Estrenada en 1961, bajo la dirección de Clyde Geronimi, Wolfgang Reitherman y Halmiton Luske, esta película, de 79 minutos de duración, fue el decimoséptimo largometraje de animación llevado a cabo por Walt Disney Pictures.
Roger y Anita son dos jóvenes solteros y desconocidos entre ellos, aunque tienen en común su gusto por los dálmatas, ya que él tiene un macho llamado Pongo y ella una hembra que responde al nombre de Perdy. Por mediación del perro, el hombre y la mujer se conocen, se enamoran y terminan por casarse, algo que favorece a sus mascotas, que acaban teniendo quince cachorros. Todo parece marchar bien hasta que reciben la visita de Cruella, una vieja amiga de Anita, que está muy interesada en hacerse con las crías de dálmata para crear abrigos con su piel.
Como toda obra de ficción para niños que se precie serlo, 101 dálmatas se toma ciertas licencias, como el hecho de que los animales hablen entre ellos, ya sea con los de su misma especie o con otros diferentes, o el hecho de que Pongo sea un padre responsable, mientras que, en la vida real, los perros que son padres ni siquiera reconocen a sus crías.
Por supuesto, no puede existir una película de Walt Disney sin, al menos, una canción que la identifique. 101 dálmatas no es una excepción, tal y como demuestra el tema Cruella de Vil, dedicado a la villana de la cinta (e inventada por Roger, según el argumento del filme).
Entre los aspectos más reseñables del largometraje, podemos destacar el uso de la técnica de xerografía, totalmente imprescindible, en aquella época, para poder mostrar tantos perros en pantalla. También cabe mencionar que, al contrario que otros clásicos de la factoría, 101 dálmatas transcurre en un Londres contemporáneo y no se centra tanto en la búsqueda de la perfección de los personajes humanos, ya que no son los verdaderos protagonistas del largometraje.
Por muchos años que pasen, 101 dálmatas siempre será un clásico imperecedero, que enganchará a diferentes generaciones, tal y como demuestra el hecho de que, aparte de diversas series animadas, entre los años 1996 y 2000, se hicieran dos películas interpretadas por actores reales, sin olvidar la secuela animada del filme original, que vio la luz en 2003, y el ya mencionado estreno actual de Cruella.