Tras las ganancias obtenidas en 1989, resultaba evidente que Batman iba a tener una secuela cinematográfica de manera más o menos inmediata. Había sido la película más taquillera de todos los tiempos en el año de su estreno al recaudar la inaudita cifra de 411 millones de dólares en todo el mundo y derrocó a los otros grandes éxitos del verano, Indiana Jones y la última cruzada y Los Cazafantasmas II. Pero lo más impresionante es que el Caballero Oscuro alcanzó el estatus de icono de la cultura pop de una forma que no se había visto desde la serie de televisión de los años 60, con su modesto logotipo dorado y negro haciéndose omnipresente en todas las camisetas, carteles y escaparates de las tiendas de juguetes.
Warner Bros. contrató a uno de los guionistas de la primera entrega, Sam Hamm, para que escribiese la secuela, que en ese momento tenía como título un simple Batman 2. El primer borrador que presentó al estudio incluía a Catwoman y al Pingüino como antagonistas del Hombre Murciélago, pero ahí se acaban las similitudes con la versión que finalmente llegó a los cines en 1992. Su guion fue descartado para que Burton disfrutase de una mayor libertad creativa, condición que exigió el director para regresar, y Hamm fue sustituido por Daniel Waters y Wesley Strick, que firmaron la versión definitiva de Batman vuelve.
En el guion original de Sam Hamm, que puede leerse al completo en Daily Scripts, Jack Napier no mata a los Wayne por casualidad, Alfred no revela la identidad secreta de Batman, hay un número de cadáveres mucho mayor, Alexander Knox muere, y se presenta a Dick Grayson, que se convierte en una parte clave de la historia. De hecho, según contó Hamm en una entrevista, Warner insistió desde el primer momento en que el Chico Maravilla debía acompañar a Batman, incluso en la primera película, pero tanto él como Tim Burton se negaban.
El caso del Robin que desaparece es alta comedia. Tim (Burton) y yo habíamos elaborado un argumento que no incluía al Chico Maravilla, al que ambos considerábamos una intrusión innecesaria. En serio: Para empezar, nuestro héroe estaba loco. ¿Tenía que demostrarlo reclutando a un adolescente con acné para ayudarle a luchar contra el crimen? ¿No estaba disponible el Bat-Bebé?
Pero el estudio insistía: No existía un Batman en solitario, solamente existían Batman y Robin. Así que, después de frenar a los ejecutivos tanto tiempo como pudimos, Tim y yo nos dimos cuenta de que era mejor tratar de adaptarnos a ellos. Voló a mi casa en San Francisco y estuvimos dando vueltas en círculos durante dos días, y finalmente decidimos que no había manera de meter a Robin en nuestra historia.
Entonces, apenas un momento antes de coger el teléfono para llamar a Warner y decirles que no íbamos a meter a Robin, empezamos a escribir de nuevo, y milagrosamente, se nos ocurrió una secuencia realmente genial con él. Así que un par de años después, cuando la producción estaba en marcha y la película se pasaba del presupuesto, ¿qué es lo que decidió cortar el estudio? Lo has adivinado… ¡a Robin! Y al final, nadie lo echó de menos.
Aunque el montaje final de la película mantenía a Pingüino (Danny DeVito) y Catwoman (Michelle Pfeiffer), su trama era muy diferente y no se cuentan sus historias de origen. En la versión de Hamm, Pingüino – aquí llamado, por alguna razón, Sr. Bonafice – se asocia con Selina Kyle para ir a la busca de antiguas estatuas de cuervos, una de las cuales estaba escondida bajo la Mansión Wayne. Los villanos eran sicóticos y violentos, pero no los fenómenos de feria a la manera de Tim Burton. El Pingüino es un criminal de poca monta con una afición obsesiva por las aves que a menudo utiliza como armas, como unas palomas asesinas inspiradas en Hitchcock, y Selina Kyle es la femme fatale altamente sexualizada que habitualmente aparece en los cómics, aunque elevada a la enésima potencia. Su disfraz se describe como un equipo de “bondage” literal, y no tiene reparos en masacrar grandes grupos de hombres con rifles de asalto o sus propias garras.
El merchandising de Batman aparece por todas partes en un guiño a la Batmanía de la vida real que siguió a la primera película. También nos encontramos con una banda de vigilantes conocida como la Orden del Murciélago, que llevan camisetas con el logo de Batman y usan boinas rojas (parodiando al grupo civil Ángeles de la Guarda, que patrullaba los metro de Nueva York en aquella época). Vicki Vale (Kim Bassinger) todavía anda por ahí, sirviendo como confidente de Bruce Wayne y trabajando como fotógrafa de noticias. Al final de la película Bruce le pide matrimonio.
Uno de los niños de la calle de los que Vicki se hace amiga es Dick Grayson, que en esta ocasión sí se mantuvo en los borradores posteriores e incluso se diseñó un disfraz para el personaje (que incluía un traje de acróbata circense con una R estilizada) y se eligió a Marlon Wayans para el papel. Finalmente el Chico Maravilla hizo su debut en el cine en Batman Forever y fue Chris O’Donnell quien lo interpretó.
La trama de las estatuas de cuervos cuenta la historia del saqueo del Tesoro de Gotham y de cinco hombres ricos que rescataron la ciudad a cambio de derechos sobre la tierra, derechos minerales y contratos de servicios. Las élites se vuelven aún más poderosas, mientras que la ciudad sigue sin ser consciente de que están detrás del robo del Tesoro. Cada una de las Cinco Familias estaba en posesión de una estatua que, combinada con el resto, revelaba la ubicación del tesoro que habían robado. Cerca del clímax de la película, descubrimos un impactante hecho: Thomas Wayne conocía el secreto de las Cinco Familias y se negó a guardar silencio. Jack Napier no era un matón al azar en un callejón, era un asesino a sueldo pagado para silenciar a los problemáticos Wayne.
El guion de Batman 2 escrito por Hamm también se inspiraba un poco en El regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller, incluyendo la recreación de la icónica imagen del cómic con Batman montando a caballo en cierto momento de la película. En última instancia, Batman 2 habría tenido un tono mucho más ligero que el que finalmente tuvo Batman vuelve, describiéndose el tono de Batman 2 como algo que se sitúa entre los primeros episodios de la serie animada y la serie televisiva Batman de Adam West de los años 60.