre la maraña de títulos de ciencia ficción de la editorial para asomar la cabeza y dejar claro que allí también hay sitio para otro tipo de productos. Ahora, de la mano de Norma Editorial, nos llega por fin el segundo tomo de las aventuras de estas cuatro jóvenes con ganas de bronca que se mueven en un mundo de fantasía sacado de las páginas de ‘Dragones y Mazmorras’…
No hay calma después de la tormenta
En el primer volumen de ‘Rat Queens’ se nos presentaba al grupo de cuatro chicas guerreras que da nombre a la serie: Hannah, la maga élfica rockabilly; Violet, la luchadora enana hipster; Dee, la clériga humana atea, y Betty, la ladrona pizca hippy. Conocimos ese mundo de fantasía medieval en el que sus aventuras tenían lugar, aventuras que casi siempre solían involucrar grandes dosis de violencia, hechizos y muertes horribles. Y conocimos también a algunos personajes de segunda fila con los que nuestras protagonistas iban a tener algún tipo de relación, ya fuera esta de índole profesional, comercial, amistosa o sexual.
Como si de un ‘Equipo A’ de espada y brujería se tratase, las Rat Queens sobreviven como soldados de fortuna, acudiendo a la llamada de auxilio de todo aquel que les puede pagar por realizar el tipo de trabajo que mejor saben hacer. Pero tanto las Rat Queens como otros grupos de mercenarios no son personas queridas por todos los ciudadanos, y de esta forma un astuto y mortal plan es urdido para acabar con todos ellos. Obviamente, las Rat Queens son de las pocas que logran no solo sobrevivir a la amenaza que se cierne sobre ellas, sino también señalar al culpable y salvar el día. Y a continuación, solo resta celebrar la victoria y prepararse para un periodo de tranquilidad, ¿verdad?
El pasado vuelve para morderte el culo
Ahora que ya estamos metidos de lleno en este mundo de fantasía, es un buen momento para que el guionista Kurtis J. Wiebe se tome las cosas con un poco de calma y se detenga a profundizar más en nuestras cuatro protagonistas y en su pasado, del cual apenas sabemos nada.
El peso de la trama de este segundo volumen recaerá en gran parte sobre Dee, ya que alguien de su vida anterior en una especie de secta religiosa ha vuelto, y es nada más y nada menos que su marido. Sin embargo, no son motivos sentimentales los que han traído a este aparentemente bienintencionado joven (en realidad, nada joven) a la puerta de Dee, sino que se trata más bien de un imperativo tribal. Un artefacto religioso, una especie de máscara ceremonial, ha sido robado, y el poder que lleva consigo podría tener consecuencias fatales si cae en las manos equivocadas. Muy pronto las chicas descubrirán que el marido de Dee ha llegado en el momento justo para ayudarlas a detener lo que está por llegar, que es algo muy lovecraftiano (sí, por aquí va lo de “N’Rygoth” en el título) que parece que les queda grande: una suerte de grupo de clones de Cthulhu llega desde el cielo a la ciudad, y eso no puede ser bueno…
Pero Dee no es la única con un pasado que cobrará importancia en este volumen. Sawyer, el soldado por el que el corazón de Hannah late deprisa (por mucho que ella trate de hacerse la dura con él), ha dejado atrás una vida bastante menos respetable que la que lleva ahora, y bien es sabido que quien siembra vientos recoge tempestades. Y para Sawyer ha llegado la hora de recoger…
En cuanto a la propia Hannah, también veremos algún episodio de su pasado relacionado con su madre. ¿Y os acordáis de que en algún momento se ha hablado de la barba de Violet? Pues podremos echar un vistazo también a la época en la que vivía con su familia y peinaba una larga barba roja…
Wiebe desarrolla toda la historia a buen ritmo, dándole tridimensionalidad a los personajes principales, logrando que el lector se encariñe con ellos a la vez que disfruta de unas buenas dosis de humor gamberro con el que ameniza una trama a la que se le puede acusar de no tener demasiado de original, pero es que estos son los códigos bajo los que se construye ‘Rat Queens’. El terreno es conocido y las reglas están claras, ya que gracias a los cientos de obras existentes que pertenecen a ese subgénero de la espada y brujería el lector se encuentra cómodo desde el primer momento, y explicaciones detalladas no son para nada necesarias. Además, el guionista se aprovecha de esto para jugar con los clichés y romper con lo esperado cuando le viene bien, algo para lo que demuestra ser suficientemente habilidoso.
Estéticamente irregular
Roc Upchurch continúa encargándose del apartado gráfico de la serie, y lo hace en la misma línea que el primer tomo, con las mismas virtudes y los mismos defectos. A veces da la sensación de que tan solo se esmera con las figuras en primer plano dejando las que están en segundo plano en poco más que esbozos, sin respetar los detalles ni las proporciones. Además, la decisión de utilizar fondos difuminados, tal vez tomada con la intención de dar profundidad al dibujo, le da a la viñeta un aspecto de videojuego con el que no acabo de congeniar.
Por otra parte, Upchurch brilla mucho cuando pone mimo en un determinado personaje o momento, utiliza con gran acierto muchos recursos narrativos del manga y ha sabido diseñar unos personajes realmente atractivos. Merecedoras de alabanzas son también sus maravillosas portadas, que seguro que por sí solas han vendido un montón de ejemplares.
Ya al final del tomo nos encontraremos con un cambio de dibujante, momento en el que Stjepan Sejic se hará cargo del tema. Jugando en la misma liga (y manteniendo los fondos difuminados), puede que Sejic suba un poco el nivel, aunque salvo tal vez por el hecho de encontrarnos con personajes un poco más estilizados no vamos a notar grandes diferencias entre ambos.
Larga vida a las Rat Queens
Comercialmente la serie parece que goza de buena salud, ya que aunque en España llevamos tan solo una decena de números publicados repartidos en dos tomos, al otro lado del charco ya rondan la treintena (incluyendo números especiales). Es de suponer que poco a poco y con la cadencia habitual nos irán llegando los siguientes tomos recopilatorios, por lo que todos aquellos que tras esta lectura se queden con ganas de más aventuras de nuestras cuatro guerreras gamberras pueden estar de enhorabuena.
En lo referente a la edición, hay que decir que este segundo volumen de ‘Rat Queens’ presentado por Norma Editorial mantiene las mismas características que el anterior tomo de esta colección, siendo así de formato de tapa blanda con un tamaño de página de 17 x 26 cm. El tomo contiene 136 páginas a color e incluye la traducción de los números del #6 al #10 de la edición americana de ‘Rat Queens’, además de las portadas de cada uno de los números contenidos. El precio de venta recomendado es de 16,50 € y se puso a la venta en diciembre de 2017.
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‘Rat Queens 2: Los largos tentáculos de N’Rygoth’
ISBN: 978-84-679-2847-1
Nuevas aventuras y revelaciones del pasado de las Rat Queens.
Vale, se acabó la fiesta. Ahora toca recuperarse de la resaca y ponerse a trabajar. Pero lo que no espera Sawyer es que en el curro le secuestren. ¡Pues eso es lo que le sucede! Por suerte, si hay a alguien que le ponga de mala leche que secuestren a sus amigos, esas son las Rat Queens.
Hannah, Violet, Dee y Betty desayunan fuerte para volver a la carga y repartir sopapos bien dados, en una nueva aventura llena de asquerosos tentáculos y flashbacks al pasado de las chicas muy conveniente y acertadamente colocados.
Guion: Kurtis J. Wiebe
Dibujo: Roc Upchurch y Stjepan Sejic
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