Análisis de las dos primeras películas de Spider-Man protagonizadas por Tobey Maguire
1. Spider-Man (1 y 2)
Cuando Stan Lee y Steve Ditko crearon al hombre araña en las páginas de Amazing Fantasy nº 15 (1962), a modo de prueba, para olvidarse de él si no funcionaba, seguro que no imaginaban que estaban construyendo a un personaje que, a día de hoy, sigue siendo un éxito de ventas y uno de lo más reconocidos emblemas de Marvel. Por supuesto, las series de animación y los videojuego han contribuido mucho a ello. Pero, ¿qué sucede con sus interpretaciones live-action?
La versión en carne y hueso del lanzarredes no corrió demasiada suerte en sus inicios, como demuestran las Spidey Super Stories (1974 – 1975), protagonizadas por Danny Seagren, y la serie The Amazing Spider-Man (1977 – 1979), de Nicholas Hammond. No obstante, tras ciertas dificultades y después de esfumarse la posibilidad de ver una versión dirigida por James Cameron, en 2002, comenzó una trilogía sobre Spiderman, bajo la batuta de Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire.
Mucho ha llovido desde entonces. Tras estas tres películas, Andrew Garfield recogió el testigo durante dos entregas y, finalmente, Spiderman logró entrar en el UCM, con el rostro de Tom Holland, tanto en películas protagonizadas por otros héroes como en las suyas propias.
Ahora que acaba de aterrizar en pantalla, Spider-Man: No Way Home, es un buen momento para analizar la trilogía original de lanzarredes. No obstante, como Spider-Man 3 ya fue repasada en su momento, en este artículo nos centraremos en las dos entregas anteriores.