jueves, noviembre 28, 2024

El Videoclub: El Hombre Lobo (2010)

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Panini

El Hombre LoboNo es ningún secreto que Drácula, el monstruo de Frankenstein y el Hombre Lobo son los tres pilares fundamentales sobre los que se sujeta el género del cine de terror clásico. Pero, mientras los dos primeros nunca varían, en el caso de los licántropos, lo normal es que sean diferentes entidades las que sucumben a la lupina enfermedad, dando pie a distintos argumentos para los guiones de la literatura, los cómics, las series de televisión o el cine.

Es precisamente el séptimo arte el que nos  interesa en esta ocasión, ya que, en los siguientes párrafos, podrás leer la crítica de la película El Hombre Lobo (2010), nueva versión del clásico homónimo de 1941 que ya analizamos  en su momento:

Joe Johnston se sienta en la silla del director para hacerse cargo de esta película, que cuenta con 98 minutos de duración (frente a los 67 que tiene el filme original), la cual está protagonizada por Benicio del Toro (como Lawrence Talbot), Anthony Hopkins (en el papel de Sir John Talbot) Emily Blunt (que interpreta a Gwen Conliffe), Hugo Weaving (que se mete en la piel de Aberline) Geraldine Chaplin (que hace de Maleva) Art Malik (que se transforma en Shing), Anthony Sher (como el doctor Hoenegger) y David Schofield (en el papel de Constable Nay)

Por si el título no fuese ya bastante evidente, la película nos mete en situación desde su inicio, ya que, a modo de introducción, cuenta con la siguiente declaración en forma de rima:

Incluso el hombre de corazón puro reza al hacerse oscuro. Puede convertirse en lobo cuando el matalobos florece y la luna de otoño crece

La historia comienza en 1981, cuando en el pueblo de Blackmoor, que está situado en Inglaterra, es encontrado el cadáver de Ben Talbot, cuyo cuerpo aparece mutilado por lo que tiene toda la pinta de ser el ataque de un feroz animal salvaje. Su hermano Lawrence, que llevaba varios años ausente de Blackmoor, regresa para asistir al funeral y tratar de descubrir quién es el culpable de la muerte de Ben. Sin embargo, la situación se complica cuando él también se convierte en víctima de un ataque similar, aunque con consecuencias bastante diferentes.

Las siguiente palabras, que invitan a la reflexión y son pronunciadas por Gwen Conliffe, se encargan de cerrar el filme:

Se dice que no hay pecado en matar una bestia, solo en matar un hombre. Pero, ¿dónde empieza uno y acaba la otra?

Como todo el mundo sabe, en la mayoría de las películas de género fantástico y de terror, sobre todo si se han rodado en el siglo actual, es bastante frecuente que los personajes de aspecto monstruoso sean introducidos mediante el uso de los efectos especiales informáticos, los cuales, en ocasiones, están tan mal hechos como para ser capaces de sacar al espectador del filme. Sin embargo, en este caso, no se abusa de ellos, ya que, además de ser el propio Benicio del Toro el que se disfraza de hombre lobo, podemos asistir a una transformación gradual de persona a bestia, tal y como se muestra en la imagen que acompaña a este párrafo. Y es que es un aspecto que suele gustar al público medio de este tipo de género.

El Hombre Lobo

Otro aspecto que agradecer es que el filme no tiene ningún problema a la hora de mostrar en pantalla las salvajes y crudas imágenes que son de esperar en un largometraje de estas características, sobre todo si está protagonizado por un hombre lobo. Dicho realismo es algo que no era tan habitual en las antiguas películas de terror pero que es casi obligatorio en las actuales.

Además de todo lo mencionado anteriormente, cabe añadir el cuidadoso aspecto visual de El Hombre Lobo, ya que el filme cuenta con una fotografía que ofrece un aspecto de cuento velado, lo cual, sumado a su atractivo reparto y a sus correctos efectos digitales, le da bastantes puntos al producto final.

Como dato curioso cabe destacar el hecho de que es de suponer que entre las escena que le gustase rodar a  Benicio del Toro, no creemos que contasen aquellas en las que se convierte en hombre lobo, ya que necesitaba pasar por tres horas de caracterización cada vez que interpretaba al licántropo. No es de extrañar, por tanto, que el filme obtuviera un Premio Óscar por el mejor maquillaje.

El Hombre Lobo

La verdad es que El Hombre Lobo del 2010 no cuenta nada que no hayamos visto ya en el filme de 1941. No obstante, es de lo más habitual que los grandes clásicos del cine cuenten con nuevas versiones que, en muchas ocasiones, no logran estar a la altura de la historia original. Afortunadamente, en mi opinión, está película, que viene con sorpresa argumental incluida, no es uno de esos casos, aunque siempre habrá gente que no esté de acuerdo, ya que para gustos se hicieron los colores.

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CRÍTICA

Nota genérica

RESUMEN

Otro remake de un clásico del cine de terror.

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