Hay cierta tendencia en el imaginario popular que define a DC como una editorial seria, dramática, sustentada en una colección de personajes oscuros condenados a la tragedia. Como en todos los sellos dedicados a esto del cómic, más en uno con tanta trayectoria a las espaldas, hay épocas para todos los gustos. Lo cierto es que reducir la historia de la casa de iconos como Superman o Wonder Woman a ese cliché es bastante injusto, y el título que traemos hoy deja bien claro que, en este cosmos, también hay espacio para la risa. Con todos ustedes, Jimmy Olsen, amigo de Superman.
Jimmy Olsen, secundario de lujo
Secundario; ¿Qué sería del héroe de turno sin su presencia? En el caso de Superman, el universo de personajes que rodea al primero de todos es esencial para comprender cómo es el salvador extraterrestre de inmensos poderes, pero también la esencia del hombre que es cuando cuelga la capa. A estas alturas, tenemos de sobra asimilado que Clark Kent es algo más que una simple identidad secreta. El tipo torpón , algo tímido, que creció en la ya famosa granja de Smallville, forma parte inherente de la leyenda del Hombre de Acero, porque es la faceta del héroe que le pone los pies en la tierra y permite que el ser omnipotente se esfuerce en una batalla interminable por la fe inamovible en el ser humano.
Es más, algunos de estos personajes de la órbita de Superman son puro carisma, armados de personalidad propia que contrastan con los de sobra conocidos atributos del eterno boy scout de Krypton. Tanto es así que algunos de ellos han conseguido incluso un título con su nombre en la cabecera.
Ese es el caso de Jimmy Olsen, el intrépido fotógrafo que en las aventuras clásicas de Superman cumplía las funciones de busca líos y, al mismo tiempo, ingeniosa solución a muchos de estos entuertos. La colección que protagonizó durante los 60 y 70 del siglo XX gozó de enorme popularidad y unas ventas considerables en algunos momentos de la publicación. Quizá ha entrado con fuerza en la historia del cómic porque fue en sus páginas donde recaló Jack Kirby en la famosa espantada a DC, y sirvió como punto de partida para aquella locura conceptual que dio en llamarse El Cuarto Mundo.
Con el inevitable paso del tiempo, llegan los cambios de concepto alrededor del personaje, variaciones sobre el mismo tema que, incluso, consiguen que el sujeto de marras parezca un espejismo o reflejo borroso de lo que fue antaño. En las últimas encarnaciones de Olsen, el joven reportero se descubre como heredero de una de las familias pudientes de Metropolis, aparte de que su trabajo tiene que ver con nuevas formas de comunicación que con el fotoperiodismo de toda la vida.
Fraction y Lieber, risas aseguradas
Esta tesitura es de la que parten dos nombres seguro reconocibles por el lector de cómics. Por un lado, Matt Fraction, guionista estrella con tantos aplausos como galardones a sus espaldas (y algún que otro tropiezo, pero hoy estamos aquí por el buen rollo). En el apartado gráfico, Steve Lieber, magnífico dibujante de estilo único, dotado de enorme expresividad. Resultado de este afortunado encuentro, una delicia divertidísima, tremendamente actual por su audacia narrativa al mismo tiempo que ejercicio de fabulosa nostalgia repleta de referencias para el lector de DC.
La premisa de Jimmy Olsen, el amigo de Superman, es bastante sencilla. Alguien quiere matar al bueno de Jimmy. De hecho…¡Alguien ha matado a Jimmy Olsen! Bueno, en realidad no. O sí. Menudo embrollo. El caso es que nos espera una locura de saltos muy locos en la línea temporal, donde antes y después son conceptos muy difusos, conspiraciones con las familias pastosas de Metropolis jugando al monopoly con la ciudad como tablero, toneladas de referencias ficcionales, amor profundo por la historia de DC y muchísimo sentido del humor. Incluso se dejarán ver algunos de los peces gordos, como cierto hombre de acero o el tipo ese que se viste de roedor para combatir el mal.
Con la comedia como bandera, Fraction Y Lieber dan la sensación de ser un par de niños grandes jugando con sus juguetes, auténtico derroche de imaginación e ingenio sin poner los pies fuera del tiesto en ningún momento. La inteligencia con la que establecen el tono desde la primera viñeta deja para el recuerdo una de las mejores comedias de superhéroes de todos los tiempos.
Fraction es un escritor al que se le da mejor el juego con la libertad creativa, alejado de los grandes personajes de las editoriales míticas y aprovechando los márgenes de los grandes universos superheroicos. En Jimmy Olsen demuestra otra vez la gran calidad que atesora como escritor cuando maneja despreocupado su vis cómica. En las páginas de esta serie de 12 números, Fraction pone toda su maquinaria a máximo rendimiento, desinhibido y travieso, con la que rinde homenaje a un personaje esencial en la historia de Superman.
Es capaz de combinar sin reparo el espíritu independiente con el que se siente tan cómodo, planteando habilidosos juegos literarios con el pomposo lenguaje de los cómics de la edad de plata, derrumbando con talento de narrador experto las nociones temporales de la acción. Homenajes de todos los gustos, desde una perspectiva humorística y algo macarra cuando el momento lo permite, hacen de la lectura de Jimmy Olsen auténtico recorrido por la historia del cómic, desde el propio universo DC a las tiras cómicas clásicas como Charlie Brown.
Fraction tiene para todos, y he de admitir que la particular revisión algo destructiva de Batman y Gotham City me resultó especialmente, en palabras del propio Bruce Wyane, hilarante.
Un soplo de aire fresco
Para esta aventura no hay mejor compañero que Lieber, otro autor que muestra talento innato para la comedia conjugado con el amor rendido a los superhéroes, como dejó claro en la fenomenal ‘Superior foes of Spiderman‘. De las locas aventuras del día a día del intrépido Olsen a invasiones apocalípticas del espacio exterior, Lieber se apunta a todas las excentricidades que plantea Fraction. La expresividad de sus personajes son un punto extra para un cómic en el que las emociones son tan visibles y con un objetivo tan claro: provocar la risa del lector. De verdad que, cada vez que cerréis uno de los cuadernillos de esta miniserie, os descubriréis con la inevitable sonrisa en vuestra boca.
Todo un soplo de aire fresco, alejado de las bestialidades cósmicas, los cruces absurdos y la intensidad de los títulos mayores. Otro acierto de DC en la experimentación con diferentes tonalidades de la enorme paleta de historias que puede ofrecer el género, con la que el legendario sello ha demostrado tener bastante tino (con títulos tan imprescindibles como aquella Liga de la Justicia ochentera, máxima expresión del humor con capas). Tremendamente recomendable por su simpatía, por el ingenio tras la simpleza, por el fabuloso batiburrillo de idas y venidas, confusiones y golpes de efecto, extirpados de la mejor tradición del slapstick. Todos los palos del humor se pasean por las páginas de Jimmy Olsen, amigo de Superman.
Encima, además de todo eso, se respira el amor por el mejor Superman, el tipo que salva el mundo pero también baja gatitos de los árboles. Entrañable.
Leed Jimmy Olsen. Ya me daréis las gracias.
‘Jimmy Olsen, el amigo de Superman‘, ha sido publicada en España de la mano de ECC, en formato de miniserie. Un total de 6 grapas dobles recopilan la serie original de 12 números en Estados Unidos. Cada uno de los cuadernillos se componen de 48 páginas a todo color de pura diversión, gracias a la colorida visión de Fraction y Lieber del universo DC. El precio recomendado es de 3,50 euros por cada número, y lo encontrarás, sin duda, en tu punto de venta favorito.