Batman es algo más que un personaje de cómic. A estas alturas es un icono pop, reconocible por el público más allá del universo de la viñeta, fundamentado en una serie de idas que parecen escritas en piedra. El héroe justiciero de esencia urbana y justiciera, melancólico y traumatizado, empujado a la cruzada eterna por el juramento que hizo ante la tumba de sus padres.
A pesar de esta idiosincrasia en apariencia inamobible, lo cierto es que diferentes autores, con mejor o peor fortuna, se han adentrado en la fascinante psique de Bruce Wayne para dar su propia versión del personaje. Variaciones sobre el mismo tema que sirven para la ruptura con el molde tradicional y la experimentación acerca de una entidad ficcional mucho más compleja y llena de aristas que la limitada visión a la que muchas veces se ven sometidos ciertos personajes por las ideas preconcebidas de un público a la búsqueda de estructuras reconocibles de su propia experiencia.
‘Batman: criatura de la noche’ es otro de esos ensayos acerca de la naturaleza última del héroe, alejado de los lugares comunes y, al mismo tiempo, parte de un todo reconocible y refrencial, en el que la historia que nos han contado mil veces sufre cambios perceptibles a primera vista y que, sin embargo, son totalmente respetuosos con el espíritu del personaje. Kurt Busiek, guionista que, desde mi punto de vista, es esencial para entender la evolución del medio en el último par de décadas, toma prestadas piezas esenciales de la historia de Batman, pero agitadas en su propia coctelera y lanzadas al público con la elegancia y habilidad literaria marca de la casa, sostenido por la libertad creativa que da la construcción de los pilares del personaje desde casi cero.
Para esta aventura de introspección acerca del personaje, Busiek utiliza las mismas herramientas que nos sorprendieron en ‘Superman: Identidad secreta’, fantasía con el Hombre de acero como telón de fondo. En aquella historia, Busiek imaginaba un Superman que no era exactamente el ser llegado de otro planeta. Jugaba con la premisa básica de una vida ordinaria en la que se introduce el elemento extraordinario, y ofrecía un delicioso fresco acerca del paso del tiempo, la responsabilidad, la familia, el poder y el significado último de lo que significa ser héroe. De las mejores cosas que he leído en mi vida, si os soy sincero.
De la luminosidad optimista del Superman reinventado, Busiek nos empuja como lectores a otra reinvención, que huele a lo mismo pero sabe distinto, gracias a los cambios nada sutiles que introduce en el menú. Como en ‘Identidad secreta’, ‘Batman: Criatura de la noche’ nos cuenta la historia de Bruce Wainwright. Como todo chaval de su edad, está obsesionado con Batman y la confortable sensación de seguridad que ofrece la fantasía del justiciero enmascarado. Sus padres no son precisamente millonarios, pero viven felices como clase media urbana del montón. Por supuesto, la tragedia golpea de forma irreversible la vida del joven Bruce.
Bruce crece conviviendo con el trauma, con la incomprensión, el miedo. Pero un día, en ese momento en el que la infancia se diluye para dar paso al esbozo del adulto que será en el futuro, algo ocurre. Algo, terrible, oscuro y sediento de venganza, surge de lo más profundo de su alma llena de ira y confusión. Fantasmal e implacable, Batman surge como una sombra, y la venganza de Bruce toma forma.
Busiek se asoma a la mente torturada del héroe traumatizado, hasta el punto de que esa locura que se atisba en las peripecias del Batman canónico toma forma física en las páginas de ‘Batman: Criatura de la noche’. El protagonista no solo busca respuestas a su desgracia, también intenta comprender la naturaleza del monstruoso ángel de la guarda que vela por él. ¿Es él mismo, una proyección de su frustración y búsqueda de justicia? ¿O hay algo más?
Busiek, como siempre, da buena muestra del talento literario que atesora, poniendo del revés los supuestos acerca del Caballero Oscuro. Maestro en la recreación de personajes, la psicología de Bruce es el pilar sobre el que se sustenta la obra, pero alimenta el recorrido de ese personaje principal con un nutrido grupo de secundarios, ecos de todos esos nombres que ya conocemos de sobra, reimaginados con ingenio.
En las labores artísticas, John Paul Leon, artista de línea dura, experto en ambientes sombríos y tintas evocadoras, de notable espíritu urbano y realista. El trabajo de este fenomenal dibujante casa de forma orgánica con las intenciones de Busiek, el retrato de cómo funcionaría Batman en el mundo real, ajeno a los superhéroes. La cadencia melancólica y otoñal de Paul Leon es emocional y rotunda, expresión de aires de cine negro combinados con el turbio viaje a la enfermedad mental, tratado con sensibilidad pero con la dureza que requiere la ocasión, sin caer en lo decadente.
Busiek y Leon ofrecen un giro interesante, realista, lleno de momentos intensos en los que Wayne, como tantas veces ha ocurrido con su homologo en el Batman canónico, encuentra su peor enemigo en sí mismo. Por desgracia, está muy lejos de las cotas de excelencia que pudimos disfrutar en ‘Superman: Identidad secreta‘. Es cierto que las comparaciones son odiosas, pero en este caso son inevitables, ya que ambas propuestas parten de bases muy parecidas: la idea de introducir a los iconos clave de DC en un mundo parecido al nuestro. En todo caso, es interesante el encuentro con este héroe clave de la historia del cómic desde nuevas perspectivas. Además, leer a Busiek siempre es especial; tiene habilidad de sobra para conectar con el público y ofrecer retratos cercanos y creíbles.
A pesar de la oscuridad y el descenso del protagonista a pozos bastante profundos de obsesión y psicosis, Busiek no es un escritor destructivo que disfruta con esos recovecos turbios del alma humana. En cada viaje que propone, si hay algo que prima es la esperanza, incluso en los días más grises. ‘Batman: Criatura de la noche’ es otro ejemplo de la idea luminosa que defiende siempre este autor, en los que los héroes tienen flaquezas y debilidades, pero nunca dejan de creer en la promesa de un mañana mejor.
‘Batman: criatura de la noche’ ha sido publicado en nuestro país por ECC, en un tomo recopilatorio de 216páginas que incluye la miniserie completa creada por Kurt Busiek y John Paul Leon. Cuenta además con textos introductorios y la revisión del propio Busiek de la idea original que ofreció a DC, donde se pueden observar los cambios que hemos visto en la versión final. Por supuesto, las portadas de edición original USA forman parte dle contenido. Edición bastante cuidada ofrecida en tapa dura, que podrás encontrar en tu librería habitual al precio de 24 euros.
Kurt Busiek
Este guionista se encuentra entre los más galardonados de la industria del cómic, con numerosos premios en su haber. No entró en contacto con el mundo de la viñeta hasta la adolescencia, puesto que, de niño, la lectura de tebeos no estaba permitida en su casa.
Su carrera despunta con la publicación de Marvels, acompañado de Alex Ross en el dibujo. Tras ese impactante éxito realizó importantes etapas en Vengadores, Thuderbolts o sagas tan importantes para el hombre de acero como Superman: La caída de Camelot.
También ha tenido grandes éxitos fuera de las sempiternas Marvel y DC, donde destaca Astro Boy, que se ha publicado en diferentes editoriales desde principios de los 90 hasta 2018.
John Paul Leon
Artista precoz, antes de acabar sus estudios ya estaba publicando cómics de manera profesional. Dejó su impronta personal en el arte de series como ‘Tierra X’ o ‘Los investigadores de los desconocido’.
Su carrera no ha estado ligada al mundo del cómic en exclusiva, ya que participó en el desarrollo de conceptos de películas ligadas a los personajes de DC. En los últimos años su producción se ha visto mermada por problemas de salud, pero aún así ha trabajado en proyectos como ‘Batman: Criatura de la noche’ o las impresionantes portadas de ‘El sheriff de Babilonia’.