Soplan vientos favorables para el monarca de Wakanda. T´Challa, heredero de la larga tradición de los Pantera Negra, ha encontrado el sorprendente acomodo entre el público masivo gracias al éxito sin paliativos de la película dedicada en exclusiva a sus aventuras (la crítica la puedes leer aquí). Hay que admitir que, en lo que corresponde a taquilla e impacto, la cinta dirigida por Ryan Coogler se sitúa en la cima de los taquillazos perpetrados por los estudios Marvel.
Sí, eso del UMC está muy bien, pero hay algo que a los fans de las viñetas nos encanta cuando llega el estreno de turno: las reediciones de material algo perdido en el limbo del personaje protagonista. En lo que toca al rey de Wakanda, no nos podemos quejar. Cantidad ingente de etapas fabulosas dedicadas a Pantera Negra llenan las librerías en ediciones bastante potentes. Si tenemos que destacar un volumen de toda esta genial invasión wakandesa, toca hablar de ‘Pantera Negra: La furia de la Pantera’, recopilación que conduce al lector a los años 70, cuando el héroe africano conseguía protagonismo en cabeceras con su propio nombre.
No vamos a hablar otra vez del origen de Pantera Negra en los años 60, de la mano de Stan Lee y Jack Kirby, en las páginas de 4 Fantásticos. A estas alturas, estamos todos familiarizados con Wakanda, la nación oculta a ojos del mundo a pesar de ser potencia tecnológica gracias al vibranium. Desde el principio, parecía que el destino de T´Challa no pasaría de la condición de secundario de lujo, a pesar de la importancia conceptual que rodeaba al personaje, tanto a nivel de personaje de cómic como icono de una época de grandes cambios sociales.
Durante los años 60, T`Challa se paseó por títulos de renombre, incluso formando parte de los poderosos Vengadores. Durante esta época, la esencia del personaje se desvirtuó de manera considerable, puesto que sacaron al rey de Wakanda de su entorno natural, la nación que gobierna con sabiduría, perfecta mezcla de tradición y vanguardia.
Cuando Don McGregor se hace cargo de recuperar a Pantera Negra como personaje con identidad propia, notó las incongruencias que los años habían acumulado sobre las espaldas del protector de wakanda. Parecía que los autores encargados de escribir sobre T´Challa habían olvidado sus orígenes reales, y habían decretado un incómodo margen de los problemas de Wakanda y la condición de gobernante del entonces vengador.
En los años 70, Marvel era un auténtico hervidero de ideas. Diferentes situaciones, como el cambio de guardia en la dirección del sello o la crisis en el propio mercado del cómic, obligaron a auténticas piruetas editoriales, algunas realmente locas y atrevidas. Aparecieron decenas de nuevos conceptos y se renovaron otros tantos, como sucedió con Pantera Negra.
McGregor se hizo con las riendas de ‘Jungle Action’, cabecera que recuperaba viejas historias selváticas producidas por Marvel, en la que se incluyó a Pantera Negra como icono representativo de esta vertiente de la editorial. Por supuesto, para que el héroe de Wakanda encajase con la idea tras el título, tocaba recuperar la esencia africana del personaje, diluida por su estancia en Estados Unidos como miembro de los Héroes más poderosos de la Tierra.
El tiempo alejado de las fronteras de su nación provocó un gran precio a pagar por T´Challa a su regreso. Encuentra un país desgobernado, y su regia figura ha perdido el favor de los ciudadanos de Wakanda, al borde de la guerra civil. De las sombras del pasado han nacido monstruos, encarnados en la figura de Erik Killmonger, ser guiado por la furia y el odio que pretende aprovechar el vacío de poder en Wakanda.
Con esta premisa, McGregor comenzaba el plan a largo plazo de la recuperación de Pantera Negra, en la saga conocida como ‘La furia de la Pantera’, en al cual el rey de Wakanda se enfrenta a los secuaces de Killmoger y al propio aspirante a dictador. Un viaje de reencuentro con los orígenes, que situaba a T´Challa en su ecosistema natural, donde el exotismo y la acción clásica de superhéroes encontraban simbiosis perfecta. McGregor aprovechaba su estancia en la cabecera para hacer análisis de la propia identidad del héroe, sobre su condición de rey, acerca de la naturaleza del poder, al mismo tiempo que lanzaba al universo Marvel conceptos imperecederos que daban dimensión a Pantera Negra con vistas al futuro.
Tanto es así que, tantos años después, el trabajo de McGregor en este puñado de números ha servido de inspiración para la citada película de los estudios Marvel, e incluso es referencial para la actual etapa del protector de Wakanda, en las excelentes manos de Ta-Nehisi Coates (cuya primera temporada también tiene su reseña en la web).
En aquellos tiempos de tantos cambios, McGregor encontró las artimañas para construir una época inigualable. Entre otras cosas, nadie hacía demasiado caso a un título destinado a perderse entre la avalancha editorial, con el cierre como amenaza constante. Lo que para muchos sería sinónimo de desgaste o desánimo, para McGregor se convirtió en la excusa perfecta para manejas conceptos que en otras circunstancias nunca hubiesen tenido cabida en un cómic dirigido al gran público. Tintes políticos, reflexiones sobre la justicia social, el racismo, enfrentamientos contra enemigos como el propio Ku Klux Klan, sitúan al Pantera Negra de McGregor a la vanguardia de los cómics de la época.
Además, contamos con una serie de dibujantes que encontraron en ese espíritu de libertad el aliento creativo para dar lo mejor de sí mismos. Rich Butler y Bill Graham destacan con especial brillo, gracias a demostraciones de dinamismo y experimentación dignas de la herencia de grandes como Jim Steranko. La acción y las figuras en movimiento son las protagonistas de este vistoso despliegue visual, pero no son pocos los detalles con elementos del diseño o la integración del texto como parte de las vieñtas en títulos de crédito de gran belleza. Aliciente de sobra para hacerse con el volumen y que completa el excitante aporte literario de McGregor.
Un título que amenazaba cierre se convierte de repente en un pequeño éxito, pero, circunstancias del mundo editorial, McGregor deja la colección, que cae en manos de (redoble de tambores) Jack Kirby. A estas alturas, Pantera Negra ya tenía colección con nombre propio, y en el regreso a casa de EL REY, se decidió por el personaje al que había dado vida años atrás. Cambio total de dirección, orientada a la aventura selvática pura y dura, delirio psicodélico del Kirby mas desatado, pero que cerraba una etapa memorable que quizá se mereció algo más de crédito. De la etapa de Kirby hablamos con profundidad hace tiempo, y puedes leerlo aquí.
El tomo se completa con la aportación de otros guionistas y dibujantes tan importantes como Chris Claremont o John Byrne, en épocas de transición interesantes, pero no tan atrevidas como la de McGregor, gran joya de este recopilatorio. En todo caso, este tomo es toda una alegría para los lectores. Demostración de fuerza e inteligencia, es posible que gran parte del contenido ideológico de McGregor, visto tantos años después, resulte casi inocente. Pero es de justicia reconocer la labor de dar contenido al cómic de un autor con sensibilidad y conciencia, que aprovechó las circunstancias de la época para señalar con el dedo temas tan candentes como el racismo, la situación del continente africano o el apartheid en Sudáfrica.
Esperemos que el éxito de Pantera Negra en los cines sirva de reclamo a nuevos lectores para el mundo de la viñeta. Si hay una buena forma de conocer al personaje, este tomo es una buen primer paso.
‘Pantera Negra: La furia de la Pantera‘, es el primer volumen de Marvel Gold dedicado a la etapa clásica de Pantera Negra. Se trata de un tomo en tapa dura, dentro de las características habituales de este formato. Nada más y nada menos que 728 páginas contiene esta voluminosa entrega de Maarvel Gold, lectura obligatoria para todo fan de Marvel, que podrás encontrar en tu librería favorita al precio de 44,95 euros.
Don McGregor
Nacido en Providence en 1945, McGregor es un respetado escritor del mercado del cómic estadounidense, conocido especialmente por su trabajo para Marvel. Su carrera comienza en las publicaciones de terror de Warren. Empieza a brillar en la conocida editorial con los guiones de Killraven y, por supuesto, el reconocido paso por ‘Jungle Action’, donde dotó de nuevos aires un personaje clásico como Pantera Negra.
Con los años, escribe para diversos personajes de La Casa de las Ideas, e incluso experimenta con el novedoso formato de la novela gráfica a finales de los 70, con la publicación de ‘Sabre’, acompañado por el artista Paul Gulacy.
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Contiene Jungle Action 6-24, Black Panther 1-15, Marvel Premiere 51-53 y Marvel Team-Up 100 USA
¡T’Challa llega a Omnigold! Este primer tomo contiene toda la andadura clásica del héroe en solitario, con la mítica etapa de Don McGregor, pletórica de relevancia, y la posterior irrupción de Jack Kirby. ¡Descubre los fundamentos del Rey de Wakanda![/note]