Con el espíritu de Georges Remi
Tal vez sea por el éxito de ventas que ha supuesto o tal vez por el tema que toca la obra, pero es un hecho que El tesoro del cisne negro es una obra que ha llegado mucho más allá de donde suelen llegar los cómics en nuestro país, convirtiéndose en el tema central de artículos en la prensa generalista o incluso llegando a tener su hueco en la televisión. Sea como sea, Astiberri Ediciones se ha encontrado con un gran éxito con esta historia de tesoros perdidos e intrigas políticas salpicada con un poco de romance…
La historia real
Ha pasado ya más de una década desde que ocurrieron los hechos reales que inspiraron la creación de esta obra, y parece casi obligatorio que el lector tenga un mínimo conocimiento sobre ellos para apreciar en toda su magnitud este relato.
En mayo de 2007 la empresa americana Odyssey Marine Exploration, dedicada en gran parte a la búsqueda de tesoros marinos, anunció el descubrimiento de un gran tesoro con el nombre codificado “cisne negro” (Black Swan, que según se nos menciona en el cómic es la denominación que reciben los tesoros marinos que permanecen íntegros y no han sido diseminados por el fondo del mar con el paso del tiempo), que consistía en casi seiscientas mil monedas acuñadas a finales del siglo XVIII entre otros objetos de valor, convirtiéndose así en el mayor tesoro submarino encontrado de la historia.
Con el tiempo salió a la luz que estos restos pertenecían al buque español Nuestra Señora de las Mercedes, que fue hundido por tropas inglesas en su viaje de Montevideo a Cádiz el 5 de octubre de 1804 en la Batalla del Cabo de Santa María. A partir de esta revelación se produjo una controversia con respecto a la propiedad del cargamento, ya que el estado español lo reclamó como suyo. De esta forma se produce una demanda ante el tribunal federal de Tampa contra la empresa Odyssey Marine Exploration en la que España alega que el barco es propiedad del patrimonio español.
Tras un largo periodo de litigios, finalmente en febrero de 2012 el tesoro fue trasladado a la Base de las Fuerzas Aéreas de MacDill y desde allí dos aviones Hércules transportaron la carga con destino a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, desde donde fueron entregados a la sede de la Secretaría de Estado de Cultura, en Madrid.
¿Quiénes fueron los villanos y quiénes los héroes en esta historia? Eso es lo que los autores tratan de esclarecer de forma ficcionada en esta obra. Aunque en algún momento juegan a permanecer imparciales ante los hechos, sobre todo al comienzo de la narración, no cabe duda al terminar que claramente toman partido y se decantan por un bando en esta batalla por el tesoro.
Eso sí, que nadie se espere encontrarse aquí con un trabajo documental fiel a la realidad. Bien sea para poder permitirse el tomar licencias argumentales y generar mayor interés en la trama o bien para evitar posibles problemas que acaben llevándolos a los tribunales, los autores han modificado cualquier tipo de referencia a personas conocidas y a empresas privadas en esta traslación a las viñetas de la historia del buque hundido, aunque la correspondencia en la mayor parte de los casos es más que evidente. Aquí Odyssey se transforma en Ithaca (manteniendo a Homero como referente), algunos ministros se metamorfosean en uno solo, James Goold cambia su nombre a Jonas Gold, Nuestra Señora de las Mercedes se reduce a La Merced…
¿Y qué hay de los acontecimientos más conspiranoicos que vamos a ver en esta obra? Bueno, alguno de los hechos relacionados con el espionaje y temas similares que se nos van a mostrar aquí podrían parecer invenciones sacadas de la cabeza de los autores para darle un mayor interés a la trama, pero si tenemos en cuenta la profesión del guionista, Guillermo Corral van Damme, diplomático de carrera, y su cercanía a los hechos, se puede deducir que probablemente haya aquí muchas más verdades de las que podría parecer…
A lo Tintín
Desde el mismo título de la obra, en la lectura de El tesoro del cisne negro es imposible que no acuda a nuestra mente en alguna ocasión Tintín, el personaje creado hace ya casi un siglo por Georges Remi, más conocido como Hergé. Y ya no solo por la existencia de un antiguo tesoro perdido en el fondo del mar, de una batalla naval, de una malvada corporación, de una trama de conspiración política internacional y de una profunda investigación en la que entran y salen todo tipo de personajes, sino porque además el estilo artístico del señor Paco Roca, probablemente el autor de cómic español más exitoso de la actualidad, nos recuerda sin remedio a la línea clara de ese tipo de cómic franco-belga.
Sin embargo, reducir el trabajo de Paco Roca a eso sería hacerle un flaco favor. El dibujante no solo posee un estilo tremendamente atractivo que hace de lo simple su arma más efectiva, sino que utiliza todo tipo de recursos narrativos (esquemas de situación, uso del fondo de página para lograr una determinada ambientación, significativas transiciones entre viñetas…) que logran asombrar al lector y maravillarle con su ingenio. También habría que destacar su acertada elección de cambio radical de estilo a la hora de relatar la batalla naval que originó todo este fregado, donde el cómic se transforma en un cuento ilustrado.
Pero al oír a los autores hablar sobre su obra nos podemos imaginar que, en realidad, el resultado final ha sido el encuentro entre dos propuestas significativamente distintas: una (la del guionista) mucho más aventurera y apegada precisamente al tono de las historias de Tintín, y otra (la del dibujante) que pretendía no separar demasiado los pies de la tierra. Y parece que en el punto medio han encontrado el equilibrio que ha logrado el éxito.
Una película en viñetas
Por el tono utilizado, el tema tratado, la extensión de la trama y la forma en la que esta se relata, El tesoro del cisne negro tiene toda la pinta de ser un cómic que se adaptaría de forma muy sencilla al cine o a la televisión. Y esto, más que una simple cualidad, parece haberse transformado ya en toda una realidad, ya que los rumores sobre una posible adaptación a una miniserie de alguna importante plataforma audiovisual parecen ser más que fundados. Si ya la obra ha sido todo un éxito de ventas en el mismo instante de su publicación, habrá que ver hasta dónde llega en el momento en el que su título se haga todavía más popular gracias a las virtudes de la televisión…
En cuanto a la edición, el tomo El tesoro del cisne negro publicado por Astiberri Ediciones dentro de su colección Sillón Orejero se presenta en formato cartoné. Contiene 224 páginas en color con un tamaño de página de 18 x 25 cm e incluye además de la historia principal la biografía de sus autores. Se puso a la venta en diciembre de 2018 y el precio de venta recomendado es de 20 €.
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El tesoro del cisne negro
ISBN: 978-84-16880-87-4
Mayo de 2007. La principal empresa cazatesoros del mundo capta la atención de la opinión pública al anunciar que ha descubierto en aguas del Atlántico el mayor tesoro submarino encontrado jamás. Según la limitada información difundida por la empresa el hallazgo corresponde a un buque misterioso, el Cisne Negro. Sin embargo, hay indicios que apuntan a que se trata en realidad de un pecio español. Comienza así una fascinante trama jurídica y política, cuyas raíces se remontan a hechos acaecidos dos siglos atrás, y en la que un pequeño grupo de funcionarios va a enfrentarse en defensa de nuestra historia a todo el poder mediático y la influencia de la compañía norteamericana.
Con El tesoro del Cisne Negro, Paco Roca plantea, a partir de un guión original del diplomático y escritor Guillermo Corral, una intriga trepidante basada en hechos reales que recupera para los lectores todo el atractivo de la aventura clásica, a la vez que ofrece una perspectiva inédita sobre los entresijos de la política española, del poder y de las relaciones internacionales.
Por otra parte se está gestando un proyecto audiovisual, actualmente en fase de escritura, en el que participan la productora Señor Mono, la plataforma Movistar + y la distribuidora alemana Beta Film para adaptar El tesoro del Cisne Negro, con el fin de que el cómic se convierta en una miniserie de seis capítulos que se grabaría en las localizaciones donde se desarrolló la historia.
Para el periodista, guionista y escritor Jesús Marchamalo, esta “historia de buenos y de malos –piratas, abogados, ministros y asesores, servicios de espionaje– trufada de aventuras, cartas náuticas, brindis, diplomacia y amor” se convierte en “un relato deslumbrante en el que se mezcla la documentación histórica con una trama casi policial y unos escenarios tan minuciosamente recreados que nos traen el recuerdo de los tebeos de Tintín, el regusto de las grandes epopeyas de Salgari o los documentales del capitán Cousteau”.
Guion: Guillermo Corral van Damme
Dibujo: Paco Roca
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