No es ningún secreto que hay zonas en Latinoamérica peligrosas por la falta de recursos y de educación en las que están sumidas y que empujan a los jóvenes a unirse a bandas criminales. Podríamos decir que la tesis de esta novela gráfica es la de mostrar que, pese a la gran crueldad en la que se vive, es posible escapar de ese mundo. Y así es como inicia esta obra. El protagonista se une a una de estas bandas llamadas MS13 que, según cuenta, la ‘M’ significa ‘Mara‘ en referencia a la virgen María y ‘S’ a ‘Salvatrucha‘ en homenaje al Salvador.
Los primeros acontecimientos sirven para presentarnos a los personajes que protagonizarán las páginas siguientes. Las primeras páginas son el visor a la escena de un crimen, la de un joven frente a un cadáver rodeado por dos policías que se lo llevan esposado entre gritos de apoyo. La importancia de este joven se descubre más tarde.
Samuel Santos es un hombre íntegro que protege a aquellos quienes necesitan ayuda a cambio de más repercusiones que premios y el protagonista de esta novela gráfica. Sin embargo, es en las primeras interacciones cuando sabemos que tiene un oscuro pasado que será el que lo conduzca a través de ‘Vértigo‘. No es ninguna sorpresa descubrir que el protagonista fue miembro de una banda, ya que es lo que nos podemos imaginar al ver la portada. Tras huir de su pasado, Santos decidió dedicarse a los demás y consiguió su título de abogado. El conflicto de la obra llega cuando le entregan un recorte de diario y recibe una llamada relacionado con dicha noticia, ambos tratan el tema del joven visto en las primeras páginas. Es entonces cuando Santos decide trasladar la acción de Caracas a Salvador.
La acción hace que apreciemos a la policía en tres ocasiones, la primera de ellas es en esa primera escena en la que el joven es detenido y la segunda sucede en la presentación de Santos. La tercera resulta inevitable ya que la acción se sitúa en una cárcel, donde, lógicamente, hay policía. El cuerpo policial brilla por su ausencia en los momentos de violencia y aparece en los que ya no se le necesita, por lo que podemos decir que hay una crítica a la acción policial en todo lo relacionado a las maras latinoamericanas. Su ausencia en los barrios que generan bandas criminales y su presencia está marcada por la falta de interés que muestran por estos jóvenes que se ven arrastrados a alinearse con ciertos grupos. Este interés lo vemos intensificado en la parte en la que la acción se desarrolla en la cárcel.
Además, la crítica social continúa con figuras totalmente anónimas, sin poder económico ni político, que ayudan a los más necesitados, mientras que son los que ostentan poder y riqueza los que ignoran la situación de las clases más bajas, incluyendo en este segundo grupo a la justicia. Parece que Santos, tras caer ante ella, decide utilizar la Justicia para hacer caer a aquellos que abusan de su poder y defender a los más débiles a través de la abogacía.
A lo largo de la obra, vamos viendo a través de los recuerdos del protagonista, Santos, cómo es crecer en una mara, las pocas o nulas posibilidades a las que se enfrentan los jóvenes nacidos en sus territorios y el modo de vida que llevan. Es increíble como Sergeef logra transmitirnos en pocas páginas la vertiginosa vida a la que están sometidos los jóvenes en esas zonas y logra que se entienda a la perfección la segunda parte del título ‘Vives para la mara o mueres para la mara’. Se llega a entender el pensamiento en el que están sumidos muchos de que si escapas de la mara, de tu familia, de los que te protegen, estás muerto.
El problema de ‘Vértigo’ reside en el guion. Muchos de los personajes, pese a pertenecer a distintas clases sociales, mantienen el mismo registro, algo que parece un poco difuminado por algunos vocablos propios de Latinoamérica que nos hacen recurrir al diccionario. Además, el final de la trama parece que se ve venir desde el profundo interés de Santos por el joven encarcelado.
Hay algunos hilos que se abren y parecen dejados en el aire como podría ser el futuro que les espera a los integrantes del edificio que se ve en un inicio y a los que Santos ayuda, al igual que lo que le ocurre a la joven que ayuda a Santos en este tema pese a no tener ni una palabra. La historia podría haber dado más de sí teniendo en cuenta el entorno en el que se desarrollaba, pero te entra a través de los ojos gracias al gran dibujo. El final de ‘Vértigo’ contrasta con la violencia que ha impregnado la obra y parece accidentado. Cuenta, además, con epílogos que no logran ni emocionarnos ni impactarnos, por lo que se podrían omitir o aprovechar sus páginas para desarrollar el final en sí.
El dibujo de Ennio Bufi acompaña de muy buena manera la historia, tanto en los momentos que la acción se sitúa en zonas más acomodadas como en los que vemos un ambiente más hostil y centrado en las clases bajas. Además, no decae en cuanto a escenas de acción se refiere, algo que se agradece ya que consigue transmitir la violencia a la que se está sometiendo a los personajes.
‘Vértigo. Vives para la mara o mueres por la mara’ ha sido puesta a la venta por Norma Cómics a un precio de 18€ y con un total de 80 páginas, una edición de Norma de muy buena calidad.
Nathalie Sergeef
Esta autora nacida el 5 de abril de 1970 es conocida por su participación en teatro de autor y por su amor a las letras. Los primeros trabajos que realizó relacionados con las novelas gráficas fueron ‘Juárez’, diujado por Corentin Rouge, y ‘Down Under’, dibujado por Fabio Prezzi, ambas obras publicadas en el año 2012. En 2016 cambió de editorial y realizó el proyecto ‘Vértigo’ junto a Ennio Bufi.
Ennio Bufi
Bufi es un artista de cómics nacido en Turín y graduado en la Academia de Bellas Artes de Bari. Antes de dedicarse a las novelas gráficas, trabajó en animación y participó como diseñador gráfico y de personajes. Tras esto, ha trabajado como dibujante en obras como ‘Giorgio Perlasca’ y ha trabajado en la serie ‘Clandestino’ desde el año 2013. En 2016, ha publicado, junto a Sergieef, la obra ‘Vértigo’.
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Vértigo. Vives para la mara o mueres por la mara.
Para los miembros de las maras, la muerte es la única puerta de salida autorizada. Iniciado en una mara del Salvador a la edad de trece años, Samuel Santos consigue escapar, pero paga un tributo más elevado que su propia vida. Hoy, en Caracas, lugar de su redención, tendrá que rencontrarse con el pasado para recuperar una parte de él mismo que le fue arrebatada catorce años atrás.
Pero, a veces, el pasado es un camino que no hay que volver a recorrer.
Sergeef y Bufi nos transportan al mundo de la mara Salvatrucha, una de las más violentas de Latinoamérica, en esta historia de redención y violencia. [/note]
