¿Te imaginas una película protagonizada por personajes de las dos principales editoriales de cómics de superhéroes? En 1970, el director de Marvel de aquella época, David Obst, decidió proponer a Stan Lee y a Carmine Infantino, quien por entonces era director editorial de DC, que se llevase a cabo un filme en el que los personajes más icónicos de cada compañía cruzasen sus caminos. No obstante, la serie The Amazing Spider-Man (1976 – 1979) protagonizada por Nicholas Hammond, estaba comenzando a producirse, al igual que la película Superman (1978), con Christopher Reeve en el papel estelar. Por tanto, el proyecto se acabó transformando, gracias a Gerry Conway y a Ross Andru, en el primer cómic de crossover americano: Superman vs. The Amazing Spider-Man: The Battle of the Century (1978), cuya traducción al español sería Superman vs. el sorprendente Hombre Araña (Spider-Man): La pelea del siglo, pese a que ambas editoriales ya habían trabajado juntas antes en The Wizard of Oz (1975), cómic inédito en nuestro país. Aunque ahora se trata de algo habitual, en aquella época era la primera vez que un crossover veía la luz, aunque el tercer ejemplar de la revista Troya parecía sugerirnos lo contrario.
Como ya hemos comentado en artículos anteriores, la publicación Trocha (1977) no sentía mucha simpatía por el cómic de superhéroes americano. Sin embargo, a partir de su tercer ejemplar (que sería conocido como el número 3/4, al tratarse de un especial con el doble de contenido), cuya portada corona el artículo, la revista cambió de nombre. El motivo, según la propia publicación, parecía ser el siguiente:
Ahora cuando esta Trocha (camino abierto por las bravas en medio de la maleza, atajo) ha cumplido su función permitiéndonos llegar hasta ustedes, entramos en el camino definitivo, buscando un marca que sirva de distintivo comercial a nuestro trabajo y defina nuestras intenciones. (…) hemos elegido la marca TROYA (…) ya que igual que el mítico caballo aspiramos a sorprender.
Si tenemos en cuenta que el octavo fue el último número en aparecer, no parece que sus aspiraciones de sorprender a los lectores llegaran muy lejos, ya que el verdadero motivo del cambio de nomenclatura fue porque Trocha ya estaba registrado. Sin embargo, en este caso, no es el cambio de nombre de la revista lo que nos interesa. Si nos fijamos en el dibujo de la portada, podemos ver a Batman amenazado por unas manos que sujetan una hoz y un martillo, herramientas utilizadas por un villano de Marvel conocido como Vanguard.
Mientras que Batman es sobradamente conocido, no ocurre lo mismo con su supuesto contrincante de la Casa de las Ideas, de modo que conviene aclarar a nuestros lectores que Vanguard, cuya imagen está reproducida a la izquierda de este párrafo, es un carismático componente de los Supersoldados Soviéticos, que posee diversos poderes, entre los que destaca un campo de fuerza, y que, por supuesto, siempre va armado con un martillo y una hoz, herramientas que, cuando las cruza, se transforman en lentes capaces de redireccionar y aumentar cualquier clase de energía que haya sido lanzada contra su campo de fuerza. La desintegración resultantes es lo que parece que va a recibir Batman en la portada de Troya, por lo que podemos entender el motivo de que el caballero oscuro muestre un rostro aterrorizado, algo que es tan atípico en él.
No obstante, cuando analizas la portada de Troya con más detenimiento, se nota que hay ciertos puntos que no encajan en la teoría, porque los supuestos brazos de Vanguard van enfundados en las mangas de una camisa normal, sin rastro alguno de las habituales muñequeras del personaje. Por si eso no bastase, el martillo de carpintero que aparece en la ilustración difiere bastante del utilizado por el personaje. Además, no tiene mucho sentido que atacase a Batman con la propia energía del alter ego de Bruce Wayne, ya que no genera ninguna. Por último y definitivo, queda constatado que el origen de Vanguard tuvo lugar en The Invincible Iron Man nº 109 (1978), obra de Bill Mantlo y Carmine Infantino, cuya portada puede verse a la derecha de este párrafo, con lo que las fechas no concuerdan.
Aparte de la poco probable opción de que Troya contase con información privilegiada y conociese de antemano los personajes que aún no habían visto la luz en Marvel, tampoco se entiende el motivo por el que se decidieron por esta portada, ya que no guardaba ninguna relación con el contenido de la revista. Independientemente de llamarse Trocha o Troya, su intención seguía siendo arremeter contra el cómic americano, tal y como se demuestra en el reverso de la cubierta de dicho ejemplar, ya que, junto a la imagen de Batman y otros superhéroes, aparecía esta declaración:
A estos personajes los conoce… Durante 40 años han servido para lavarnos el cerebro… Y usted sabe quién los paga…
A continuación, otro texto acompañado de su correspondiente ilustración, decía:
Frente a los héroes de siempre, el Colectivo de la Historieta le ofrece obras responsables y críticas, dirigidas al lector adulto, para hacerle pensar y sonreír, que recuperan el cómic como medio de comunicación.
Estos dos textos, con claro desprecio al material americano, nos dejan bastante claro que los responsables de Troya, si parece ser que no se habían leído un cómic de superhéroes en su vida, mucho menos iban a contar con información privilegiada sobre ellos, así que tendremos que achacar la imagen de la portada a la más increíble de las casualidades. Por tanto, Superman y Spiderman pueden descansar tranquilos, ya que nadie va a quitarles el honor de ser los primeros superhéroes de DC y Marvel, respectivamente, en protagonizar un crossover.