Sin duda el último arco de los Teen Titans escrito por Adam Glass está llevando a los jóvenes héroes al límite. Y es que el guionista ha orquestado una serie de traiciones internas y duros reveses que están afectando seriamente al equipo. Esto está poniendo al límite a todos, pero especialmente a Damian Wayne, el Robin que siempre está en el filo entre el estilo no violento de su padre y la predilección por la violencia heredada de su madre y la Liga de las Sombras. Además de todo esto, ahora Robin ha de enfrentarse de nuevo a una de sus peores pesadillas.
Después de la traición de Roundhouse y la huida de Crush para matar controlada por Lobo el equipo acabó capturado y vendido a un misterioso villano conocido como The Other. Este es el villano al que Robin seguía la pista desde que se unió a los Teen Titans, aunque no está preparado para descubrir quien se esconde detrás de ese nombre. Y es que en un momento en el que Damian y The Other están a solas descubrimos que el villano es Heretic, un clon del propio Damian Wayne creado por Talia al Ghul.
Cuando Batman rechaza la oferta de gobernar el mundo junto a Talia y Damian en Batman Incorporated ella decide crear un nuevo Damian que no se alejara del camino de la Liga de las Sombras. Este clon es básicamente una máquina de matar, llegando a ponérselo muy difícil al mismísimo Batman. Pero esta vez el personaje aparentemente no viene a crear un baño de sangre, ya que le propone a Robin trabajar juntos para alcanzar un misterioso objetivo. El villano apela a la parte más salvaje del personaje con una frase tan demoledora como esta ‘No puedes vencer al crimen, Damian. Serías un tonto si pensaras otra cosa. Pero puedes controlarlo’. Así pues, aparte de lidiar con la crisis de identidad por enfrentarse de nuevo a su clon, ahora Robin tiene una importante decisión en sus manos.