No se trata de una práctica que se vea actualmente en los cómics de Marvel (al menos, en la versión española) pero lo que no se puede negar es que, hace algunos años, no era nada extraño que algunas colecciones contasen con una historieta de complemento, la cual no solía tener nada que ver con el título de la cabecera. El problema era que, en ciertas ocasiones, se trataba de una aventura de bastante menor calidad que la contada en la historia principal, lo que podía ser la causa de cierta frustración en los lectores que, sí no querían perderse ninguna aventura de su personaje favorito, se veían obligados a la adquisición conjunta de un producto que, en el mejor de los casos, no les llamaba mucho la atención y que además restaba páginas a los aventuras de los personajes principales. Afortunadamente, no ocurría así en todos los casos, tal y como demuestra una curiosa anécdota, protagonizada por el dibujante Mike Mignola, que descubrirás si continúas leyendo este artículo.
Para situarnos bien en esta historia, debemos coger nuestra máquina del tiempo mental y desplazarnos al año 1984, época en la que, a mediados de mayo, dentro de los números 16 y 17 de la colección Marvel Fanfare, se publicaba el serial Sky-Wolf, con guiones de Marv Wolfman y dibujos de Dave Cockrum. En realidad, se trataba de un remedo, al inimitable estilo de la Casa de las Ideas, de Blackhawk, nombre de la colección protagonizada por un clásico comando de aviadores de la Segunda Guerra Mundial, cuyas aventuras dejaron de poder disfrutarse en las revistas de Quality Comics cuando DC se hizo con los derechos de los personajes. Sin embargo, aunque Marv Wolfman y Dave Cockrum se identificasen a sí mismos como fans incondicionales de los Halcones negros, sus intentos de transmitir el mismo fervor a los lectores no consiguieron que Sky-Wolf estuviese a la altura deseada. De hecho, con el paso del tiempo, el propio guionista declararía, a modo de anécdota, que resultaba bastante evidente el estrepitoso fracaso que había resultado su colección, ya que, en toda su carrera, jamás se le había acercado ningún lector a pedirle que le firmara un cómic protagonizado por los personajes de ese serial.
Pero, ¿qué relación guarda todo esto con Mike Mignola? Sigue leyendo este párrafo y lo averiguarás. Resulta que en el número 16 de la citada cabecera de Marvel Fanfare, cuya portada puedes ver a la derecha de este párrafo, además de la ya mencionada Sky-Wolf, se incluía también un complemento, tal y como ya he mencionaba al principio del artículo, en la que, bajo los guiones de Bill Mantlo, un poco conocido Mike Mignola debutaba como dibujante de una aventura completa, ya que, hasta la fecha, aparte de ser entintador de unos pocos títulos, solo había hecho fichas sueltas para The Official Handbook of the Marvel Universe.
No obstante, al principio, Mike Mignola no estaba nada seguro de tener un futuro sólido como dibujante de cómics, motivo por el que se había decantado por el oficio de entintador. Mucho tuvo que insistirle Al Milgrom, editor de Marvel en aquella época, para conseguir que el artista diera su brazo a torcer ya que, al explicar los motivos por los que se negaba, Mike Mignola tuvo que confesar que no le gustaban los cómics de superhéroes. Aquello provocó una carcajada por parte del editor, el cual, en tono afable, le contestó en los siguientes términos:
Si no te gustan los superhéroes, ¿qué diantres estás haciendo en Marvel?
Finalmente, Mike Mignola accedió a dibujar dicha historia siempre que se cumplieran dos condiciones: que estuviera protagonizada por Namor, puesto que era el único personaje de la Casa de las Ideas que lo atraía, y que el argumento girara en torno a los animales, ya que era algo que le encantaba dibujar. Así fue como, en el número 16 de Marvel Fanfare, el serial de Sky-Wolf llevó como complemento Una fábula, aventura de 11 páginas (frente a las 18 más un pin-up dedicadas al serial de Marv Wolfman y Dave Cockrum) en la que Namor rescataba de las aguas a un majestuoso corcel blanco que había sido abandonado a su suerte en un naufragio, cuya primera página puedes ver reproducida al principio de este artículo.
Esta corta aventura no solo tuvo toda la magnífica acogida que le había sido negada a Sky-Wolf, sino que además consolidó a Mike Mignola como dibujante regular de los cómics de superhéroes. No sería el único trabajo relacionado con la fauna que realizaría junto a Bill Mantlo, ya que, en 1985, se volvieron a reunir para trabajar en la serie limitada del Guardián de la Galaxia conocido como Mapache Cohete… pero esa ya es otra historia.
Por tanto, como decíamos al principio de este artículo, es un hecho constatado que las historias de complemento no siempre funcionan de manera adecuada pero, cuando lo logran, son capaces de eclipsar hasta a la aventura principal de cabecera en la que han sido publicadas.