Repasamos brevemente la historia de Larry Hama y el origen de los cómics de G.I. Joe
Larry Hama, el padre de G.I. Joe
Este polifacético artista norteamericano de orígenes japoneses ha sido el principal guionista de la serie “A Real American Hero”, la continuidad principal de los cómics de la franquicia G.I. Joe. Lo de polifacético viene, porque, además de guionista también es bueno con los lápices e incluso ha trabajado en ocasiones como actor y como cantante, aparte de haber servido en el ejército.
Si nos enfocamos en su principal faceta, la de guionista, entre sus obras, sin duda alguna la más destacada, en cuanto a número de episodios, calidad y profundidad, ha sido la de G.I. Joe, aunque también ha trabajado en otras colecciones, especializándose sobre todo en dos vertientes, la bélica y la de los superhéroes. En cuanto a compañías editoras, ha trabajado para las dos grandes: primero DC y años después Marvel, además de editoriales independientes.
En la rama bélica, además de escribir el guion de G.I. Joe, Larry fue editor de la colección The ‘Nam. En lo que a cómics de superhéroes se refiere, entre sus contribuciones podemos destacar, entre otros, sus trabajos en series relacionadas con el universo mutante, principalmente Lobezno, y algún otro personaje del mundo de los superhéroes, como Veneno.
También trabajó en algunos números de Conan. Además está the Nth Man, su obra favorita, la cual trata sobre un Ninja. Consta de 24 capítulos de 22 páginas cada uno, 528 en total. Personalmente no lo he leído, pero intentaré conseguirlo.
Larry Hama y los cómics de G.I. Joe
Su principal trabajo sin duda alguna ha sido su contribución a G.I. Joe. La verdad es que Larry fue un monstruo como guionista de esta serie. Es cierto que lo primero que nos enganchó fue la emoción de ver con vida a aquellos muñequitos con los que habíamos jugado años atrás, y a los que más o menos ya habíamos puesto una personalidad en nuestro fuero interior.
Era tremendo cómo esperábamos con ansia el día en el que nuestros muñecos hacían su aparición en el cómic. La emoción era tremenda. Y el chasco también fue tremendo cuando se canceló la serie, puesto que con los años de retraso que llevaba en España, a muchos de los personajes con los que jugábamos no los llegamos a ver en las páginas impresas.
Larry cogió la serie casi por casualidad. Era un proyecto que muchos otros habían rechazado antes, hasta que finalmente llegó a él. Se puede decir que en ese preciso momento necesitaba trabajo y estaba desesperado. Habría cogido casi cualquier cosa que le hubieran ofrecido. Hasta Barbie habría sido una opción, tal como él mismo ha reconocido.
Pero en cualquier caso, los muñecos tan solo fueron el comienzo, lo que hizo que nos engancháramos en un primer momento. Porque del resto se encargó el propio Larry, haciendo trabajar su inagotable imaginación para ir enlazando aventuras creíbles y realistas que siempre te dejaban en suspense y con ganas de leer más.
Y supo hacerlo todo partiendo de un material tan limitado como eran tan solo unos muñecos. Eso también significaba que tenía libertad creativa. Antes de que las figuras salieran al mercado Larry ya estaba trabajando con Hasbro. La compañía juguetera tan solo le facilitaba un prediseño y una corta descripción de la especialidad de cada figura.
Larry escribía la ficha del personaje. A muchos de los personajes los caracterizó teniendo en mente a personas que él conocía. Así era más fácil saber cómo reaccionarían ante una situación concreta y le daba consistencia a la historia. Creaba personajes más entrañables y fácilmente identificables por los lectores. Llegamos a conocerlos personalmente y sabíamos como era su carácter y su manera de pensar. Como curiosidad, mencionar que la cara de la figura del personaje de Tunnel Rat está basada en la fisiología del propio Larry Hama.
Dado que sirvió en Vietnam con el ejército, utilizó terminología y estrategia militar. Como japonés de ascendencia también se centró bastante en ninjas, artes marciales y filosofías orientales. Se puede decir que aplicó en su obra sus conocimientos y experiencias personales.
En cuanto a los personajes, si bien es cierto que la mayoría provienen de las figuras de Hasbro, también se da el caso de alguno de ellos que primero vio la luz en el cómic y después obtuvo su correspondiente figura. A destacar: la Baronesa, los miembros de la Guardia de Octubre y el esquimal Kwinn.
Larry presentó al equipo de los buenos, los Joes, como un equipo unido, con espíritu de grupo y una relación de amistad entre ellos, al menos en la mayoría de los casos. También es destacable la presencia femenina en la colección, ya que, aun sin ser muy numerosa, mostraba a las integrantes de ambos equipos como personajes profesionales y activos. Larry dotó a todos los integrantes de los equipos de un factor humano al darle a cada uno su propia personalidad, incluyendo sus pros y sus contras. Son personajes que se implican emocionalmente en la historia y consiguen implicar al lector.
Origen de los cómics de G.I. Joe
La idea de dos organizaciones militares de élite enfrentadas mutuamente, con personajes individualizados y especializados dentro de cada una de ella era algo que Larry Hama ya tenía en su cabeza antes de crear “A Real American Hero”. Esta idea que le rondaba intentó aplicarla en un primer momento sobre el equipo de SHIELD liderado por Nick Furia –los cuales necesitaban urgentemente una actualización-, y enfrentarles directamente a una Hydra mucho más desarrollada, impregnando de carácter a ambos equipos y dotándoles de una línea argumental propia.
La intención era dar un cambio de imagen a dichos grupos y liberarles de ser meros accesorios al resto de series a los cuales tan solo se recurría de vez en cuando, dándoles un pequeño papel secundario para posteriormente volver a dejarlos en el olvido hasta nuevo aviso.
Ahora damos gracias de que dicha idea no se llevara a cabo, pues como consecuencia de su descarte llegó a existir G.I. Joe tal y como lo conocemos hoy en día. Seguro que si la idea se hubiera aplicado en SHIELD el resultado, como todo lo que toca Larry, también habría sido fantástico, sobre eso no dudamos, pero nos habríamos quedado sin los Joes y sus enemigos.
Además, Nick Furia y los suyos finalmente también fueron desarrollados dotándoles de más presencia dentro del Universo Marvel. De una manera diferente a la que Larry tenía en mente, es cierto, pero la alternativa que finalmente se llevó a cabo también nos resulta válida. En cualquier caso, sería interesantísimo un What If… en forma de serie limitada en el que pudiéramos vislumbrar, al menos parcialmente, pinceladas de lo que pudo haber sido y no fue, con Nick Furia y compañía, si Larry se hubiera hecho cargo y su proyecto hubiera salido adelante.
La obra pecó de cierta improvisación. Esto no lo mencionamos como una pega al autor, dado que esta era su forma de trabajar, siempre a corto plazo. Él mismo confiesa que cuando le pedían un boceto de un arco argumental completo le suponía un problema, dado que en mente normalmente tan solo tenía lo que iba a pasar en las dos o tres siguientes páginas, pero nunca pensaba más allá, el resto iría surgiendo.
En cualquier caso, esta circunstancia no es algo perceptible en la línea argumental. Si bien es cierto que se notaba sobre todo al principio, hablamos de más o menos los diez primeros capítulos, donde los números casi consistían en meras presentaciones (equipos, personajes, bases de operaciones, vehículos…); con el paso de los números la serie se fue consolidando y adquiriendo solidez. Es interesante señalar que si conozco este tema de la improvisación tan es solo porque el mismo Hama lo reconoce, dado que yo siempre pensé en G.I. Joe como una obra consistente a la que achacaba una enorme planificación. Es decir, sus arcos argumentales duran varios capítulos, son muy buenos, y están enlazados unos con otros.