El rey león (I, II y III)
Cuando una iniciativa cinematográfica, tiene éxito, tiende a ser explotada, lo que puede llevar al fracaso si la industria se excede en su uso. No obstante, en algunas ocasiones, la cosa funciona demasiado bien como para pensar en abandonar, como en el caso de las películas live-action que adaptan grandes clásicos animados de la factoría Disney. El referente más reciente, que aún se encuentra en cartelera, es el del filme El rey león, que está cosechando unas cotas de éxito muy vaticinadas. Es por ello que no hay mejor momento para hacer un repaso a la trilogía original, cuya primera entrega sirvió de base para la elaboración del largometraje que está triunfando en el cine. A continuación, puedes leer el análisis de las tres películas mencionadas:
El rey león (1994)
Bajo la dirección de Rob Minkoff y Roger Allers, esta película animada de Disney, de 88 minutos de duración, transcurre en la sabana africana y se encuentra influida por historias bíblicas y por la obra Hamlet de William Shakespeare.
La presentación en sociedad de Simba, el hijo del rey león Mufasa y de Sarabi, por parte del mandril Rafiki, es un motivo de celebración para todo el reino animal de la sabana africana, excepto para el resentido Scar, tío del cachorro, que ve como el pequeño hace que se esfumen sus posibilidades de ascender al trono alguna vez. Esto le lleva a urdir un malvado plan que le permita librarse del padre y del hijo y le deje el terreno despejado.
Inicialmente, la película iba a titularse El rey de la selva, pero se cambió de idea al darse cuenta de que el verdadero territorio en el que habitan los leones es la sabana. También se modificó la relación familiar existente entre Mufasa y Scar, ya que no eran parientes en la idea original, pero se decidió que el convertirlos en hermanos transmitía más dramatismo al filme.
Un detalle bastante significativo es que algunos de los nombres de los personajes provienen del idioma suajili. Así, Simba significa “león“, Nala quiere decir “regalo“, Sarabi se traduce como “espejismo” y Rafiki es la palabra empleada para “amigo“. Por su parte, Scar es el término utilizado en inglés para decir “cicatriz“.
Al tratarse de una película cuya trama solo tiene lugar en la sabana, resulta difícil encontrar referencia a otros personajes de Disney, aunque, como ya comentamos en su momento, el hijo de Zeus aparece ataviado con la piel de Scar en la película Hércules tal y como muestra la imagen superior, lo que quizás significa que las hienas no lo mataron del todo al final del filme. Una costumbre con la que sí cumple es la de hacer que los personajes pasen, de repente, de hablar a cantar, sin ninguna explicación del por qué. Sin lugar a dudas, dos de las canciones más recordadas de este largometraje son Yo voy a ser el rey león y Hakuna matata.
Un dato que no debe relegarse al olvido es el hecho de que, en nuestro idioma, Constantino Romero le puso la voz a Mufasa, al igual que ya hizo con otros míticos personajes cinematográficos como Darth Vader o Terminator.
Sin embargo, la compañía tenía más confianza en Pocahontas, otro filme de animación que Disney estaba llevando a cabo al mismo tiempo. Sin embargo, El rey león acabó siendo mucho más exitosa, pese a no estar carente de polémica, ya que, en una escena en la que el polen que flotaba en el aire formaba las lestras SFX (en reconocimiento al equipo de efectos visuales del filme), las malas lenguas decían que, en realidad, ponía SEX (es decir, sexo). Además, la serie Kimba, el león blanco (también conocida como El emperador de la selva), que vio la luz entre 1965 y 1978, presenta tantos paralelismos con el filme de El rey león que Disney fue acusada de plagio. La compañía del ratón Mickey siempre negó tales acusaciones, aunque hay tal cantidad de similitudes que hasta la serie de Los Simpson le dedicó una parodia en uno de sus capítulos.
Pese a todo, el éxito del largometraje propició que fuera nominada a varios premios, de los cuales se llevó tres Globos de Oro (por mejor película comedia o musical, mejor banda sonora y mejor canción original) y dos Óscars (ganados por los dos últimos galardones ya citados). Además, recibió los BMI Film & TV Awards (por la música y la canción mejor representada) y se alzó con el galardón de película favorita en los Kids Choice Awards de Nickelodeon. Por si esto fuera poco, la revista Empire le dio el puesto 319 entre las quinientos mejores filmes de todos los tiempos, mientras que American Film Institute la consideró el cuarta mejor filme de animación. Por últmo, el Registro Nacional de Cine de Estados Unidos la eligió, en 2016, para su conservación en la Biblioteca del Congreso.
El éxito del filme ha logrado que, aparte de la realización de dos secuelas, se hayan llevado a cabo adaptaciones teatrales y hasta videojuegos. Además, también vio la luz la serie animada Timón y Pumba (1995 – 1999), con un total de 85 episodios repartidos en tres temporadas.
El rey león 2: El tesoro de Simba (1998)
Con Darrell Rooney sentado en la silla del director, esta película, de 81 minutos de duración, que fue estrenada directamente en formato doméstico, está inspirada en la obra de Romeo y Julieta, también de Shakespeare, y funciona como correcta secuela del filme original, ya que arranca con la misma escena con la que terminó la primera parte: la presentación de Kiara, la hija de Simba y Nala, a todo el reino animal de la sabana africana, aunque en un principio la cachorra de león iba a ser la hermana menor de Chaka, personaje que estaba pensado como el sucesor del rey, que sería el presentado por Rafiki al final del primer filme, pero que acabó siendo descartado y sustituido por la propia Kiara.
Tras la muerte de Scar, todos aquellos que lo secundaban fueron desterrados. Sin embargo, Zira, una de las leonas exiliadas, busca vengarse de Simba a cualquier precio. Por ello, cuando descubre que su hijo Kovu comienza a establecer una amistad con Kiara, urde un plan para utilizar dicha relación en su favor.
Si los nombres de algunos personajes del primer filme están tomados del idioma suajili, lo mismo sucede con dos personajes de esta secuela, ya que, en dicho idioma, Zira significa “odio“, mientras que Kovu es “cicatriz“.
Como es habitual en la factoría Disney, se cumple con la costumbre de hacer que los personajes pasen, de repente, de hablar a cantar, sin ninguna explicación del por qué, siendo Él vive en ti uno de sus temas más destacables.
El puntos más delicado de la trama gira en torno al personaje de Kovu, que estaba pensado originalmente como hijo de Scar, hasta que se dieron cuenta de que eso significaría que sería primo de Kiara, con lo que una relación entre ambos sería incesto. Sin embargo, hay quienes dicen que eso ya se pudo ver en el filme original, ya que si los únicos leones machos eran Mufasa y Scar, Nala tenía que haber sido hija de alguno de los dos, con lo que el problema del incesto vuelve a surgir cuando Simba se convierte en su pareja.
Pese a no haber sido estrenada en el cine, esta película también recibió una buena acogida por parte de crítica y público. Hasta la actualidad, está considerada como la mejor secuela de una película clásica de Disney.
El rey león 3: Hakuna Matata (2004)
Bradley Raymond ocupó la silla del director para esta tercera entrega (que en su idioma original se titula The Lion King 1½), cuya duración es de 77 minutos, está inspirada en la obra Rosencrantz y Guildenstern han muerto, de Tom Stoppard, y también fue lanzada directamente en formato doméstico. Sin lugar a dudas, se trata de un filme algo surrealista, ya que transcurre en la sala de un cine, cuya proyección es manejada por Timón y Pumba por medio de un mando a distancia.
¿Recuerdas a estos dos simpáticos animalitos al principio del primer filme? Es posible que no los vieras, pero estaban allí. Este film te lleva desde mucho antes de la presentación en sociedad de Simba hasta un poco más allá de la aventura original, pero contada desde el punto vista de Timón y Pumba, lo que permite profundizar en el pasado del suricata y saber cómo conoció al jabalí.
Esta película finaliza con la aparición en la sala del cine de las siluetas de un montón de personajes clásicos de Disney, desde el ratón Mickey (cuya forma aparece oculta a lo largo del todo el filme una veintena de veces) hasta el elefante Dumbo, pasando por otros como Reina y Golfo (los cuales cuentan con una divertida referencia en cierto momento del filme, al igual que Disneylandia), que desean que se vuelva a reproducir la película entera para poder verla.
Por supuesto, aquí también contamos con nuevas canciones, como la de Cava un túnel. No obstante, al tratarse de un filme que narra lo sucedido en la película original, como ya hemos comentado, letras como Yo voy a ser el rey león y Hakuma Matata también se oyen en este largometraje.
Sin embargo, aquí no acaba la historia, ya que, además de la ya mencionada live-action, que está arrasando en la cartelera, en 2016, vio la luz una serie de 35 capítulos, repartidos en dos temporadas, conocida como La guardia del león, protagonizada por Kion, el hijo de Simba, y sus amigos, que está ambientada en la época en la que Kiara aún no era adulta. Los dos primeros episodios de cada temporada fueron también lanzados como películas independientes, bajo los títulos de El regreso del rugido y El ascenso de Scar.