Como se puede comprobar con echar un vistazo a la imagen que se encuentra a la izquierda de este párrafo, R.I.P.D. es un cómic creado por el guionista Peter Lenkov y el dibujante Lucas Marangon, para la editorial Dark Horse, que solo constó de dos miniseries de cuatro números, que vieron la luz en el 2000 y en el 2012, respectivamente. En 2003, entre la publicación de ambas colecciones, también salió a la venta un número único. La trama gira en torno al Departamento Requiescat in Pace (Descanse en Paz), una agencia constituida por policías fallecidos, cuyo trabajo consiste en enviar al otro mundo a aquellos muertos que se niegan a irse. Ya se ha convertido en algo habitual el convertir cómics poco conocidos en obras cinematográficas y este caso no es una excepción. Así, al año siguiente de publicarse la segunda miniserie, aterrizó en las salas de cine la película R.I.P.D. (Departamento de Policía Mortal).
Bajo la dirección de Robert Schwentke, esta película, que cuenta con 97 minutos de duracion, está protagonizada por Ryan Reynolds (como Nick Walker), Jeff Bridges (en el papel de Roycephus “Roy” Pulsipher), Kevin Bacon (que interpreta a Bobby Hayes), Mary-Louise Parker (que encarna a Mildred Proctor) y Stephanie Szostak (que se mete en la piel de Julia Walker).
Nick Walker y Bobby Hayes son dos policías corruptos, ya que se han quedado con todo el oro que han incautado de una redada. Sin embargo, mientras que el primero se ha arrepentido y quiere devolverlo, su compañero, que no opina de igual manera, decide matar a Nick en mitad de una operación policial. Tras su asesinato, el agente es reclutado por la R.I.P.D., para mandar al otro mundo a aquellos muertos que se nieguen a partir. Aunque su mayor deseo no es otro que el de vengar su propia muerte, Nick acaba por descubrir que sus ganas de hacer justicia consigo mismo y la misión que le han encomendado como agente de la R.I.P.D. están relacionadas.
Gran parte de la acción de la película transcurre en el ficticio distrito A-8, lo cual no sería un dato demasiado relevante de no ser por el hecho de que las películas Atracción peligrosa (2010) y ¡Ese es mi hijo! (2012), cada una de ellas bajo la batuta de diferentes directores, transcurren en el mismo lugar.
Uno de los puntos fuertes del filme es el de la caracterización de los personajes, sobre todo en el caso del dúo protagonista formado por Ryan Reynolds y Jeff Bridges, como Nick Walker y Roy Pulsipher, que son perfectamente reconocibles en su traspaso del papel al celuloide, pese al hecho de que, en su momento, se barajó la posibilidad de contar con Zach Galifianakis para el papel desempeñado por Jeff Bridges. Por otra parte, Jodie Foster sonó como candidata para interpretar a Mildred Proctor, aunque, finalmente, fuera Mary-Louise Parker la que se llevó el gato al agua.
Si sustituimos a los muertos por extraterrestres, no hay que fijarse demasiado para darse cuenta de las similitudes existentes entre esta película y la trilogía de Men in Black (1997 – 2012), la cual también procede de un cómic no demasiado conocido. Sin embargo, mientras la saga dirigida por Barry Sonnenfeld contó con un éxito tan boyante como para asegurar la aparición de nuevas películas (cuya primera entrega debería ver la luz en verano de este mismo año), R.I.P.D. (Departamento de Policía Mortal) no ha contado ni con el favor de la crítica ni del público, por lo que, en el caso de que estrenasen nuevas películas de estos personajes, sería más probable pensar en el rodaje de un reinicio que en el de una secuela, pese a no ser la primera vez que Ryan Reyndolds y Jeff Bridges han participado en la adaptación a la gran pantalla de un cómic.
No obstante, aunque son los actores mencionados en el segundo párrafo los que soportan el peso de la película, si somos honestos, también hay que reconocerle el mérito a algunos de los intérpretes de relleno, ya que en escenas como aquella en la que el tiempo se congela, en lugar de recurrir a efectos hechos por ordenador, se pidió a los actores que permanecieran quietos durante todo el tiempo del rodaje de dicha secuencia, lo que dejó a algunos de ellos en unas posturas bastante incómodas.
Personalmente, aún a riesgo de morir lapidado por los detractores del filme que sean lectores asiduos de esta web, debo admitir que considero que la película, sin tratarse de la octava maravilla, tampoco es tan horrible como muchos la ponen. Por tanto, si la ves con la única intención de pasar un rato entretenido, que es lo mínimo a lo que cualquier filme debería aspirar, y echarte unas risas con algunos de los gags cómicos que inundan el filme, R.I.P.D. (Departamento de Policía Mortal) es tan buena opción como cualquier otra película.