¿Conoces la verdadera historia del traje negro de Spiderman?
Para los fans más veteranos de la Casa de las Ideas, las palabras ‘Secret Wars‘ tienen un significado muy especial. Y no es por la olvidable miniserie homónima que, junto a Mike Raich, guionizara Brian Michael Bendis y dibujara Gabrielle Dell’Otto hace diez años, sino por las otras ‘Secret Wars‘ que, en 1984, llevaron a cabo Jim Shooter, Mike Zeck y Bob Layton.
El punto de partida del cómic Secret Wars de Marvel Comics
Esta colección, que empezó como una maxi-serie de doce números y acabó por contar con medio centenar de entregas, fue llevada a cabo por varios motivos. El primero de ellos fue, gracias a un acuerdo con la compañía juguetera Mattel (que también se encargó de lanzar a la fama el merchandising de otros éxito infantiles del momento, como los ‘Masters del Universo’), el surgimiento de una línea de muñecos (héroes, villanos, vehículos y hasta el cuartel general de los malos) que estaba basada en las aventuras de la colección. La segunda razón de que Marvel decidiera lanzar esta cabecera fue para tratar de refrescar a sus personajes.
La editorial necesitaba dotar a sus héroes de diversos cambios que los hicieran evolucionar y mantener así el interés del lector. Esta saga nos contaba que la plana mayor de héroes y villanos habían sido transportados a otro planeta, debido al capricho de un ser todopoderoso que quería orquestar una guerra secreta (de ahí el nombre evidente de la colección) entre el bien y el mal, a cambio de una recompensa para el bando ganador.
Esto generaba una gran excusa para que todos los personajes regresaran a la Tierra con alguna novedad: por ejemplo, los Cuatro Fantásticos acogerían en sus filas a Hulka (ya que la Cosa se quedó más tiempo que el resto de los héroes y villanos en el extraño planeta), Coloso se comportaría de manera diferente con Kitty Pryde (porque había mantenido un romance con una nativa del lejano mundo) y Spiderman, que es el caso que nos interesa en este artículo, regresaría a Nueva York con un atuendo diferente.
Spiderman en la Secret Wars
La historia es de sobra conocida por todos: el traje del hombre araña había quedado destrozado durante una de las batallas contra el grupo de villanos y, al igual que hicieron otros héroes, utilizó una de las prodigiosas máquinas del planeta en el que se encontraban para confeccionarse un uniforme nuevo. Pero, el lanzarredes se equivocó de aparato y activó uno que le proporcionó unas ropas especiales que parecían obedecer sus pensamientos.
Sin embargo, lo que el trepamuros ignoraba era que, en realidad, su traje era un simbionte alienígena, cuyo único deseo era usar el cuerpo del héroe como organismo huésped. Sin embargo, que Spiderman lograra librarse de él, con la ayuda de los Cuatro Fantásticos, no fue el final de la historia.
El uniforme alienígena acabó fusionándose con el reportero Eddie Brock y aquello fue el principio de la existencia de un torrente de simbiontes: Veneno, Matanza, Toxina, Ponzoña (vale, este último sólo apareció en un ‘What if…?’, pero merece la pena mencionarlo).
El verdadero origen del traje negro de Spiderman, también llamado traje alienígena
Muy bien, hasta aquí la historia conocida. Pero, ¿de dónde surgió la idea de crear este nuevo uniforme para el trepamuros. ¿Fue cosa Stan Lee? ¿Quizás de Gerry Conway? ¿Acaso la ocurrencia provenía de algún dibujante de la talla de John Romita Sr? Ninguna de las respuestas es correcta, ya que el verdadero creador del traje alienígena de Spiderman fue Randy D. Schueller.
En primera instancia, este nombre puede no decirnos nada, ya que no conocemos a ningún artista de la Casa de las Ideas que se llame así. No obstante, para Jim Shooter (editor de Marvel en 1982) no se trataba de ningún misterio, ya que fue él quién recibió una carta del fan Randy D. Schueller, en la que el lector sugería una aventura de Spiderman en la que el héroe cambiara sus ropas habituales por un traje negro. La idea debió parecerle estupenda a Shooter, ya que respondió a la misiva en estos términos:
Quiero comprarlo. Te pagaré 220 dólares. Adjunto encontrarás un contrato de colaborador y un cupón. Firma, indica tu número de Seguridad Social y devuélvenoslo. Yo me encargaré de lo demás. Queremos hacer cambios en el argumento, que te enviaremos cuando tengamos el contrato. Si todo va bien , te daremos la oportunidad de guionizar esto.
Parece genial,¿no? Es el sueño de todo fan del noveno arte hecho realidad. Pero las cosas no fueron tan sencillas. Aunque Randy trabajó mano a mano con Tom DeFalco para sacar adelante una aventura autoconclusiva en la que Spiderman cambiaría temporalmente de atuendo, no tardó en demostrarse que Schueller no valía como guionista. Por tanto, el proyecto acabó por desestimarse.
Sin embargo, dos años después de aquello, Shooter rescató la idea de Randy y le pasó el dibujo del nuevo uniforme a Mike Zeck, para que lo sacara a la luz en las ‘Secret Wars‘ como nuevo traje de Spiderman. No obstante, se introdujeron algunas modificaciones, como el dejar las arañas y los lanzarredes de color blanco, ya que en el boceto original no era así, como se puede comprobar en la imagen que acompaña a este párrafo.
Sinceramente, a mí me recuerda a unos de los diseños desestimados por Tobey Maguire en la primera película de ‘Spider-Man‘, cuando el protagonista está realizando bocetos para decidir su pintoresco atuendo de luchador. ¿Se tratará, quizás, de un guiño a Randy D. Schueller o será una simple casualidad? Nunca lo sabremos. El caso es que, después de que Rick Leonardi perfeccionara el diseño y Tom DeFalco decidiese que se tratara de un ser vivo, el fan que había ideado todo ya no tenía ningún tipo de influencia sobre el nuevo atuendo del héroe.
Sin embargo, en 2005, el magazine especializado ‘Back Issue‘ publicó una entrevista realizada a Tom DeFalco en la que el guionista desveló que un fan, del que no quiso dar el nombre, era el verdadero responsable de la creación del traje alienígena. Aquello no debió de sentarle nada bien a Randy. Por tanto, cuando, dos años más tarde, se estrenó ‘Spider-Man 3‘ (película en la que el simbionte jugaba un papel importante), Schueller no se aguantó más y declaró en la columna online ‘Comic Book Urban Legends‘, perteneciente a Brian Cronin, que él eral el creador del uniforme negro, además de aportar irrefutables pruebas, como la carta que Jim Shooter le había enviado en 1982.
Afortunadamente, el asunto no tuvo mayores consecuencias, ya que Randy D. Schueller también declaro que no quería recibir ninguna compensación, ni económica ni de ningún otro tipo, por parte de Marvel. Pero, consideraba justo que se le reconociera su aportación en la creación del traje alienígena y opinaba que el que se mencionara su nombre en la sección del correo de los lectores era lo menos que la editorial podía hacer.
Personalmente, yo opino que Randy fue poco exigente y que merecía más por haber llevado a cabo una labor que tanto ha dado de sí y ha proporcionado innumerables horas de diversión a los lectores, sin llevarse ningún tipo de mérito. Por tanto, la próxima vez que releamos el octavo número de ‘Secret Wars‘ o cualquier otro cómic en el que el traje alienígena tenga un papel destacado, debemos ir más allá del guionista que venga indicado en el rótulo de tebeo y recordar que Randy D. Schueller también es, en cierto modo, responsable de ello.