El dibujante belga Morris creó, en 1946, al vaquero Lucky Luke, con la intención de hacer unas historietas que fueran una mezcla de tributo y parodia sobre el lejano oeste. Por supuesto, es justo reconocer que, a partir de la novena aventura de este peculiar jinete, fueron numerosos los guionistas que ayudaron a Morris con su creación, entre los que podemos destacar al reconocido René Goscinny. La primera aparición del personaje tuvo lugar en el ‘Almanach 1947‘ de la colección ‘Spirou‘. Tras la muerte del dibujante original en 2001, Achdé fue el encargado de continuar con la labor de narrar las aventuras de Lucky Luke. El solitario vaquero siempre cabalga a lomos de su caballo Jolly Jumper, aunque en ocasiones también se deja acompañar por el torpe perro Rantanplan. En la mayoría de sus misiones, el protagonista debe hacer frente a una famosa banda de cuatreros, conocidos como los Hermanos Dalton.
La fama del personaje lo llevó a protagonizar diversas películas y series de animación, pero también tres largometrajes llevados a cabo por actores reales, siendo ‘Lucky Luke‘ (1991), protagonizado por Terence Hill el más famoso de ellos, que además dio paso a una show televisivo de ocho episodios, bajo el título de ‘Las nuevas aventuras de Lucky Luke‘ (1993). La verdad es que resulta curioso que dicho filme cosechase tanto éxito, sobre todo si tenemos en cuenta que ni las vestimentas ni el aspecto físico de los personajes (empezando por un Lucky Luke rubio) concordaban con lo que todos hemos podido ver en los cómics y las series animadas.
Sin embargo, no es en esa película en la que vamos a centrarnos en este artículo, sino que lo haremos en la versión estrenada en 2009, también titulada ‘Lucky Luke‘, de casi una hora y cuarenta y cinco minutos de duración, pero dirigida por James Huth y protagonizado por Jean Dujardin (en el papel principal), Michael Youn (como Billy, el Niño), Sylvie Testud (que da vida a Calamity Jane), Daniel Prévost (que interpreta a Pat Póker), Alexandra Lamy (que encarna a Belle), Melvil Poupaud (que se mete en la piel de Jesse James), Jean-François Balmer (que hace del gobernador Cooper) y André Oumansky (como el presidente Jameson). También cabe destacar a Mathias Sandor (en el papel del joven Luke) y a la voz de Jolly Jumper, el caballo de Lucky Luke, de la cual se encargan Bruno Salomone en el original y Rafael Calvo en español.
En 1846, en una ciudad de Utah llamada Daisy Town, un niño es testigo del asesinato de sus padres por un grupo de forajidos conocido como la Banda de los Tramposos. Con el paso del tiempo, el pequeño crece hasta llegar a ser conocido como el famoso vaquero Lucky Luke, quien es requerido por el presidente Jameson para impartir justicia en su ciudad de origen, donde los dieciséis sheriffs anteriores han sido aniquilados. Al principio las cosas parecen irle bien, tal y como se espera por su reputación, pero todo comienza a torcerse cuando Lucky Luke rompe su norma más sagrada: no matar nunca a nadie.
El filme cuenta con varios aspectos positivos, empezando por el vestuario del protagonista que es idéntico al que luce en los tebeos (incluido el tupé que le asoma por debajo del sombrero), como bien se muestra en las imágenes que acompañan a este artículo. Además, al poco de comenzar, el largometraje nos explica el por qué se le conoce como Lucky (traducción inglesa de afortunado). Para los mayores fans del personaje, el opening se reserva un pequeño guiño al de la serie animada, el cual es muy fácil descubrir con prestar un mínimo de atención.
Pero no todo son ventajas en la película. Se echa de menos la presencia de algunos secundarios habituales, como el torpe perro Rantanplan o los Hermanos Dalton (aunque los cuatro bandidos son mencionados en un par de ocasiones). También cabe destacar que, en algunos momentos, la trama se vuelve algo infantiloide, lo cual no debería extrañarnos si estuviera dirigida a ese tipo de publico. Sin embargo, la calificación por edades la considera no apta para menores de 7 años y, en algunos canales, han aumentado el límite hasta 16.
En definitiva, es una película a la que todo aquel que sea fan del vaquero más rápido que su propia sombra debería echar un vistazo para formarse su propia opinión. Después de todo, le hemos visto con el pelo rubio en el largometraje de 1991 y en la serie de televisión de 1993, para luego verlo convertido en un secundario (con un parecido más similar al personaje del tebeo) en la aburrida ‘Los Dalton contra Lucky Luke‘ (2003). Puede que fuera ya la hora de que el protagonismo del filme y la fidelidad física con el personaje de las viñetas se entrelazasen en un mismo largometraje. De todas formas, nada impide que en el futuro contemos con una nueva adaptación, ya que el solitario vaquero nunca pasará de moda, pese a haber sido creado hace setenta y dos años.