Crítica serie Loki temporada 1
¡Ojo! Esta crítica ha sido escrita después de ver la primera temporada de la serie Loki completa y contiene spoilers.
Por la puerta de atrás. Así es como ha terminado la que, al fin sabemos con certeza, ha sido la primera temporada de la serie Loki. Y es que (y abrimos ya el melón) así no se cierra una temporada. En absoluto. Y mucho menos se lleva una serie de esta manera.
Sin embargo, no todo ha sido malo en la serie Loki. Ni siquiera me atrevo a decir que mi valoración final sea negativa. De hecho, en mi opinión, lo abrupto del cierre de la temporada es lo único que me recuerda a lo que aspiraba la serie al principio.
Lo que pudo ser y no fue la serie Loki
Pero sí, la sensación final es de decepción. Tal vez no muy grande, pero decepción. Y voy a poner la venda antes de la herida, de vuestras mordaces críticas que sé que me llegarán (y con razón).
No, aunque lo estéis pensando yo no esperaba nada en particular de la serie Loki. No quería nada en especial, ninguna trama determinada. A pesar de los avances yo suelo acudir al primer capítulo (o a un estreno de cine) con la mente abierta, dispuesto a disfrutar de todo lo que me ofrezcan… Pero no estoy dispuesto a dejarme engañar, y eso es lo que ha pasado con la serie Loki (1ª temporada).
Después de más de un mes de viaje con este personaje, de unas seis horas de metraje, hemos asistido a demasiados virajes y volantazos y demasiado difíciles de excusar.
En todo este tiempo Loki, la serie, ha pasado por muchos registros… tal vez demasiados, ya que ninguno de ellos ha destacado sobre los otros: si en un principio parecía que la serie era un thriller, luego cambió a una historia de ciencia ficción con toques algo altisonantes, pasó a ser pura aventura para terminar aterrizando en lo fantástico.
Que el género de una obra cambie tanto en tan poco tiempo ya es malo de por sí, pero esto empeora debido a la forma, algo veleidosa y sin explicación, que han tenido estos cambios que, para más “inri”, desorientan al espectador, que no tiene la culpa. Al menos en parte. Porque una parte sí que es culpa del espectador: las expectativas.
Porque es cierto (como sugería un poco más arriba) que lo de las expectativas es algo muy complicado. Y más en una serie como ésta en la que el espectador, en su mayoría, conoce a Loki de las películas, ha aprendido a “quererlo” como ese villano simpático o, al menos, ese antihéroe, siempre chistoso, siempre ocurrente… y siempre derrotado.
A este bagaje que el espectador habitual lleva consigo al enfrentarse a este tipo de series, hay que añadir dos más: por un lado lo que ya hemos visto en Disney+, con Falcon y el Soldado de Invierno y, sobre todo, con Bruja Escarlata y Visión, que han sido también más o menos decepcionantes (Wanda al menos lo fue en su final). Por último, están los que más bagaje soportan, los lectores de comic con años (décadas) de Loki a sus espaldas.
Es verdad, no podemos reprochar a los guionistas de las series (o de las películas) que haya menos conexión real con los cómics de la que a nosotros nos gustaría. No les podemos acusar de no ser fieles a un personaje que tiene tantos años de historia, que ha sufrido tantos cambios (en personalidad y aspecto) casi como autores han pasado por él. Es verdad. Pero de lo que sí podemos acusar a los guionistas es de jugar con nosotros de mala manera, de engañarnos.
Lo que sí les podemos (les puedo) reprochar es que nos han presentado una propuesta muy inconsistente, con tremendos cambios de ritmo que a veces hacían ciertos capítulos casi aburridos y que, al final, todo lo que nos han contado podían haberlo hecho en la mitad de tiempo… y soy generoso. Incluso la directora, Kate Herron, afirmó que para ella la serie comienza en el episodio 2, siendo el primero meramente un prólogo.
Esta estructura de seis capítulos no ha sido bien llevada argumentalmente en la serie Loki: por un lado, no ha dado tiempo a desarrollar tramas y personajes (bueno, sí ha dado tiempo, pero no han sabido hacerlo) y, por otro, ha quedado demasiado alargado todo, dejándonos esa sensación extraña de “película de seis horas” que ningún bien le hace a la serie.
Han perdido mucho tiempo dando tumbos entre los temas más profundos y los más frikis para, al final, no llegar a ningún sitio en particular y terminar, más o menos, en el mismo lugar que donde empezamos.
En este sentido, Bruja Escarlata y Visión, con sus nueve episodios, lo hizo mejor (aunque también le sobraron un par de horas): allí la trama y los personajes quedaron mejor desarrollados, así como el suspense. Pero ni en la serie Loki ni, mucho menos, en Falcon y el Soldado de Invierno, han sabido mantener ese nivel durante todos los episodios. El ejemplo es el, por otro lado, bello y emocionalmente intenso, tercer episodio, titulado “Lamentis” que, para la trama y la evolución de los personajes, es totalmente prescindible. Y no es el único.
Os estoy oyendo a algunos: vuestros dientes rechinan mientras murmuráis cosas como “la evolución de los personajes” o “la trayectoria vital del protagonista”. Y estáis equivocados. A pesar de que la serie se ha alargado demasiado, no ha habido tiempo real para que Loki y Mobius se hubieran convertido en amigos del alma. Y, mucho menos, para que Loki y Sylvie se enamoren.
Y eso es porque debemos ser objetivos y pedir al relato coherencia en sí misma, sin influencias externas: El Loki del principio de la serie Loki es un villano, más o menos carismático, pero un villano. No es el “redimido” Loki de Endgame (aunque su nivel de redención sería otro tema a discutir).
Ese Loki no habría confiado tan ciegamente en un desconocido como Mobius, ni mucho menos. Y, por supuesto, no se habría enamorado de Sylvie por… ¿por qué? ¿alguien sabe explicarme por qué se ha enamorado Loki de ella? Por suerte, los guionistas no han llegado a ponerse demasiado tiernos con ellos, pero es que en ningún momento nos muestran esa relación con la madurez emocional que merecía esta extraña relación.
No digo que el personaje de Sylvie no sea atractivo. Seguramente incluso más que Loki. Nos ha convencido a todos los espectadores, a mí incluido. Vale. Pero eso no explica que reaccione de forma ilógica: ¡lleva huyendo y peleando con la AVT toda su vida! ¿de verdad creéis que alguien así puede confiar en cualquier persona, por muy Loki que sea? Lo único lógico con el personaje que hace Sylvie ocurre al principio y a final de la serie: “dinamitar” la AVT (aunque no sirva para nada) y matar a “El que permanece”. Está siendo coherente consigo misma, con lo que ha perseguido durante toda su vida.
Llegamos al final (¿Quién es Inmortus)
Eso sí, el último capítulo nos ha enseñado dos cosas: que nos toman por tontos (o, al menos, por desmemoriados) y que no saben terminar una temporada.
Digo que nos toman por tontos porque ¿a qué viene tanta conversación entre los tres (Loki, Sylvie y el villano final) para repetirse hasta tres veces en su discurso y, además, hacernos prácticamente un resumen de los cinco capítulos anteriores?
Y en cuanto al final de la temporada de la serie Loki… ¡Por supuesto que se pueden dejar tramas abiertas! Tenemos miles de ejemplos así. Pero lo que debes hacer es cerrar algunas, entre ellas la trama o tramas principales de esta temporada (Ravonna, por ejemplo, ¿lo sabía o no? ¿Es malvada o solo ignorante? Porque Mobius afirma que han “descubierto su secreto”).
Una cosa es dejar una serie en cliffhanger (¿qué documentos le dio Miss Minutos a Ravonna?, ¿en qué línea temporal ha aterrizado Loki?, ¿por qué el robot Vigilante del tiempo y “El que permanece” dicen la misma frase al morir? ¿Miss Minutos será realmente Mephisto? etc.) y otra muy distinta es engañar al espectador con un cartel de “volveremos en la próxima temporada”. Quiero que el guión me sorprenda, que jueguen conmigo… pero sin hacer trampas, sin utilizar el recurso fácil.
¿Por qué no han dicho claramente quién es “El que permanece”? ¿Por qué siguen jugando (de mala manera) con nosotros lanzándonos cientos de guiños referentes a Kang (incluso en la última escena) y no nos dicen claramente que es Inmortus y se dejan de tonterías? Eso, repito, no es cerrar bien una temporada.
Y, sin embargo…
Y, sin embargo, no puedo decir que no me ha gustado.
Como decía al principio, no todo es negativo. Nos han dado grandes momentos y escenas y personajes con un gran potencial: se ha hablado del poder, del verdadero poder de Loki (visto en Sylvie y en el Loki clásico, sobre todo), algo a lo que puede aspirar “nuestro” Loki. Incluso puedo aceptar que el Loki clásico, al cabo de siglos de soledad, reflexión y remordimiento, haya “filtrado” su maldad para, al final, sacrificarse en pos de otros (aunque ese otro sea él mismo).
¿Quién no esperaba una serie del Loki travieso, mentiroso pero simpático, huyendo de sus perseguidores a través del tiempo, mientras sus engaños crecían y crecían? Casi todos creíamos que iba a ser así y no lo ha sido de hecho, ha sido prácticamente opuesto. Y eso está bien. Nos han sorprendido y eso siempre es de agradecer. Punto para los guionistas.
En resumen, aunque la serie Loki no ha estado mal, el trayecto y, sobre todo, el final, hacen que la balanza se incline ligeramente hacia el suspenso. Una inclinación ligera, pero firme.
