jueves, noviembre 21, 2024

El Ministerio del Tiempo y El Anacronópete, destinados a coincidir

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Panini

El Ministerio del Tiempo - El Anacronópete

No cabe duda de que El Ministerio del Tiempo es una serie que ha marcado época en la ficción de género en España. Su trama ha trascendido a otros medios y la legión de seguidores, los “ministéricos”, consiguen que cada capítulo se convierta en trending topic durante su emisión. Es cierto que desde sus inicios la medición de audiencias convencional no ha sido su mejor baza, pero El Ministerio del Tiempo es una serie de su tiempo y, como tal, debemos tener en cuenta las emisiones en diferido tanto en la web de RTVE como en otras plataformas.

La cuarta temporada, que ha llegado a su ecuador esta semana, nos está dando momentos memorables pero sigue fiel al concepto original ideado por los hermanos Pablo y Javier Olivares: una patrulla del Ministerio debe viajar atrás en el tiempo para evitar que la Historia de nuestro país cambie. Además de entretener, la serie tiene una función pedagógica al mostrarnos personajes y hechos célebres de todas las épocas, y, en el episodio 4×04 introduce un elemento de la ciencia ficción española que pocos conocen: El Anacronópete, la gigantesca máquina del tiempo que aparece en la imagen que encabeza este artículo.

Varios años antes de Doctor Who y de que H. G. Wells escribiese su conocida novela, un diplomático español de nombre Enrique Gaspar y Rimbau había publicado El Anacronópete, considerada como el primer relato escrito en el que los viajes en el tiempo se producen gracias a un elemento mecánico ideado por el hombre. Anteriormente los desplazamientos temporales en la ficción se realizaban a través de la magia, los sueños o intervenciones divinas, pero es en esta novela donde se crea el concepto de máquina con la que desplazarse por el tiempo. En ella se narran las aventuras de don Sindulfo García (científico de Zaragoza e inventor del ingenio), su amigo y ayudante Benjamín, su sobrina Clarita, la sirvienta, el capitán Luis (el amor de Clarita), unos cuantos húsares y algunas mujeres francesas de vida alegre mientras se desplazan atrás en el tiempo.

La idea original de Gaspar y Rimbau era que El Anacronópete fuera una zarzuela, género de moda en aquella época, pero no encontró a ningún productor que estuviera dispuesto a realizar la gran inversión que algo así necesitaba, por lo que acabó adaptándola en forma de una novela que se publicaría en 1887. En el libro también aparece el Fluido García que, en el reciente episodio de El Ministerio del Tiempo, Díaz Bueno (Francesc Orella) le da a Lola Mendieta (Macarena García) para que al moverse por el tiempo no rejuvenezca o envejezca.

El Ministerio del Tiempo - el fluido García

El sistema que usa el Anacronópete para desplazarse a través de la corriente temporal poco tiene que ver con las puertas del Ministerio del Tiempo. Según describe su autor en la novela “Como el tiempo para envolverse en la tierra camina en dirección contraria a la rotación del planeta, el Anacronópete para desenvolverlo tiene que andar en sentido inverso al suyo e igual al del esferoide, o sea de Occidente a Oriente. El globo emplea veinticuatro horas en cada revolución sobre su eje; mi aparato navega con una velocidad ciento setenta y cinco mil doscientas veces mayor; de lo cual resulta que en el tiempo que la Tierra tarda en producir un día en el porvenir, yo puedo desandar cuatrocientos ochenta años en el pasado”. La enorme máquina usa para su funcionamiento la energía eléctrica, que llevaba pocos años utilizándose a finales del siglo XIX, y tiene un diseño que actualmente consideraríamos steampunk. Diseño, por cierto, que el equipo de producción de la serie recrea y traslada a la pantalla a partir de las ilustraciones de la edición original.

Ingenios mecánicos aparte, el estilo literario de Gaspar y Rimbau encaja a la perfección con el de El Ministerio del Tiempo. La prosa del autor, según las reseñas de la época, utiliza el humor para realizar una crítica social de la España de su época. A finales del siglo XIX, el imperio español se estaba desintegrando y los momentos históricos que recorren los pasajeros del Anacronópete son un intento de Gaspar y Rimbau por buscar las causas de esta caída. En la serie de los hermanos Olivares también se usan eventos del pasado para reflejar la actualidad de nuestro país, aderezados con una ironía y sorna que nos hace más conscientes de que pocas cosas han cambiado a lo largo de los siglos.

La novela no fue un gran éxito cuando se publicó y además quedó eclipsada por La máquina del tiempo de Wells poco después. Con el paso del tiempo se ha convertido en obra de culto para los amantes de la ciencia ficción y, aprovechando su 130º aniversario, la editorial Gaspar y Rimbau sacó una reedición restaurando la obra original, adaptando el texto a nuestra época y agregando notas para facilitar su lectura. Antes de eso, tanto Ediciones Minotauro como Editorial Cazador lo incluyeron en su catálogo y todavía lo tienen a la venta.

Por su parte, El Ministerio del Tiempo también se ha convertido en obra de culto entre los aficionados al género fantástico, además de haber sido reconocida por la crítica como uno de los mejores productos audiovisuales (transmedia aparte) de nuestro país. Era inevitable que ambas ficciones coincidieran en algún momento y, sin ninguna duda, su encuentro nos va a traer muchas sorpresas.

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