La realidad es muy rara, más rara que cualquier invención.
Si antes de adentrarnos en el artículo, nos tomamos un momento para analizar esta frase, cuya autoría está atribuida al poeta Lord Byron, no podemos estar más de acuerdo con ella, puesto que solo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de que algunos aspectos de la sociedad en la que vivimos siempre escaparán al sentido común, por más que su mera existencia intente convencernos de lo contrario. Aunque parezca mentira, la película Joker (2019) es una clara demostración de la afirmación que corona este artículo, tal y como puedes comprobar si continuas leyendo.
Como todo seguidor de DC debería saber, el Joker, que debutó en las páginas de Batman nº 1 (1940), gracias al buen hacer de Jerry Robinson (creador del concepto), Bill Finger y Bob Kane, destaca por ser el principal villano del hombre murciélago, por lo que no es de extrañar que haya contado con tantas interpretaciones audiovisuales desde que César Romero le dio vida tanto en la serie televisiva Batman (1966 – 1968) como en la película homónima de la misma época. Sin embargo, pese al buen sabor de boca que nos hayan podido dejar otras versiones del popular archienemigo del hombre murciélago como la de Jack Nicholson en la película Batman (1989) o la de Heath Ledger en El caballero oscuro (2008), Joaquin Phoenix ha sabido quedar por encima de todos en el filme Joker, gracias a su magistral interpretación y a esa risa sardónica tan característica del largometraje, la cual, lejos de ser una licencia de la película, tiene un origen mucho más antiguo y siniestro, tal y como puedes comprobar en lo que relatamos en los siguientes párrafos.
La primera vez que se tuvo noticia de algo similar fue hace unos 3000 años, ya que debemos retroceder hasta el 700 a.C. para hallar el origen de la tablilla 47753, de escritura cuneiforme neobabilónica, custodiada por el Museo Británico, en la que se recoge una afirmación que podría traducirse de la siguiente manera:
Si una persona ríe y se cae repetidas veces, es el resultado de la posesión de un demonio o el espíritu de un muerto.
Esta enfermedad en concreto se le atribuía a Pazuzu, que era considerado el rey de los demonios del viento en las mitologías de Sumeria y Asiria, de cuya imagen se usaban amuletos para guardarse de su ira. Afortunadamente, ese tipo de supersticiones han quedado relegadas al pasado y la ciencia ha avanzado mucho desde entonces. Gracias a ello, ahora sabemos que esta risa compulsiva y siniestra tiene su origen en un tumor cerebral que se sitúa en el hipotálamo, el cual produce en el paciente un trastorno conocido como epilepsia gelástica, que es de tipo refractario y cuyo único tratamiento viable es la cirugía.
Los personas que cuentan con la desgracia de padecer esta clase de enfermedad deben ir siempre acompañados de una tarjeta explicativa, tal y como vemos hacer al propio Joaquin Phoenix en la película Joker, en la que debe venir escrito un texto como el que aparece bajo estas líneas o algo similar:
Disculpe mi risa: padezco una enfermedad. Es un trastorno que causa una risa repentina, frecuente e incontrolable que no refleja cómo me siento. Aparece en personas con lesiones cerebrales o bajo ciertas condiciones neurológicas. ¡Gracias!
Pese al hecho de tratarse de una enfermedad que aqueja a mucha más gente de la que podríamos pensar en un principio, no es tan conocida como otros tipos de epilepsia. Sin embargo, gracias al filme Joker, los espectadores hemos podido tener noticia de ella, lo que nos permite estar seguros de que no nos pillará desprevenidos si en el futuro llegamos a encontrarnos con alguien que tenga la mala suerte de padecerla.
Como era de esperar, debido a su buena recepción por parte del público y de la crítica especializada, la película del mayor enemigo de Batman estará presente en la gala de los Premios Óscar, ya que ha sido nominada en un total de once categorías, entre las que destacan la de mejor película y mejor actor principal. Por tanto, es evidente que puedes acudir al cine con la intención de ver un largometraje basado en uno de los más carismáticos villanos de DC o, simplemente, ir a pasar un rato entretenido con un filme que cuenta con un buen guion. Pero, ahora que sabes la verdad, es probable que ya no la veas con los mismos ojos, porque aunque sabemos que el hombre no es capaz de volar, que las arañas radiactivas no conceden poderes y que los rayos cósmicos no convierten a nadie en una mole de rocas naranjas, ahora podemos constatar que la enfermedad del Joker de Joaquin Phoenix es algo muy real y esta película nos invita a hacer una interesante reflexión al respecto. Pero, ¿los largometrajes de superhéroes no eran solo cosa de niños? En fin…