Aunque a muchos lectores pueda sonarles al título de una serie de Mediaset, Siete vidas también es el nombre de un cómic escrito y dibujado por Josep María Beà, cuyo análisis puedes leer a continuación:
Es más doloroso resucitar que morir, sobre todo para aquellos que disponen de siete vidas.
Tal y como muestra la imagen inferior, con este curioso lema, que nadie puede afirmarlo con más certeza que un felino, comienza cada uno de los siete capítulos que componen el tomo. En ellos, el protagonista, que responde al nombre de Gatony y ya se encuentra en su última vida, nos habla de cada una de sus muertes, pero no de las físicas sino de las espirituales, es decir los momentos que le dejaron una marca imborrable, tras los que ya no se podía dar marcha atrás.
Aquellos lectores que estamos más acostumbrados al cómic americano solemos encontrarnos en sus páginas con ciertas localizaciones que nos resultan lejanas, aunque alguna vez hayamos podido viajar hasta allí para verlas con nuestros propios ojos. Sin embargo, en tomos como el que analiza este artículo encontramos referencias a lugares como el Tibidabo, que nos suena mucho más cercano, sobre todo a aquellos que hemos ido allí en algún momento de nuestras vidas.
El mayor inconveniente que se le puede encontrar a este tomo es el hecho de que, al estar publicado en blanco y negro, algo que queda demostrado en la imagen inferior, como toda la gente que aparecen en su interior son gatos, en ciertas ocasiones puede resultar un poco complicado aseverar quién es el personaje que está hablando o realizando una acción concreta.
Por supuesto, no debemos dejarnos guiar por las apariencias, ya que, pese a estar protagonizado por un gato parlante, Siete vidas no es un cómic destinado al público infantil y no es sensato dejarlo al alcance de ningún niño.
Como dato curioso, cabe destacar que se nota que este cómic es obra de un autor español, ya que este es el único país en el que los felinos disponen de siete vidas, ya que en otras partes de mundo disponen de nueve, por lo que este cómic tendría que haber cambiado de título y debería contener dos capítulos más.
Si eres fan de las novelas gráficas españolas y te gustan las historias protagonizadas por animales parlantes y antropomórficos, no cabe la menor duda de que disfrutarás con la lectura de Siete vidas, que está llamado a convertirse en todo un referente en el mundo del cómic patrio.
El escritor y periodita Rubén Lardín opina que:
Para cada una de las entregas que componen este libro imagino a Beà remirando la manzana de su memoria, buscándole el mordisco. Tratando de localizar lo que en fotografía, precisamente, se llama el instante decisivo. En este libro van a ser siete. Siete pérdidas como siete soles. Siete derrotas. Siete mutilaciones que el hombre adulto no suele percibir más que de una manera vaga e inesperada, como la fantamasgoría de un miembro amputado tiempo atrás. El hombre adulto nunca se entera de nada, pero Beà es un narrador de primer orden, sabe que toda historia es un cuento. Así, el logro de Siete vidas será tonal: ese algo de trance que late en sus páginas, la clarividencia sentimental, la noción constante de pecado o el patetismo de una posguerra que se sueña gran depresión. Y un anhelo de olvido, esa es tal vez la característica más peculiar de esta obra.
Por su parte, el escritor Javier Pérez Andújar opina que:
Beà es un hombre que le metió un gato en la boca a la historia del cómic, y desde entonces andamos todos sus lectores con la boca abierta. Sin Beà, la adolescencia de nuestra generación no hubiera valido la pena.
Por último, el cineasta Guillermo del Toro declara lo siguiente:
Josep Mª Beà es y será siempre un cimiento del cómic contemporáneo. Su desbordada imaginación y exquisita línea han hecho de sus incursiones en el medio un hito difícil de igualar.
La historia que se narra en el tomo, divida en siete capítulos, va precedida de un artículo escrito por Ruben Lardín, titulado Bajo cielos inmensos, que ahonda en el trasfondo de lo que el lector va a encontrarse en el interior del volumen, y se completa con la biografía del autor.
Siete vidas está correctamente publicado por Astiberri Ediciones en formato cartoné, con unas medidas de 23 x 31 centímetros, en blanco y negro, con la excepción de las cubiertas, y con un total de 48 páginas. Su precio es de 14 euros.
Josep María Beà, nacido en Barcelona, en 1942, cuando aún era un niño ingresó en la agencia de dibujantes que comandaba Josep Toutain, la cual había sido bautizada como Selecciones Ilustradas y nutría a los mercados europeos de historietas de géneros populares. Se formó entre Barcelona y París, aportando su talento, en los años setenta, en revistas como Nueva Dimensión (1968 – 1983) y Drácula (1971 – 1972), para luego obtener reconocimiento internacional con cabeceras estadounidenses como Creepy (1964 – 1983) o Vampirella (nacida en 1974), siendo el primer autor español que pudo desarrollar y dibujar los guiones que él mismo escribía. En los ochenta, con Historias de taberna galáctica (editada por Trilita Ediciones, en 2016) conquistó la fama como autor al filo de dicha década, lo que le permitió llevar a cabo otras obras, tales como La muralla (1983), En un lugar de la mente (2001), La esfera cúbica (2008) y, por supuesto, Siete vidas (2017). Usó seudónimos en algunas ocasiones, recogidos actualmente en El hombre de los mil estilos (editado por Trilita Ediciones, en 2017), ha hecho incursiones en la literatura infantil y en la novela juvenil y fue editor de la revista ochentera Rambla (1982 – 1985). También constituyó el sello editorial Intermagen, donde publicó la obra teórica titulada La técnica del cómic (1985). En 2003, ganó el Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, en reconocimiento a su trayectoria.
[note] Siete vidas, del versátil autor catalán Josep Maria Beà, se recupera en formato álbum treinta y cuatro años después de que comenzara a publicarse por entregas en la revista Rambla. Esta serie de historietas con protagonista gatuno –recopiladas en un tomo por Intermagen en 1985– se revela como el más íntimo diario en viñetas del maestro Beà.
La versión actual, en un formato más grande, cartoné y nueva rotulación, así como una ilustración de portada realizada por el propio Josep Maria Beà para la ocasión, es un paso más a la hora de poner de actualidad a un autor referente del cómic que comenzó a publicar profesionalmente sus dibujos e historietas desde muy joven, a finales de los 50. [/note]