Si en algún momento de tu vida necesitas ayuda para resolver un robo, un secuestro o un asesinato, la mejor opción es hacerte con los servicios de un investigador privado. En este apartado, la literatura nos ha dado a conocer grandes mentes como son la de Sherlock Holmes, la de Hércules Poirot o la de Miss Marple, por citar tres ejemplos fácilmente reconocibles para todos. Sin embargo, si da la casualidad de que tu caso se mueve en el terreno de lo sobrenatural o de los muertos vivientes, es mejor que cuentes con los servicios de un experto en la materia. En otras palabras, necesitas contratar a Hannibal King.
Este peculiar detective, cuya imagen se encuentra a la izquierda de este párrafo, es medio vampiro, proviene de Milwaaukee, mide 1,80 metros, pesa 86 kilos, tiene los ojos marrones y el cabello castaño. Su primera aparición tuvo lugar en ‘The tomb of Dracula‘ nº 25 (1974), cómic escrito por Marv Wolfman y dibujado por Gene Colan, cuya portada puedes ver reproducida a la derecha del párrafo siguiente.
Mientras que la mayoría de los detectives están disponibles de día, Hannibal King no entra en acción hasta después del anochecer. Además, para que la situación sea aún más rara, se supone que está muerto. Todo empezó en Londres, lugar al que se desplazó un Hannibal King muy humano para investigar un caso de espionaje industrial. Pero el destino quiso que se cruzara en su camino el vampiro Deacon Frost, quien no tuvo el menor reparo a la hora de atacar al detective y drenar su sangre. Evidentemente, como consecuencia de ello, King murió, pero volvió a la vida, aunque ya no era un humano, sino un vampiro.
En su nueva condición, el detective ha demostrado poseer fuerza, velocidad, agilidad y sentidos aumentados. Además, no envejece y es inmune a las enfermedades de los mortales. También puede transformarse en murciélago y posee un potente factor de curación. Afortunadamente para él, los señores de los vampiros, como el mismísimo Conde Drácula, son incapaces de controlar su voluntad, al revés de lo que sucede con cualquier otro hijo de la noche. Hannibal King también tiene un gran poder de observación y la capacidad de diseminarse.
En el aspecto negativo, el detective siente la misma sed de sangre que cualquier otro vampiro, pero es incapaz de quitar una vida humana para alimentarse, lo que le lleva a conseguir su sustento a través de los animales y las personas que hayan muerto anteriormente. Mientras tanto, persigue incansablemente a Deacon Frost, con la intención de eliminarlo.
Por eso, cuando la viuda Adrianne Brown se presentó en el despacho del detective, tres años después de la conversión de Hannibal King en vampiro, el investigador oyó, por boca de la desconsolada mujer, que su marido Fred había sido mordido en el cuello por un hombre alto y con aspecto aristocrático, pero que se comportaba igual que un animal rabioso. La mayoría de la gente a la que Adrianne Brown había acudido en busca de ayuda la habían tomado por loca, pero Hannibal King era plenamente consciente de que el culpable del asesinato de Fred Brown no era un animal, sino un vampiro. Y su nombre era Deacon Frost.
Mientras Hannibal King buscaba pruebas para ofrecer a Adrianne Brown, y lograr así acabar con su duelo, tuvo algún que otro encontronazo con Drácula, pero su principal objetivo era acabar con Deacon Frost, el único responsable de su situación. No es de extrañar, por tanto, que su camino y del Blade se acabaran cruzando, ya que aquel también tenía cuentas pendientes con el sanguinario vampiro, que había matado a su madre mientras le estaba dando a luz, otorgándole así poderes similares a los de los chupasangres. Hannibal y Blade empezaron como rivales, pero no tardaron en descubrir que tenían algo en común: ambos querían eliminar a Deacon Frost de la faz de la Tierra.
En su búsqueda del vampiro, los dos cazadores llegaron a un apartamento de Manhattan, en el cual se toparon con un gemelo genético de Blade, con la excepción de que se trataba de un vampiro completo. Este descubrimiento sobrecogió al nuevo compañero de King de tal manera que se provocó un desenlace inesperado: los dos gemelos se convirtieron en uno solo. La intervención de Drácula acabó por costar la vida al nuevo Blade, pero Hannibal, ayudado por Daimon Hellstorm, logró traer de vuelta al cazavampiros original. Cuando todo hubo vuelto a la normalidad, ambos cazadores llegaron hasta una cripta, guarida de Deacon Frost, y acabaron allí, de manera definitiva, con su reinado de terror.
Tiempo después, Hannibal, mientras investigaba una serie de asesinatos, descubrió que una sociedad secreta, conocida como los Darkholders, pretendían resucitar a Drácula, que llevaba muerto un tiempo. Acompañado por el Doctor Extraño y por Frank Drake, King viajó hasta el castillo del Barón Mordo, con la intención de invocar la Fórmula Montesí, hechizo que debía erradicar a todos lo vampiros existentes en nuestro planeta. Aunque lograron su objetivo, Hannibal no se vio afectado, debido a que nunca había probado la sangre de un humano vivo.
No obstante, el poder la Fórmula Montesí no era permanente y, con el tiempo, comenzó a menguar. Para tratar de evitar que los vampiros volvieran a causar estragos, el Doctor Extraño creó a los Nightstalkers, equipo en el que militaron Hannibal King, Frank Drake y Blade. Los integrantes del grupo decidieron instaurar Investigaciones Borderline, para luchar contra los vampiros o cualquier otra amenaza sobrenatural. Durante un tiempo, King también formó parte de los Defensores, antes de unirse a los Hijos de la Medianoche, grupo formado por nueve miembros: Frank Drake, Johnny Blaze, Morbius, el Motorista Fanstasma, Blade, Victoria Monetsí, Sam Buchanan, la profesora Louise Hastings y el propio Hannibal.
Aunque King fue asesinado por Blade, cuando el cazavampiros se hallaba poseído por la Masacre de Medianoche, consiguió regresar al mundo de los vivos con la ayuda de Louise Hastings. Después de eso, Hannibal regresó a su carrera en solitario.
Pese a haber sido creado en los años setenta, el personaje no dio el salto de las viñetas al cine hasta ‘Blade: Trinity‘ (2004), película en la que Hannibal King es interpretado por Ryan Reynolds. Pese a no ser el protagonista de dicho filme, el detective vampiro juega un importante papel en la trama, además de servir de narrador de la historia.