Una galería de perdedores trata de sobrevivir en una ciudad que no lo pone nada fácil. Esa frase podría ser el resumen perfecto de ‘Que decidan las cerillas‘, la obra de Carlos Salem adaptada por Kike Narcea al formato de novela gráfica y recientemente publicada por la editorial Navona. Sin embargo, esta historia adaptada a partir de la novela ‘El huevo izquierdo del talento‘ tiene mucha más miga y es una de las novedades que no debéis perderos, os explicamos a continuación por qué.
¿Qué pueden decidir unas cerillas?
Nuestro protagonista es un escritor que ya no escribe, porque la realidad fue demasiado para él, y ahora la evita desde la barra del bar. Lo conocemos como Poe, que como nos cuenta Antonio Altarriba en el prólogo, viene de “poeta”. Un poeta del que ya no queda nada, y que cansado de tomar decisiones equivocadas, lo deja todo al azar. Su método es preguntarle a las cerillas: saca unas cerillas de la caja y las arroja sobre la barra, y según su número, toma una decisión. Los aciertos y los errores llegan por igual, pero la culpa es del azar, de las cerillas.
Junto a él, una serie de personajes con sus propias historias de fracaso, gente que se cruza con él y decide confesarle sus penas. Un policía enamorado, un flautista alcoholizado que solo toca en el váter, un loco que se tumba en la carretera a ver si los coches lo esquivan, una mujer que añora su juventud, una hermana que utiliza a la gente porque tampoco sabe hacer otra cosa. Supervivientes. Y en medio el Poe, y la dueña del bar, Lola, la única que parece aportarle un punto de equilibrio, su tabla salvavidas… aunque Lola también tiene su propia historia.
Una ciudad que se ahoga en sus propias miserias
Carlos Salem no es amable en su descripción de la ciudad. No es un sitio en el que nadie querría vivir, es un lugar que oprime, que desespera. El cómic comienza preguntándose: “¿Para qué sirve una ciudad sin mar?”. Y se responde a sí mismo que “para ahogarse en sus propias miserias”. Una ciudad de paso, en la que la gente viene y se va, quedándose solo los que no tienen otra alternativa.
La historia está dividida en capítulos, como pequeñas historias. El propio autor propuso cuando se publicó ‘El huevo izquierdo del talento’ que se leyesen en cualquier orden, incluso en uno basado en el lanzamiento de cerillas. La idea es atractiva, aunque considero que el orden en el que están en el libro es el más adecuado. Es cierto que no hay una narrativa lineal de los hechos, los personajes van apareciendo y los vamos conociendo a retazos, aunque hay ciertas cosas que sí tienen cierto sentido del orden.
La novela negra: del “whodunnit” al “hardboiled” en un solo cómic
Carlos Salem ha tocado muchos géneros, pero no cabe duda de que se ha hecho un nombre en la novela negra. ‘Que decidan las cerillas’ ya nos ha dado un marco perfecto, una especie de ‘Sin City’ de andar por casa, un panorama desolador pero cercano en el que por supuesto, se planteará el misterio. La gente con la que se cruza Poe empieza a desaparecer y a ser asesinada.
¿Podrá el protagonista resolverlo? ¿Sabrá él algo, que quizás no comparte con el lector? El misterio se menciona al principio casi por casualidad, como si fuese un asunto lateral a la historia. Pero enseguida nos damos cuenta de que algo raro está pasando. No diré nada, solo que el final no me ha decepcionado y me ha dejado, como es habitual en la novela negra, un regusto mitad amargo, mitad esperanzado.
El lenguaje es duro, acorde a la ambientación y las situaciones, que en algunos momentos llegan a ser sórdidas. No falta sin embargo el humor, con situaciones que inevitablemente te pondrán una media sonrisa. De vez en cuando, intercalado casi sin querer llamar la atención, también tenemos un tono poético: no en balde tanto el autor como el protagonista comparten el ser poetas.
El camino que va de la palabra a la imagen
Kike Narcea demuestra ser un maestro de la narrativa con esta adaptación gráfica. El dibujo es de estilo underground, en riguroso blanco y negro y casi caricaturesco en los rostros, recordando a autores como Peter Bagge o Phoebe Gloeckner. Es muy adecuado para el tipo de historia que se cuenta en ‘Que decidan las cerillas’.
Pero sin duda, en lo que destaca Narcea es en la narrativa, la disposición de viñetas y la dinámica. Y es que este dibujante viene del mundo del cine, donde ha realizado multitud de trabajos, y entre otras labores, se ha encargado de la elaboración “storyboards”. Aquí se mueve como pez en el agua adaptando los sucesos a las viñetas, que a veces se ajustan a una disposición clásica y con frecuencia la rompen según la necesidad.
De esta forma la historia avanza fluida y a buen ritmo, que te arrastra de un tirón hacia el final. Merece la pena destacar la forma en que se integran los títulos de cada capítulo en las viñetas. Si alguna pega se le puede poner a ‘Que decidan las cerillas’ es la rotulación: la tipografía escogida está algo alejada de los estilos similares a la rotulación manual, más cómodos para la lectura de un cómic. Si bien es cierto que una vez te metes en la historia esto pasa a un segundo plano, me ha resultado un poco chocante al principio y creo que se podría haber cuidado más.
Navona Gráfica sigue siendo una apuesta segura
La editorial Navona nos presenta ‘Que decidan las cerillas’ en una edición en tapa blanda con solapas, con una imagen del protagonista en color negro sobre el fondo amarillo. El formato y estilo son exactos al de la primera publicación de la línea Navona Gráfica, ‘La ciudad de cristal’, variando solo en el color de fondo, y entendemos que continuarán del mismo modo para darle homogeneidad a la colección. Consta de 175 páginas y un precio recomendado de 19 euros.
Una edición sencilla y elegante para un cómic realmente bueno, una historia que va un poco más allá del género negro y que no debería pasar desapercibida.
Carlos Salem
Carlos Salem (Buenos Aires, 1959), novelista, poeta y periodista que reside en España desde 1988. Ha escrito novelas ˗algunas de ellas traducidas al francés, alemán e italiano˗, poesía, relatos y teatro. Su primera obra, Camino de ida (Navona, 2014), galardonada con el premio de la Semana Negra de Gijón, fue finalista del Prix 813 en Francia. También fueron premiadas Matar y guardar la ropa (2008), Pero sigo siendo el rey (2009), Cracovia sin ti (2010) y Un jamón calibre 45 (2011). Navona ha publicado Muerto el perro (2014), En el cielo no hay cerveza (2015), Matar y guardar la ropa (2015), Relatos negros, cerveza rubia (2016) y Cuando mi sombra te alcance (2017).
Kike Narcea
Kike Narcea cineasta, guionista y realizador. Comenzó a trabajar con el dibujo haciendo los storyboard de películas como Gente Pez (2001) o Peor Imposible, ¿qué puede fallar? (2002). De entre sus cortometrajes, caben destacar ¡Tía, no te saltes el eje! (Premio del Jurado en el Notodofilmfest 2006), que sirve como materia de estudio -para explicar el eje cinematográfico- en escuelas de cine de todo el mundo hispanoparlante; y el sainete castizo Telmo y Martina (Sección Oficial, Austin Film Festival 2013). De 2008 a 2010 dirige la sitcom La Tira, para La Sexta. Y en 2013 estrena su único largometraje hasta la fecha: El Tiempo de Plácido Meana.
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Que decidan las cerillas, Carlos Salem
Primera NOVELA GRÁFICA del autor.
Adaptación e ilustraciones de Kike Narcea.
Prólogo de Antonio Altarriba y epílogo de Carlos Zanón.
En una ciudad sin mar de la que parece imposible escapar, desaparece gente. De noche. Gente de la noche que no le importa a nadie, porque a nadie le importa nada en la ciudad. Un bar. El de Lola, donde a veces suena jazz y a veces disparos. Un flautista que solo consigue tocar sus maravillas sentado en el váter. Un policía que escribe poemas con la misma brutalidad con la que apalea detenidos. Una hermana pequeña y perversa. Un borracho residente y sin convicción, al que llaman el Poe. Y un erudito en el arte de caer, encadenado a esa barra y a ese bar, tan cansado de equivocarse, que confía sus decisiones a las cerillas. Y las cerillas también se equivocan, pero al menos tiene a quien echar la culpa. Una noche en la que no va a ocurrir nada, y ocurirá todo.
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