Hace poco llegó a los quioscos el primer número de Wolverine, el glorioso retorno de Logan a una serie regular. Después de su muerte y de ser sustituido entre su versión anciana de la Tierra-807128 y X-23 durante todo este tiempo, el canadiense ha vuelto para hacer lo que mejor se le da. En los avances mostrados podíamos verlo enfrentarse a una situación parecida a la que vivió el Viejo Logan en su universo, pero nadie se esperaba lo que pasa en este cómic. Y es que en Wolverine #1 somos testigos de como Lobezno es el responsable del retorno en plena forma de uno de los villanos más aterradores de Marvel.
Todo empieza con uno de los villanos clásicos de Lobezno irrumpiendo en Krakoa en busca de asilo. Omega Red atraviesa uno de los portales de la isla buscando la amnistía declarada por Charles Xavier para todos los mutantes. Evidentemente Logan se lanza al ataque, pero Magneto lo detiene ya que el villano está malherido y no parece que busque pelea. El Amo del Magnetismo lanza a Lobezno a través del portal para que investigue que es lo que le ha sucedido a Omega Red, y este aterriza en París donde encuentra una pila de cadáveres. Después de interrogar a su antiguo enemigo este le pone sobre la pista de un club llamado King’s Oubliette.
Una vez allí descubre que está lleno de vampiros que lo capturan, y solo gracias a la ayuda de una cazavampiros llamada Louise logra escapar de la trampa y realizar un contraataque. Durante esta revancha los vampiros consiguen drenar gran parte de la sangre de Lobezno, una pieza clave para su plan. Y es que llevan esta sangre nada más y nada menos que al mismísimo Drácula. Gracias a esta y a su factor curativo el Señor de los vampiros no solo recobra todo su poder, sino que además tal como podemos ver al final de esta historia es capaz de salir a la luz del día. Con la debilidad a la luz del sol ya era un adversario temible, pero ahora sin ella se postula como uno de los grandes enemigos de Logan en su nueva serie regular.
